Sud Aca Opina

Ciber personalidades cautivas

Hoy pareciera ser que un individuo sin cuenta en Facebook, Twitter, Instagram o alguna de las redes sociales, no existe. Sin darnos cuenta, hemos pasado de ser individuos de carne y hueso a ser usuarios con un nickname y clave de acceso. En ese tránsito nos hemos vuelto ciber dependientes al punto que nuestras vidas están en la red ya sea porque nosotros hemos hecho algo por estar ahí, ya sea porque alguien nos incluye en su ciber espacio y por lo tanto en la red.

Hagamos lo que hagamos al estar conectados a Internet, nuestras vidas son capturadas por programas dedicados a conocer a los usuarios y por supuesto a detectar posibles clientes. Basta con que por una sola vez busquemos ofertas de pasajes aéreos con un destino específico, para que después, de tanto en tanto nos lleguen espectaculares ofertas de viaje.

Si alguna vez tuvimos la idea de buscar información sobre deportes, al poco tiempo llegarán ofertas de actividades e implementos.

Incluso cuando ilusamente creemos estar descargando programas gratis, la red captura nuestros datos para engrosar una base de datos que luego será vendida en el mercado a empresas ávidas de nuevos potenciales clientes.

En el ciber espacio, nada, absolutamente nada es gratis. Cuidado con el lobo vestido de oveja.

La red nos atrapa como moscas en un espacio multi dimensional paralelo al mundo material. Digo mundo material y no real porque lo virtual si existe y está invadiendo nuestras vidas sin que podamos hacer nada para controlarlo o marginarnos de él.

El querido diario de vida ahora son fotos con breves notas en Instagram, los intercambios epistolares ahora son emoticones en Facebook con una que otra palabra mal escrita ya sea por ignorancia de quien la escribe, ya sea porque el auto corrector aún puede cambiar el sentido de una frase y una discusión acalorada no son más que twiteos y retwiteos hasta llegar a ser Trendig Topic.

El intercambio social del tú a tú se ha transformado en gallineros de chat donde todos cacarean al mismo tiempo parapetados tras sus teclados.

En este mundo binario de unos y ceros, incluso ya existen las ciber personalidades de quienes se sienten inseguros en la vida material pero súper poderosos en el mundo virtual de Internet.

El paradigma es entonces como usar la tecnología evitando llegar a ser usado por ella.

En el reducido espacio del metro a las horas punta sólo puedo escribir en mi teléfono mal llamado inteligente por lo que sería injusto de mi parte el renegar completamente de la tecnología.

Si bien el ocio y la distracción son más que necesarios, indispensables ahora más que nunca para sobrellevar el stress contemporáneo, de tanto jugar Candy Crush ya debe haber muchos ciber diabéticos.

Ojalá los fanáticos de los juegos de estrategia lleven sus planes ganadores a la vida material por el beneficio de ellos mismos, de su entorno y de todos.

Ojala esas personalidades atrapadas en los intersticios del ciber espacio puedan abstraerse de las pantallas y salir a la vida del contacto material entre personas y llegar a ser súper hombres de verdad fuera del mundo digital también.

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