Desde la faltriquera

El Teatro en el 20D

Parece que los últimos ex presidentes de la nación se aficionan a escoger el aniversario de algún óbito de personajes ligados al fascismo para señalar la convocatoria electoral. Zapatero tuvo en mal gusto de escoge un 20N como fecha que marcó el inicio de la debacle socialista que, al decir de las encuestas, continuará el próximo domingo. Rajoy, muy conservador de tradiciones, sigue los pasos de su antecesor y nos convoca en el aniversario de la muerte de Carrero Blanco, la performance del Dodge, el 20D. El siguiente inquilino de la Moncloa se encontrará con una ley no escrita de convocatoria electoral.

¿Para qué leer los programas si se redactan para su incumplimiento? Morbosa afición, que me ha entretenido. Para resumir ¿qué dicen el poker de partidos sobre teatro? A modo de resumen: al PP el teatro como la Cultura, les quema y resuelven con un más de lo mismo. No se molesten en leerlo, porque ni prometen bajar el IVA, ni una Ley de Mecenazgo, ni nada por el estilo. Platea es el buque insignia y la gran fórmula cultural que exportarán a otras actividades artísticas.

Los otros tres partidos, Socialistas, Ciudadanos y Podemos, al menos se esfuerzan algo y rellenan algunos folios. ¿Coincidencias?: bajar el IVA Cultural, recuperar el Ministerio de Cultura, elaborar una Ley de Mecenazgo y dos brindis al sol, fomento de la creación y diálogo con el sector. También se observa en PSOE y Podemos un corta y pega, en el caso de los socialistas de programas anteriores de la etapa Zapatero, lo que denota que no les ha funcionado las llamadas a cargos de diferentes organismos culturales dependientes de la administración central, para que les redactaran unos folios. Originales en el entusiasmo con el que escriben sobre las coproducciones con compañías públicas de otras administraciones ¿podrían decir con cuáles?

Podemos reproduce en su programa los abundantes proyectos, propuestas, cartas a los reyes magos y demás de todos los colectivos relevantes de la vida cultural teatral. Recoger (escuchar) es una buena idea, el problema reside en no contrastar, contradecir propuestas y, sobre todo, no transformar en programa de gobierno iniciativas muy loables, pero ciudadanas. Un punto de inmadurez.

Las promesas de Podemos para el teatro abarcan el cambio de las subvenciones por programas de inversión más incentivos; un gran centro de creación en el Teatro Valle Inclán; ley de Artes Escénicas; Compañías en residencia; rehacer la Red de Teatros; fomentar la investigación y un largo etcétera, en el que incluyen fuera de lugar una Ley de Enseñanzas Superiores Artísticas (el lugar para esa Ley es Educación y no Cultura, mal empezamos). Salvo en este último punto y una no previsión descentralizadora, es difícil no estar de acuerdo, pero faltan prioridades y memoria económica realista.

Ciudadanos no mira hacia atrás, que sí hacen con saña socialistas y Podemos, y propone con una fundamentación más rigurosa una serie de líneas en materia cultural, partiendo del valor de la Cultura para el desarrollo y la convivencia. Sin descender y especificar demasiado, y con lagunas, aunque menos que el PSOE, aportan ideas de interés: el teatro y la educación con la coordinación de egresados de las ESAD’s, la descentralización teatral, vía subsedes del Centro Dramático Nacional y reinventar el INAEM y las unidades de producción. Resultan propuestas realistas y concretas, aunque escasas. Asusta, no obstante, la propuesta de grabación de espectáculos para su reproducción en red en los lugares con escaso acceso al teatro de calidad (?).

En resumen, hay tres partidos que proponen en mayor o menor medida y otro que prefiere ver el teatro desde la Platea. Sin embargo los programas de los cuatro partidos adolecen de una puesta en valor del teatro. De este modo, se echa en falta el teatro como manifestación de patrimonio cultural y, por tanto, toma de conciencia en el sistema de enseñanza y en la difusión ordenada del mismo entre la ciudadanía; foco de irradiación de la lengua española; acción cultural de envergadura en el extranjero (eso que el PP y Sánchez en su tesis –hoy secuestrada de Internet- llaman Marca España, horrible palabro); intercambio cultural con otros países; e instrumento para construir un sólido y estable tejido cultural, social y económico para todos. Toca esperar.

José Gabriel López Antuñano

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