Críticas de espectáculos

Alarde de tonadilla/ Hugo Pérez de la Pica/Tribueñe

¿Cómo canta el alma española?

La música y la canción popular declinadas en géneros y formas distintos formando parte de la historia, de la cultura y de la memoria colectiva de los españoles, más que otras formas del arte tradicional, expresan la profundidad del alma española. Federico García Lorca ha bebido en las fuentes del flamenco y de la copla dándoles a las letras nobleza y contribuyendo a su fama y a su extensión en el mundo.La copla, como la zarzuela, tachadas por los prejuicios, despreciadas como expresión de la cultura franquista, han sufrido en el posfranquismo de desprecio y han caído en desgracia. Su rehabilitación no es fácil aunque las generaciones sucesivas siguen impregnándose de la música y del canto popular.

En sus creaciones precedentes Por los ojos de Raquel Meyer y Paseíllo, Hugo Pérez de la Pica, artista total, alquimista del teatro musical, ha rendido homenaje a la canción popular. En su última creación Alarde de tonadilla sublima la copla anclada en las raíces de la canción popular con sus temas y esquemas.

Hugo Pérez de la Pica recrea el universo de ritmos y géneros de la copla, destacando su belleza sencilla y refinada.

Hugo Pérez de la Pica reinventa constantemente las formas de sus creaciones basadas en el lenguaje escénico plural, conformado por música, canto, texto, danza, el tratamiento pictórico del espacio y de las situaciones, concebidas como cuadros en movimiento.

En Alarde de tonadilla crea un universo de la copla atemporal, eligiendo las que tienen la potencialidad teatral. Todas, unas muy conocidas, otras menos, forman en su espectáculo un paisaje visual y musical donde las evocaciones de imágenes familiares del pueblo conviven con los ambientes del cabaret y del café cantante y donde la paleta de colores y tonos de las canciones van del lirismo profundo, del más narrativo, del cómico al trágico o melodramático.

Así la trama musical del espectáculo gira a través de los tiempos y variedad de ritmos y géneros, la geografía de la canción española desde farrucas, seguidillas, canciones aragonesas, asturianas, fandangos, pasodobles, jotas, bulerías, chotis, sevillanas, hasta la canción tradicional sefardí y Tres Mulillas armonizada por Lorca.

En este panorama musical, reflejo a través los tiempos, de la sociedad española, las canciones expresan la vida de la gente con sus miserias, penas, emociones, esperanzas, dolores y alegrías.

Hugo Pérez de la Pica contextualiza la trama musical, insertando entre los números de canto y de danza, sus propios textos, poemas con un toque surrealista, donde con humor e irrisión comenta algunos hechos, situaciones e injusticias sociales.

El espectáculo compuesto de 2 partes empieza con un prólogo musical, interpretado por la pianista Tatiana Studyonova, mientras en el telón rojo se proyectan las imágenes de una mujer con mantilla y peineta pasando por las calles de Toledo.

El espacio escénico muy sencillo con telones con personajes perfilados en el modo caricaturesco. En el fondo una tela pintada en la cual, al final, se proyectan las imágenes, las fotos de cantantes famosos de la época. En el primer plano de la escena unos candeleros pintados.

Iniciado por Russignol, interpretado a capela, el espectáculo es un fino tejido de canciones y de danza. Los actores cantantes expresan en su actuación y en su baile los sentimientos, las emociones, esbozan las situaciones.

Así, a lo largo del espectáculo se desgranan las perlas como : No la puso su madre, Juan y Manuela, Cuatro fuentes, Suspiros de España, Cruz de mayo, Rapsodia valenciana, Romance de la otra, Al verde limón, Clavelitos, Antonio Vargas Heredia, Cigarreras…

Los números de bailarines solistas son impresionantes.

Los numerosos vestuarios colorados, ricos, algunos típicos asturianos, vestidos o faldas gitanos, mantillas, peinetas, etc… que los actores cambian rápidamente, deslumbran, volando en el baile como las mariposas, amplifican y prolongan los movimientos.

Las luces sofisticadas cambian los ambientes, enfocan las siluetas y las caras, destacan algunos detalles.

Entre los actores cantantes, todos excelentes, la joven estrella del Tribueñe, Candelaria de la Serena se lleva la palma, fascinante con el registro y la pureza de su voz excepcional y su gracia.

Hugo Pérez de la Pica nos ofrece con Alarde de tonadilla un espectáculo mágico, como un sueño. Esperamos impacientes su próxima creación sobre la célebre bailarina Isadora Duncan que estrenara el 2 de noviembre en el Teatro Español.

Irène Sadowska

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