Críticas de espectáculos

Fuenteovejuna / Lope de Vega / TNT-El Vacie

De inclusión

A lo largo de más de una treintena de ediciones, el Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (FIT) ha demostrado su vocación de compromiso con el teatro, con la cultura y con la sociedad en general. Es un compromiso con los grupos y compañías que reivindican una y otra vez su identidad antropológica; es un compromiso con la cultura que integra y dialoga entre ideologías y pensamientos diversos; es un compromiso con el público de Cádiz que encuentra otros mundos, otras poéticas y otras motivaciones no habituales con qué emocionarse y reflexionar.

Un ejemplo de este compromiso en los tres campos, lo constituye la inclusión de la compañía TNT-El Vacíe con la obra “Fuenteovejuna” de Lope de Vega y dramaturgia de Antonio Álamo. Como ya es conocido, esta compañía está formada por gitanas iletradas que viven en el sevillano poblado chabolista de El Vacíe. No es ésta la primera incursión de estas mujeres en la programación de los circuitos teatrales. Su “La casa de Bernarda Alba” ha recorrido medio mundo y ellas han cosechado premios en lo que fue todo un acontecimiento teatral.

Hace diez años tuve la ocasión de ver su espectáculo de aproximación a García Lorca, y publiqué una crítica en este mismo medio que titulaba “Experiencia sociológica”. Esa crítica tuvo unas réplicas duras y airadas por quienes entendieron que mi opinión desmerecía el espectáculo. No era cierto o no era ésa mi intención. Quiero recordar que hacía un análisis teatral y otro sociológico en donde, entre otras cuestiones, reflexionaba: “¿Estamos ante una simple experiencia o ante una experiencia seria? ¿Terapia o investigación, integración social o autenticidad, antropología de los artístico, exotismo o verdad, oportunismo o proyecto viable? (…) hoy por hoy, la propuesta de TNT, de Pepa Gamboa y de las gitanas de El Vacíe muestra cierta honestidad.”

Ahora, diez años después, ante este “Fuenteovejuna” aquella reflexión mía ha concluido en que estamos ante una experiencia seria, terapéutica, de investigación, integradora social, de autenticidad antropológica, que es un proyecto viable, todo junto, y que rezuma honestidad, honestidad y honestidad. Lo que hace esta singular compañía, aunque ellas no lo sepan es teatro inclusivo.

Y es que, el tiempo, el devenir cultural y social, la experiencia y la apertura a una diversidad escénica más rica y más plural, nos ha llevado a todos a conocer otras formas, otras estéticas y otras poéticas. En el ámbito del FIT, la profesora e investigadora Lola Proaño hace muchos años nos acercó al teatro comunitario que de una u otra manera ha sido replicado en el mundo escénico. Ahora se habla de grupos y compañías que trabajan con teatro de barrio, teatro colaborativo y teatro de inclusión.

En este punto, el teatro de inclusión, TNT-El Vacíe ha sido precursor con aquel trabajo sobre la aproximación a Lorca. Y el montaje de “Fuenteovejuna” es su paradigma. Porque, una entre muchas de las características de la inclusión –hay publicaciones que lo describen- consiste en que el personaje se adapta al intérprete y no al revés como sucede en el teatro convencional. Es decir, las mujeres de este “Fuenteovejuna” se cargan sobre sus espaldas toda una sociedad oprimida, maltratada y sometida al señor, al poderoso. Es más, son mujeres sojuzgadas por el macho varón. Ellas no se adaptan a los personajes, ellas son así.

Desde esta perspectiva, la propuesta de Lope no solo posee una asombrosa vigencia –todos sabemos cómo va la cuestión política actual-, sino que da la sensación de que el autor estuviera pensando en estas gitanas de El Vacíe cuando escribió este texto hace más de quinientos años. Los personajes y la situación política hablan con toda propiedad por boca de estas gitanas que son portadoras de verdad.

Aparte de la tremenda significación política y de la potente reivindicación social, Pepa Gamboa ha dirigido un magnífico montaje en modo de tragedia griega que clama por la libertad. El espectáculo comienza con la entrada del coro a ritmo de “Libertango” de Piazzola; el corifeo interrumpe para afirmar que van a representar “Fuente Ovejuna”. A partir de ahí, el juego inclusivo está servido. Los personajes se hacen gitanas que asumen su rol que no tienen que simular. Cantan, bailan, juegan y lavan en el río como gitanas. Aparece Fernán Gómez de Guzmán. “La Ley es de quien la escribe”, gran dilema político de Aristóteles; siguen más juegos y bailes; cantan a coro el estremecedor “Grándola villa morena”, himno emblemático de la Revolución del 25 de Abril en Portugal. La pieza deja de ser localista de El Vacíe o de Andalucía o de España, la pieza tiene una dimensión universal.

Lope y Antonio Álamo conversan con estas gitanas que son más verdad que la mera postal publicitaria. Los autores y el texto literario desaparecen para reencontrarse en ¿Quién mató al Comendador? /Fuenteovejuna, señor, Fuenteovejuna. Es la máxima expresión democrática que reside en la gente frente al opresor.

Gran espectáculo este “Fuenteovejuna”. Feliz inclusión con un pueblo, con una sociedad que reclama, una y otra vez, libertad.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: Fuenteovejuna. Autor: Lope de Vega. Dramaturgia: Antonio Álamo. Elenco: Rocío Montero Maya, Lole del Campo Diaz, Carmina Ramírez Montero, Sandra Ramírez Montero, Ana Jiménez, Pilar Ramírez, Rocío Rivasflores, Beatriz Ortega Chamorro y David Montero. Espacio escénico: Antonio Martín. Vestuario: Maite Álvarez. Iluminación: Alejandro Conesa. Dirección: Pepa Gamboa. Compañía: TNT-El Vacíe. Sala Gran Teatro Falla. Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.

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