Lo reconozco, me equivoqué cuando creí descubrir el modelo de las propuestas más descabelladas, los finales chillones y delirantes, las trampas escénicas y facilonas, el recurso que Aristóteles denominó, como el título de mi crónica: Deus ex Machina, la maquinaria de los dioses, o la intervención de lo sobrenatural, de lo inesperado externo a la escena.
Pero fui a la concurrida Wikipedia para buscar la entrada de la expresión latina y me encontré que ahí ya se denunciaba lo que yo tenía planeado denunciar: la solución fácil para la situación confusa de muchas puestas en escena actuales. Dice Wikipedia…
Actualmente es utilizada para referirse a un elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna. Desde el punto de vista de la estructura de un guión, «Deus ex Machina» hace referencia a cualquier acontecimiento exterior impuesto fin de que mantenga lo que se espera de él desde un punto de vista del interés, de la comercialidad, de la estética, o de cualquier otro factor, incurriendo en una falta de coherencia interna.
Ahí está dicho todo, y no hay que añadir nada más. Las salidas fáciles son el atributo de creadores flojos, indisciplinados o sencillamente sin talento dramático. Una salida fácil a una situación compleja es decir por ejemplo todo fue un sueño… por eso es tan inquietante el mini cuento de Tito Monterroso: …cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí… en donde se utiliza el despertar para que continúe la pesadilla. Normalmente es lo contrario, ¡Lo soñé…! dice el protagonista de la obra fallida. O también, todo esto es simplemente un sueño. Así en las malas obras.
El Deus ex Machina puede ser cualquier evento, maquinaria, suceso, acción inesperada que resuelva como por arte de magia un conflicto (mal) planteado. Y claro en el pasado fue la entrada de un dios en escena. Wikipedia misma cita a Aristóteles, el primero que denuncia el recurso usado en la Medea de Eurípides en donde un Dios llega a salvar a la heroína. Lo mismo ocurre en algunas versiones de Ifigenia en donde la víctima es salvada in extremis por Artemisa para que no sea sacrificada.
Pero por qué interesarse en este recurso de aquellos que no logran controlar la situación que crean en la escena y la resuelven con un pase mágico, con el estallido de una bomba, con la llegada de un correo salvador, o con un milagrito escenográfico. Para denunciar una tentación de facilidad, una falta de trabajo e imaginación, un recurso tramposo. El Deus ex Maquina que se ofrece como solución inesperada debe considerarse en realidad una traición a la trama, al trabajo mismo del autor, del director y de su grupo. En el teatro hay que ser fieles al planteamiento.
Ahora bien, Deus ex Machina, dioses en la la maquinaria teatral, ¿acaso serán los múltiples efectos escénicos usados actualmente para atrapar al espectador? ¿Esos recursos serán el final del espectáculo, o el principio de otra manera de ver la escena? Teatro transformado por el ruido escénico, devorado por su propio Deus ex Machina, ya sea el uso del video, de las pantallas múltiples, de micrófonos escénicos para voces en off, las proyecciones… en fin con el paso del tiempo nos dirá qué ocurre con el teatro sometido a tales presiones de la tecnología…
Enrique Atonal Enrique
Cd de México 2017
