Escritorios y escenarios

¿Cuestión de suerte?

¿Cuáles son las posibilidades de ganarme la lotería? Sí, las mismas que tiene usted: una en un millón. ¿Me he ganado la lotería? No. Pero, en cambio he quedado elegida como jurado para las votaciones del plebiscito que consulta si los colombianos están o no de acuerdo con el proceso y el acuerdo de paz, que se está desarrollando entre el gobierno y la guerrilla más vieja de Latinoamérica.

Fui seleccionada al azar por un sistema que escoge arbitrariamente a los encargados de: «identificar al votante», «diligenciar los datos del elector», «pedir al elector que se dirija al cubículo», entre otras cosas…

No gano la lotería, tampoco gano el concurso de investigación al que apliqué apenas aterricé, pero sí gano la responsabilidad de vigilar que los votantes NO HAGAN TRAMPA. ¿Cuestión de suerte o de mala suerte?

Y no puedo evitar pensar que nací en la época equivocada porque no entiendo cómo es que hay que organizar unas elecciones para preguntarle a los habitantes de un país si quieren seguir viviendo en medio de una guerra. No sé que pensarán ustedes pero la guerra no es una idea que me llene de orgullo, que yo sepa no estoy viviendo dentro de uno de los cantos de la Ilíada.

Y no sé si llorar o reír porque… ¿Cuáles son las implicaciones de ser un jurado, digo, además de madrugar un domingo? ¿Voy a tener que contar votos? Pero si ni siquiera cuento el cambio cuando pago el autobús…

Después de asistir a la capacitación para los jurados expertos y principiante, me quedó todo más claro: debo vigilar, vigilar y VIGILAR.

Nota mental uno: espero que la paranoia no me consuma.

Nota mental dos: no tendría que contar miles de votos si no viviera en un país que piensa y siente que la paz es algo negativo. ¿Qué hay que tener en la cabeza para desear la guerra? Qué conste que nacer en este país fue una casualidad, no una elección.

No tengo opciones, debo acudir al llamado, debo cumplir con el deber civil, después de todo soy la vicepresidenta de la mesa XXXX. Además, si no voy, el Estado me multa. Entonces iré, iré con la frente en alto, estás elecciones serán históricas, espero que gane el SÍ, tiene que ganar el SÍ y ojalá que ese resultado no sea cuestión de suerte.

Nota metal final: quizás para ganar la lotería, primero deba comprarla…

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