Negro & negro

El teatro de la liberación

Haiti dominó la isla conocida como La Española durante 22 años hasta que en 1844 la Guerra de la Independencia dio la soberanía a la República Dominicana. Seis años antes Juan Pablo Duarte se reunió con ocho amigos en la ciudad de Santo Domingo y creó la Sociedad Secreta «La Trinitaria» con el propósito de independizar la República Dominicana de la dominación haitiana y de cualquier país extranjero. Tomaron juramento y firmaron con su sangre. El nombre de La Trinitaria se debió a la división del grupo en tres. Crearon una estructura conformada por células de tres miembros, cada uno de los cuales debía formar grupos similares con miras a mantener la organización en completo secreto y como una manera de autoprotección. La Trinitaria fue un importante instrumento para la lucha segregacionista.

La Trinitaria fundó unos meses después «La Filantrópica», organismo cultural de propaganda que tenia por finalidad promover a través del arte las ideas de independencia. Se propuso promover el sentimiento nacionalista y patriótico en el pueblo a través de discursos largamente aplaudidos. La Filantrópica comenzó a presentar obras de teatro que de manera indirecta criticaban el orden establecido. Juan Pablo Duarte era conocedor de la eficacia de las representaciones dramáticas para difundir los ideales revolucionarios porque oyó hablar, durante su estancia en Cataluña, del uso que se hizo en Cataluña y en España del teatro para levantar el sentimiento nacionalista del pueblo contra la dominación francesa. Puede afirmarse que todos los trinitarios hicieron el papel de actores. Mucha gente se divertía y a la vez aprendían a través de la representación de obras teatrales que ellos dirigían. Escenificaban la lucha de un pueblo por liberarse de un gobierno opresor. La idea era crear conciencia en los ciudadanos sobre la necesidad de la liberación, y buscaban a través de las representaciones teatrales criticar el régimen de Jean Pierre Boyer.

El teatro fue, por entonces, el medio para alentar y mantener viva la idea separatista en el pueblo.

El 2 de agosto de 1843 Duarte tuvo que salir del país debido a las persecuciones en su contra. Después de una intensa correspondencia con Juan Pablo Duarte los trinitarios elaboraron una estrategia que resultó fallida. El plan se vino abajo, por lo que Sánchez y su grupo tuvieron que adherirse a la táctica desplegada por Ramón Mella, que consistía en tratar de ganar nuevos partidarios para la causa de la Separación. A mediados de Febrero de 1844 la población dominicana, en especial en la ciudad de Santo Domingo, se encontraba suficientemente sensibilizada por la propaganda separatista y se disponía a dar el golpe: los afrancesados en abril y los trinitarios el 20 de febrero. Había otros grupos además de los trinitarios luchando contra el poder haitiano.

Esta noticia decidió la situación y los conspiradores ocupan el baluarte de El Conde. Aunque hubo un momento de vacilación e indecisión se resolvió por el Trabucazo de Mella, que dio la señal para el inicio de la lucha independentista. Después marcharon hacia la puerta del Conde donde proclamaron al nacimiento de la Republica Dominicana. Al día siguiente la población se aglomeró frente a la Puerta del Conde a esperar el resultado de las negociaciones entre las autoridades haitianas y los revolucionarios, organizados ahora bajo la dirección de un Comité Negociador encabezado por Francisco del Rosario Sánchez. El 27 de Febrero de 1844 se creó oficialmente el estado dominicano según el concepto independentista inculcado por Juan Pablo Duarte y como consecuencia del activismo revolucionario que desplegaron los trinitarios, a la cabeza de los cuales quedaron Francisco Del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella y Juan Pablo Duarte.

El teatro fue un instrumento básico para la liberación de un pueblo. A través de las obras teatrales se alentó, avivó y mantuvo la llama de la liberación de la isla de los haitianos. De manera simbólica y metafórica se iba sorteando al poder establecido y llegando al corazón y a la conciencia del pueblo. No fue tarea fácil. El general haitiano Boyer cuando ocupó toda la isla inició una campaña de propaganda en la que se propuso como el libertador de la ocupación española. Este mensaje al principio le dio ventajas, sus obras posteriores se las fueron quitando. El teatro hizo el resto. Sensibilizó e informó a la población. Preparo el caldo de cultivo de la revolución dominica. Dispuso al pueblo para ello y se convirtió en un instrumento básico de liberación.

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