Velaí! Voici!

Consumo

CULTURAS HEGEMÓNICAS Y CULTURAS MINORIZADAS Y PERIFÉRICAS.

¿Compras libros? ¿Cuántos libros compras al año? ¿Compras algún libro gallego? ¿Conoces la literatura gallega actual? ¿Conoces la dramaturgia gallega actual?

¿Vas al teatro? ¿Cuántas veces vas al teatro?

No tengo dinero y los libros, el teatro etc. son un lujo para mi, más ahora, encarecidos con un 21% de IVA., frente al 8% de IVA. de aquellos tiempos en los que la cultura se consideraba un bien necesario al que debían tener acceso todas las personas que así lo considerasen, al margen de su poder adquisitivo. Bueno… ¡»se consideraba un bien necesario» relativamente!

No tengo dinero. Entonces me acerco a la biblioteca pública, en mi pueblo o en mi ciudad, en Sevilla o en Madrid o en Barcelona o en Teruel (que Teruel también existe) o en Becerreá. ¡Oh! ¿Pero dónde están los libros en gallego? No encuentro la sección de literatura gallega. ¡Vaya! Claro, debe ser porque es una lengua extranjera o algo así. ¡Oh, pero sí que hay libros in English et aussi en Française! Bueno, será que la literatura inglesa y la francesa son mucho más potentes que la gallega o quizás que en España se entiende mucho mejor el inglés y el francés que el gallego. Pues, vaya… ¡No sé qué pensar! ¿Será por cuestión de calidad literaria o será por la dificultad que entraña el galleguiño, una lengua ilegible?

En la mayoría de las grandes librerías españolas puedo encontrar libros en inglés, francés, alemán… pero en gallego NO. Incluso en la mayoría de las librerías de Galicia la literatura gallega no está en los escaparates sino en las estanterías del fondo. Por supuesto, la literatura dramática o los libros sobre artes escénicas brillan por su ausencia, o si existen están en la balda más inhóspita y recóndita de la librería. ¿Será porque la literatura dramática o el ensayo sobre artes escénicas son subgéneros menores? ¿Será porque la novela o los libros de autoayuda son alta literatura?

No hay mercado. No hay clientes. No hay demanda. Hay demanda de smartphones o de Stephen King o, en los escenarios, de El Rey León con estética a lo Walt Disney, o cualquier espectáculo con una cara televisiva. Somos rebeldes, pero la televisión nos dicta el modo de vida a la mayoría, a esos que votamos a estos gobernantes que nos administran con tanta justicia y que esgrimen discursos tan brillantes.

¿Serán verídicos los versos de W.H. Auden: «Only bad rhetoric / can improve this world: / to true Speech it is deaf.»?

Marketing y mercadotecnia se alían a los grandes poderes políticos para minorizar ciertas culturas que no poseen un estado propio que las proteja e impulse. Ahí la responsabilidad individual de las personas tampoco existe, manipuladas por los grandes medios de comunicación de masas, por las televisiones etc. Y la mediocridad se extiende con facilidad.

¡Pero los del teatro somos diferentes, somos mucho más alternativos, claro! En los teatros públicos, en los privados y en las salas alternativas de Madrid o Cuenca se programan espectáculos en lengua gallega o catalana y el público teatral corre a verlos lleno de curiosidad y abierto de mente. Los espectáculos en gallego o catalán giran por toda España y parte de Europa, que para eso es Unión Europea. ¡Mentira! ¡Si quieres girar dóblalo, tradúcelo al castellano, que sino no se va a entender! Sin embargo, podemos ir a Sevilla, a Madrid o a Barcelona a ver espectáculos en alemán, francés, inglés, siguiendo «el halo de los grandes nombres», como señala el profesor Marvin Carlson cuando se refiere a los santones que viven de rentas. Para eso sí somos élite cosmopolita y políglota.

¡Oye! ¿Y los que tienen dinero? ¿O los que tienen poco dinero pero lo hacen correr? ¿Qué destino le dan? ¿Va ese dinero a engrosar el imperio de Amancio Ortega a través de sus múltiples firmas textiles? ¿Va para la hostelería? ¿Para las discotecas? ¿O para la industria de los smartphones, Apple, Blackberry, Nokia, LG, Samsung Galaxy… (me los sé de memoria sin necesidad de prestar atención al tema porque nos los meten por vena. Puedo decir más nombres de smartphones que de actrices gallegas o de dramaturgas universales)? ¿Cuántos gadgets necesito para ser feliz?

¿Y las/os profesoras/es y educadoras/es, incluidos papá y mamá, compran libros?, ¿tienen una pequeña, mediana o gran biblioteca?, ¿o sólo un armario prominente después de las adquisiciones en las últimas rebajas del Corte Inglés?

(Cierra la Editorial Espiral Maior. ¡Y nadie dice nada! ¿Hay alguien que conozca el trabajo que hacía la Editorial Espiral Maior en el ámbito de la poesía gallega? La Editorial Sotelo Blanco está como desaparecida, hace mucho tiempo que no publica nada. El resto de las editoriales gallegas tampoco levantan cabeza, incluso las novelas en lengua gallega de Manuel Rivas, editado en castellano por la gigante Alfaguara, venden un número inapreciable de libros. Edicións Positivas y la Editorial Laiovento, que son las principales promotoras de la edición teatral gallega subsisten a duras penas. Esta última, Edicións Laiovento, sobrevive gracias, en parte, a que su director, el erudito Francisco Pillado Maior, nunca cobró, ni cobra, un céntimo por su abnegado trabajo al frente de esta empresa que es fundamental para nuestra cultura. ¿Somos gallegas/os pero sólo leemos en castellano? ¿Y qué hay del resto de españolas/es cultas/os?, ¿no saben leer nada en gallego?, ¿no conocen la literatura gallega más allá de dos poemas de Rosalía de Castro? Sin embargo, seguro que conocen mucho más la literatura actual inglesa o francesa. Me pregunto, de nuevo: ¿será que en Galicia no tenemos una literatura actual? ¿O será que nuestra literatura es una mierda en comparación con la francesa y la inglesa?)

Cultura y cultivo intelectual, de la sensibilidad artística, de la heterogeneidad y la diversidad… dirigidas por las culturas hegemónicas centralizadoras. Y las culturas hegemónicas suelen ser las que tienen un ejército, o sea: un estado. Y las culturas hegemónicas suelen ser las que tienen mucha pasta: «Money makes the world go around» (El English del pope Bill Gates lo entendemos todas/os, que el mercado manda). Tanto tienes tanto vales, reduccionismo que se confirma en un análisis de la estructura profunda de la acción si le aplicamos la semántica estructural a nuestras sociedades primermundistas.

¿Crees que la cultura, los libros, el teatro… colaboran en la emancipación y en el progreso de las personas? ¿O crees que la emancipación y el progreso vendrá de la mano de productos hipotecarios, de comilonas, del whatsappeo invasivo, de la pantalla de plasma, de la anestesia televisiva y el Sálvame de Luxe, o de la ropa de Inditex? ¿Cuánta ropa necesitamos para ser felices? ¿Cuántas pantallas táctiles? ¡Mírame a los ojos, deja de mirar esa pantallita! ¡Tócame, deja de tocar esa pantallita! Léeme, por favor. Llegeix-me, si us plau. Leme, fai o favor. Qui molt llegeix, molt coneix. ¡Conozcámonos!

¿Piensas que si fuésemos, en general, más cultas/os tendríamos gobernándonos a los políticos que tenemos y que, democráticamente, nos representan?

¿Cuándo piensas hacer la revolución? ¿Cuándo piensas salir de esta crisis de valores éticos y culturales cambiando tus hábitos de consumo?

Más atención a las palabras de Stéphane Hessel (in memoriam), s’il vous plaît!

Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba