Críticas de espectáculos

4 / Rodrigo García / Festival Otoño a Primavera

Rodrigo García no se desarma

 Cuatro intérpretes, fieles cómplices del camino de Rodrigo García dan título al espectáculo estrenado en 2015 en el CDN de Montpellier, bautizado por García como «Humain trop humain». Es a la vez la afirmación y el manifiesto de su ética con un guiño al filósofo alemán con quien comparte su rabia hacia la estupidez, la ironía, el humor, la enorme lucidez respecto al ser humano, pero también un destello de esperanza.

 

4, como todos los espectáculos de García, enfoca un paisaje deshumanizado, heteróclito, habitado por algunos especímenes humanos, animales, plantas carnívoras, símbolos culturales e imágenes virtuales, productos y objetos cotidianos, invenciones tecnológicas como drones. 

Más que un espectáculo 4 es un manifiesto del teatro concreto garciano, elevado a la potencia metafórica y poética. 

Frecuentemente la crítica, especialmente la francesa, opina sobre las obras de García sin profundizar en su lectura, complaciéndose en destacar lo chocante, lo extravagante, lo inusual. Pero también se encuentran auténticos análisis de fondo tanto del lenguaje escénico como del contenido de sus espectáculos. 

Respecto a 4 comparto totalmente la lectura inteligente y deslumbrante de la poética de la obra que hace Afonso Becerra en su artículo publicado hace un año en Artezblai. 

Quisiera sólo exponer algunas reflexiones sobre la singularidad, la potencia y la necesidad del trabajo de Rodrigo García. 

Celebro que tras sus peregrinaciones por el extranjero haya decidido volver a casa, esperando que en España se le ofrezca un espacio digno, con condiciones adecuadas, para que siga desarrollando su obra. 

Rodrigo García no es un provocador gratuito y, a mi juicio, sus obras no tienen como objetivo impresionar al burgués biempensante o a los pseudo-intelectuales. 

No obstante este publico burgués, defensor de los animalitos «maltratados», fanático de ideologías políticas, sociales, religiosas y dogmas culturales acude en gran número a los espectáculos de Rodrigo García buscando escándalos, emociones fuertes : juego con animalitos o su sacrificio, actos iconoclastas. 

Y como todos los fanáticos ideológicamente correctos, aprovechan estos «escandalosos» espectáculos para reforzar y manifestar sus propias creencias, mostrando a gritos su indignación, intentando impedir el espectáculo, exigiendo su prohibición. 

He tenido ocasión de comprobarlo personalmente varias veces en Francia y en Polonia. 

Rodrigo García es un luchador desesperado, en el sentido nietzscheano, pero no es un nihilista. 

Desde sus primeras obras continúa combatiendo la estupidez, el pensamiento uniforme a semejanza de la comida de Mc Donalds, el fanatismo de cualquier clase, los ídolos y las imposturas políticas e intelectuales. 

No pretende salvar al mundo ni a la sociedad, cada día más esclava, encerrada en las normas rígidas y prohibitivas, drogada por los vacíos discursos. 

Rodrigo García es un revolucionario anárquico que solo con libertad, belleza, poesía de la realidad así como con su ética y estética, desafía a los que gritando libertad, lo prohíben todo, explotando a los demás en nombre de la justicia, de la igualdad y de la fraternidad. 

En 4, con su invencible humor cáustico, con un toque surrealista, García dispara sobre el culto a la juventud, al cuerpo perfecto, la dictadura del sexo, la obligación de bien estar, atacando a los mitos e iconos culturales, a la educación que robotiza a los niños, desvelando todo el sistema de hipocresía, de engaño y sobre todo de autoengaño en el que vivimos tan cómodos. 

En su obra, más allá del bien y el mal, García nos devuelve la visión de nuestro mundo como un manicomio apocalíptico. 

 

Irène Sadowska

Texto, creación del espacio escénico y puesta en escena: Rodrigo García; Intérpretes: Gonzalo Cunill, Nuria Lloansi, Juan Loriente y Juan Navarro con la participación de dos niñas pequeñas invitadas. Iluminación: Sylvie Mélis; Creación de video: Serge Monségu, Daniel Romero y Ramón Diego; Creación sonora: Daniel Romero, Serge Monségu y Juan Navarro; Vestuario : Marie Delphin. Producción asociada: Humain trop humain – CDN de Montpellier; Coproducción Théâtre Nanterre Amandiers CDN, Festival d’Automne à Paris, La Maison de la Culture d’Amiens – Centre Européen de creation et de production, Théâtre de Liège y Bonlieu, Scéne Nationale d’Annecy. 

En el marco del Festival de Otoño a Primavera del 1 al 4 de junio 2017 en los Teatros del Canal dde Mdrid. 

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