Sangrado semanal

Entrelazados

Oía el otro decía decir que la diferencia entre en el conocimiento y la sabiduría es la distancia que existe entre saber cómo se hace algo y saber efectivamente hacerlo. También existe una imagen muy bella y muy gráfica que ilustra la diferencia a la hora de ir en busca del saber: Contrapone a un ser humano abriéndose paso en la espesura candil en mano, a otro que se convierte en antorcha viva que ilumina. Estamos rodeados de misterio. Un misterio que incluso permite lucrarse a ciertas empresas desde hace más de 15 años realizando pre-cogniciones que las grandes aseguradoras contratan para saber en que andará el mundo en los siguientes 3 a 6 meses. Half Past Men se llama una de ellas con sede en San Francisco, California. Misteriosamente, no hay ni rastro de ella en Internet. Misteriosamente, yo tampoco les diré de dónde he sacado esta información.

Más cosas misteriosas: una persona frente a un ordenador en pleno experimento científico. El ordenador irá disparando una imagen aleatoria cada 30 segundos. La imagen podrá ser «amable» (como, por ejemplo, una atardecer dorado en una playa del sur) o «desagradable» (la imagen de un accidente de coche con heridos). El ordenador dispara la imagen y una vez que ésta desaparece, se producen 30 segundos de pausa hasta que la siguiente imagen aparece en pantalla. El ordenador decidirá aleatoriamente qué tipo de imagen mostrar 10 segundos antes de que acaba la pausa entre imágenes. Pues bien: las personas que meditan con regularidad fueron capaces de anticiparse a la imagen que el ordenador mostraría, reaccionando ante su contenido 2 segundos antes de que la máquina decidiera efectivamente el tipo de imagen que mostraría. Los científicos constataron esto por la reacción de las pupilas y la frecuencia cardiaca de los susodichos. Cuando vemos una imagen desagradable, las pupilas se hacen más pequeñas, cuando vemos algo agradable, se agrandan.

Más: la ciencia ha realizado el siguiente experimento: meten a dos personas que no se conocen de nada en una habitación. Durante media hora les hacen realizar una tarea conjunta, por ejemplo, un dibujo a medias. Después las separan. Una se va entonces a otra habitación y la otra se queda. A quien se queda le disparan fogonzazos de luz a la cara, luz estroboscópica, como la de las discotecas. Los científicos miden la recepción de dicha luz en la parte trasera del cerebro de la persona. Lo alucinante es que la persona que está en la otra habitación tiene, en el cerebro, la misma reacción de recepción lumínica que la persona que está recibiendo efectivamente los flashazos.

Hay una palabra en inglés que utilizan los científicos para denominar aquella situación en la que las ondas cerebrales de dos o varios sujetos están acompasadas, sincronizadas, sintonizadas. Utilizan la palabra: entangled que viene a significar, liado, entrelazado, trenzado. De hecho, el sustantivo entanglement en el habla inglesa común significa «lío amoroso». Si basta con media hora de tarea conjunta para sintonizar y entrelazar nuestras ondas mentales con quien compartimos labor, imagínense los elencos teatrales que entrenan juntos desde hace años, haciendo hincapié en temas como la escucha grupal. Entiendo que tienen que tener montada una orgía mental de las buenas. En fin. Les dejo con todos estos misterios ardiendo en la retina con la esperanza de que su flashazo les deje un eco abierto al entanglement mental con toda la humanidad.

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