Críticas de espectáculos

La fábula de la raposa de Titiriteros de Binéfar: Fábula fabulosa

El zaragozano Teatro Arbolé acogió en su nueva sala del Parque Metropolitano del Agua, “La fábula de la raposa”, uno de los más célebres espectáculos de Los Titiriteros de Binéfar. La obra, un clásico en el repertorio de la compañía, plantea una reflexión en torno a la relación del ser humano con la naturaleza.

La dramaturgia bebe de lo popular (algo habitual en los de Binéfar) y recoge diferentes fábulas en las que la zorra aparece como protagonista, para construir esta deliciosa historia que apela directamente a nuestra capacidad de emocionarnos. La escenografía es un retablo abierto que reproduce un único decorado y deja a los titiriteros a la vista del público.

Está cuidada al detalle pero estilizada, sin nada superfluo o meramente decorativo, preciosista y de gran belleza plástica, entra por los ojos y coloca al público ante un mundo extraordinario, de fábula. Se emplea la técnica de varillas superiores para hacer que los muñecos (magníficamente construidos, estética y técnicamente) evolucionen sobre el retablo con gran riqueza en su repertorio gestual. Gestos y movimientos que sustituyen a las palabras, las hacen innecesarias (los personajes protagonistas sólo emiten sonidos) y definen con claridad y precisión la identidad de cada uno de los personajes.

La presencia simultánea del actor y el títere sobre el escenario está resuelta con inteligencia y teatralidad, y queda plenamente justificada orgánica y equilibradamente. El titiritero aparece bien como narrador, bien como titiritero-personaje que con sus gestos y comentarios hace una doble lectura del espectáculo, bien como personaje de la fábula que evoluciona delante del retablo, interactúa con el público y hace de puente entre éste y la escena. La puesta en escena maneja bien el ritmo, transforma las limitaciones que impone el planteamiento (escenario único, personajes que no hablan) en elementos impulsores de la creatividad, jerarquiza con claridad los diferentes elementos, dosifica muy bien la aparición de los diferentes muñecos, siempre hay algo que nos sorprende, o brilla ese giño que nos emociona o ese otro que nos invita con inteligencia a la reflexión… Pero más allá de todo esto, el espectáculo rezuma buen gusto, sensibilidad, sentido, compromiso, complicidad y capacidad para jugar, para llegar al espectador y tocar su fibra.

Es hermoso cuando un muñeco (materia inanimada) se llena de vida y nos la transmite haciéndonos sentir. Una vez más los Titiriteros de Binéfar, con su buen hacer, elevan los títeres a la categoría de TEATRO, con mayúsculas.

Compañía: Titiriteros de Binéfar. Actores-Manipuladores: Paco Paricio y Marta Paricio. Muñecos: Tania Magura y Nikolay Lozovsky. Escenografia: Juan Domingo, Nikolay Lozovsky y Paco Paricio. Vestuario: Mª José Márquez y Pilar Amorós. Dirección: Paco Paricio.

Teatro Arbolé. 30 de mayo de 2009

Publicado en Heraldo de Aragón 1 de junio de 2009

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