Rebel delirium

Double Bill (II)

Una vez decidido el programa artístico, había que encontrar un teatro. Empezamos a llamar a unas cuantas puertas: Riverside Studios, Tabard Theatre, Old Red Lion, Blue Elephant, Southwark Theatre, New Diorama, Park Theatre… Evidentemente tenía que ser un teatro de la escena «fringe» (independiente), sensible a una programación de autores no ingleses. Las lógicas de relación con este tipo de teatros son particulares. La mayoría no reciben ayudas públicas de forma regular con lo cual sus recursos son limitados. Entre otras cosas, no tienen dinero para la publicidad, por lo tanto es la propia compañía quien tiene que convocar al público. De esta forma se explica por qué es importante que en este tipo de producciones haya mucha gente involucrada. Cuantos más actores y mayor sea el equipo artístico en general, aunque esto signifique más nóminas, más posibilidades de alcanzar un mayor público. El equipo es la mejor herramienta de promoción de la obra. Es por esto que en los teatros que se ofrece publicidad y recursos, los productores a menudo apuestan por plantillas más reducidas, con la idea de ahorrar costes.

Para nuestra sorpresa, Arcola Theatre nos contestó afirmativamente diciéndonos que querían saber más cosas del proyecto. Acababan de estrenar con gran éxito un musical («Goodbye Barcelona») sobre unos brigadistas internacionales en la Guerra Civil española. Creemos que esto, juntamente con los buenos recuerdos de ventas que tenían de otros espectáculos spanish que habían pasado por su teatro, ayudó a que se decidieran por nuestra propuesta. El Arcola Theatre era el menos fringe de los teatros que habíamos llamado, de hecho no forma parte del fringe sino del Off-West End. Nos ofrecían el Arcola Tent, un espacio circular, de 230 butacas, muy parecido a una pequeña carpa de circo. Nos enamoramos del sito y en seguida pensamos que podría funcionar muy bien con nuestra propuesta artística; sobre todo para «Contra la democracia», una pieza que lleva el subtítulo de «Siete obrillas de Grand Guignol», a la que un ambiente circense y burlesco le va como anillo al dedo.

Lo del Off –West End lo entendimos rápidamente con el precio del alquiler del espacio: 3.500 libras a la semana más gastos de publicidad (otras 500 libras), 96% de la taquilla para la compañía. Queríamos tener un mínimo de 10 funciones, con lo cual nos obligaba a alquilar el espacio durante dos semanas. Conseguir la subvención del Arts Council of England se convirtió entonces en una necesidad si queríamos tirar adelante el proyecto.

La alianza con StoneCrabs y su director Franko Figuereido ha sido fundamental para el proyecto de Bots & Barrals. Desde el principio nos ayudaron en la búsqueda de teatros, en la solicitud de ayudas públicas como la del Arts Council, etc. Al final hasta nos cedieron su oficina para los castings. Franko es un director brasileño afincado en Londres desde hace años, que cuenta con una larga experiencia profesional. A nivel de producción, sus consejos y ayudas han sido claves, puesto que al principio conocíamos muy poco el engranaje teatral de Londres. StoneCrabs ha sido nuestro refugio y Franko nuestro mentor.

Continuará…

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