Aclárate la voz

El Acto de Pronunciar

Durante el tiempo que llevo escribiendo esta columna, acercándome al año, he tenido la oportunidad de recibir respuestas, devoluciones, comentarios, confirmaciones y también noticias de las actividades de otros profesionales de la voz con ganas de compartir sus aportaciones a la difusión de la cultura vocal. Una de estas personas que quizás ya conozcáis, Carmen Acosta. Carmen, profesional de la voz, publica el blog, http.// 3000herzios.blogspot.com donde podemos encontrar diferentes textos sobre la voz.

El primer día que entré en su blog me encontré con un artículo titulado «Pronunciación versus articulación». Este título, y también en parte su contenido, a pesar del estilo en el que está escrito, hizo que me parase sobre una franja de terreno inestable por ausencia de claridad diáfana y peso veraz. La sensación de la certeza no estar dando la palabra que reúne el significado de lo que realmente se quiere identificar y nombrar. En muchas ocasiones al referirme a la articulación sentía que el mismo término en sí no encajaba con aquello que quería trasmitir cada vez que lo usaba en las clases. Y pasaba desde el vocaliza, al articula, al no se entiende y al ¿qué? La lectura del artículo me permitió reflexionar y a través de ella ir encontrando la fisura en lo confuso y mezclado. Una fisura que ha permitido la discriminación y el hallazgo. En el empeño por indicar lo que se necesitaba cuando un actor tiene problemas de habla en la producción del texto, yo solía dar indicaciones del tipo «no corras, pasa por las palabras» «siente el movimiento» «percibe la fisicalidad de los sonidos» «el cuerpo de las consonantes y de las vocales» «clava los pies en la tierra de lo que dices». Y como siempre pasa, una vez puesto sobre la pista y con la percepción porosa y la mirada posada en lo que el oído recibe al escuchar y contemplar a mis alumnos he podido ir desmembrando y nombrando desde mí comprensión la diferencia entre pronunciación y articulación. Es un tópico, pero, no por ello menos verdad y una vez más el día a día lo confirma; ha sido posible poner un poco de luz gracias a la generosa exposición de las dificultades y habilidades de las personas que buscan que les ayude con su voz y su palabra.

La articulación conduce la atención al movimiento mecánico, al componente funcional en la producción de la palabra. La pronunciación implica ocupar la palabra, hacerla surgir del sentido de la intención, llenarla de presencia. Pronunciar conlleva estar en contacto con la intencionalidad de la comunicación. La articulación es una parte de la pronunciación, pertenece a ésta. Pero la pronunciación no necesariamente está en la articulación. Articular un texto es reproducir un texto de forma mecánica, sin alma. Pronunciar un texto es estar en cada uno de sus sonidos, en contacto continuo con la intención de comunicación, el lugar desde donde nace esa intención y la dirección que se le da. Pronunciar conlleva ocupar con nuestra voz los espacios delimitados por los movimientos en interacción de la lengua, el paladar, los dientes, los labios.

La Real Academia de la Lengua asocia los siguientes verbos al verbo pronunciar: determinar, resolver, resaltar, acentuar, destacar, sublevar, levantar, mostrar. Todos tienen en común la acción de colocar un algo que ocupa el espacio y lo hace existir para uno mismo y para los demás subrayándolo. Y esa acción necesita de energía intencional. Pronunciar es un acto de ser y estar dentro de una acción.

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