Entrevistas

Entrevista a Rodrigo Francisco, director del Festival Internacional de Teatro de Almada

Un Festival que avanza dialogando con su público

La originalidad del Festival de Almada reside en que fue creado por la Compañía de Teatro de Almada, que fundó Joaquim Benite. Dirigida en estos tiempos  por Rodrigo Francisco que no sólo administra y programa el Festival sino también el Teatro Municipal de Almada. El Festival que cuenta con el apoyo financiero de la municipalidad almadense y del Ministerio de Cultura forma parte de los tres Festivales de teatro más importantes de Portugal. Su ambición no es convertirse en un escaparate más de la escena teatral internacional sino en afirmarse como un espacio de encuentro y emulación entre los artistas portugueses y extranjeros, proporcionando así al público el acceso a los movimientos artísticos y nuevas tendencias teatrales.

Irène Sadowska – ¿Qué identidad has conferido al Festival Internacional de Teatro de Almada? ¿Hay temas particulares que identifican las diferentes ediciones del Festival?

Rodrigo Francisco – No quería estructurar las ediciones sobre temas particulares por que el Festival tiene la ambición de unir diferentes públicos con sensibilidades e intereses diferentes, que obviamente no caben en une temática particular. El Festival evolucionaba siempre en el dialogo con nuestro público. Por ejemplo año pasado el público eligió el espectáculo ‘Hedda Gabler’ de Ibsen de la compañía noruega Vajoner Teater a la que hemos vuelto a invitar este año. También se ha manifestó un interés por las formas del teatro íntimo, más próximo a los espectadores. Es una manera de volver a la esencia del teatro. Así en la edición 2017 una gran parte, 11 de los 26 espectáculos programados, están concebidos para los pequeños espacios, a menudo atípicos y no teatrales que crean una relación de intimidad. Por ejemplo, además de Hedda Gabler presentada en una casa con jardín, se puede ver un espectáculo argentino ‘Svaboda‘ o ‘Ela diz’ del Teatro da Garagem y otros. Estas formas permiten reducir el teatro a sus elementos más esenciales: actores, texto y el público. Confieso que este anhelo de los espectadores me sorprendió.

I. S. – Opuesto al teatro intimista, artesanal, en las programaciones del Festival hay varias propuestas de formas vanguardistas, postdramáticas con un importante uso de medios tecnológicos, como por ejemplo espectáculos de Katty Mitchell o este año el espectáculo ‘Golem’ de la compañía británica 1927…

R. F. – No me interesa presentar la tecnología por el hecho de ser tecnología, como una curiosidad o novedad en el teatro, pero es evidente que las aportaciones de estos nuevos medios con su uso inteligente enriquecen el trabajo escénico, abren nuevas posibilidades de narración y de representación. Lo fundamental para mí en el teatro que ya sea artesanal o hecho con medios tecnológicos, es la poesía y la inteligencia. El lenguaje escénico de la compañía 1927 está basado sobre los medios tecnológicos pero utilizados de una forma poética, en su fusión con el trabajo de actores, músicos y creadores de video. Esta parte humana del teatro es esencial y especialmente hoy en la sociedad actual. El teatro nos proporciona la dimensión poética, reflexiva, que no se encuentra en la vida cotidiana ni en distintos tipos de juegos, experiencias eróticas y de violencia.

I. S. – Tu compañía presenta en el Festival el estreno absoluto de ‘Historia do cerco de Lisboa ‘basado en la novela de José Saramago adaptada por José Gabriel Antuñano y dirigida por Ignacio García. Es una reflexión sobre la historia y sus interpretaciones: ¿cómo se escribe la historia? Esta pregunta se cruza con otras sobre la escritura, la ética del escritor y del editor, la censura, etc… ¿Porqué te ha parecido importante abordar en este momento estas temáticas?

R. F. – La creación de Historia do cerco de Lisboa es una propuesta que me hizo José Gabriel Antuñano hace dos años. La producción reúne, además de a nuestra compañía, a otras tres compañías independientes. El espectáculo se repondrá en octubre 2017 en la temporada del Teatro Municipal de Almada y después tendrá una gira en Portugal con 37 representaciones. Para nosotros los portugueses, particularmente los de mi generación, que aprendimos en las escuelas una cierta versión de la historia considerada como la única verdadera, es importante ponerla en cuestión y reflexionar sobre los puntos de vista y las circunstancias que generan diferentes opiniones e interpretaciones. Creo que la literatura y el teatro, pueden ser los medios muy eficaces para comprender otros puntos de vista. Por ejemplo ha habido una polémica este año en el Festival respecto a la participación de una compañía de danza israelí. No puedo censurar un artista o una compañía solo por su nacionalidad. Durante la dictadura de Salazar en Portugal varias compañías portuguesas independientes presentaban sus obras en el extranjero sin ser censuradas por su nacionalidad. Historia do cerco de Lisboa abre justamente una discusión sobre las actitudes frente a las visiones diferentes u opuestas, fijadas por traumas, ideologías e intereses políticos. En ‘Ricardo III’ de Shakespeare que voy a montar en la temporada 2017/2018 del Teatro Municipal quiero destacar la posibilidad de varias visiones y aproximaciones al personaje de Ricardo III. El actor que le interpreta debe intentar comprender su pensamiento, sus motivaciones y contradicciones para que el espectador pueda hacerse su propia opinión. Para combatir lo que nos parece injusto debemos sobre todo comprender en que razones está basado y por qué.

I. S. – El Festival de Almada no tiene la ambición de formar parte de grandes circuitos de Festivales Internacionales en los que se puede ver los mismos productos fabricados para girar en las escenas de varios países. ¿Por qué?

R. F. – Estoy totalmente en contra de la idea de la internacionalización del teatro que aparece ahora en Portugal. Pienso que lo fundamental es crear las condiciones para que los creadores portugueses puedan desarrollar sus proyectos creando un verdadero público e iniciándole a las prácticas teatrales de hoy. En Francia, Alemania, Inglaterra, donde existe un importante fondo teatral el teatro se internacionaliza mucho pero en Portugal el teatro no tiene un papel social ni crítico y su presencia se limita a algunos sitios particulares. La prioridad para mí es desarrollar el teatro y la cultura teatral en todo el territorio y sobre todo en los lugares donde hasta ahora no existen. ¿Por qué hacer productos internacionales para exportarlos y girar en el extranjero cuando es necesario implantar y afirmar el teatro nacional con sus propias características? Me rebelo también contra la política de hacer creaciones que se representan sólo 10 veces y después desaparecen. Falta una verdadera política cultural y particularmente en el sector del teatro.

I. S. – La internacionalización no es sólo copiar los modelos y tendencias que se venden. La entiendo también en el sentido de abertura a otras formas y practicas teatrales…

R. F – Eso es también la misión del Festival de Almada. Estoy en contra de la internacionalización en un sentido comercial, de un mercado en el que se venden espectáculos parecidos unos a otros, cómo dijo Benetton. Esta «marca» de productos se ve en todos los festivales ya sean en Rio, Edimburgo o en otros festivales de Europa. No quiero convertir el Festival de Almada en un mercado para los programadores, productores y otros agentes de promoción. Prefiero el auténtico público, ciudadanos de Almada y de su región. Me interesan su relación con el Festival, sus propuestas, sus opiniones sobre los espectáculos. Pero este Festival a nivel humano es también un espacio con ventanas abiertas al mundo, a otras culturas teatrales. Es importante saber por qué en Portugal, además del Festival de Almada solo los Festivales de Alcántara y de Oporto tienen esta vocación internacional.

I. S. – ¿Cuáles son los criterios de elección de los espectáculos para el Festival?

R. F. – La calidad artística y el contenido. La elección no tiene que ver con mi gusto personal de creador y espectador. Hay espectáculos que no me gustan personalmente pero tienen su público. Mi objetivo es proponer al público de Almada un panorama bastante amplio de lo que se hace en el mundo en materia de teatro: diferentes formas, estéticas, lenguajes escénicos, como por ejemplo el de Marthaler que presenta este año su creación ‘Una isla flotante’. De forma general busco un equilibrio entre los espectáculos más experimentales, complejos y los más populares como por ejemplo el espectáculo ‘Bigre’ de la compañía francesa Le fils du grand réseau que inauguró esta edición del Festival.

I. S. – ¿Cuáles son tus proyectos y las grandes líneas para el Festival 2018 y el Teatro Municipal?

R. F. – Para el Festival de momento no hay proyectos firmes. En cuanto al Teatro Municipal voy a hacer ‘Ricardo III’ de Shakespeare, ‘La noche de la libertad’ de Horvath, ‘Los emigrantes’ de Matei Visniec y ‘Nathan el sabio’ de Lessing que nunca fue estrenado en Portugal. También hemos programado entre otros en la temporada que viene ‘El feo’ de Mayenburg, ‘Caperucita roja’ de Joël Pommerat, ‘La noche de la iguana’ y ‘El zoo de cristal’ de Tennessee Williams, ‘Las criadas’ de Genet, un espectáculo a partir de textos de Robert Pinget y varias obras de autores portugueses.

Irène Sadowska

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