Escritorios y escenarios

Heme aquí

A propósito del mito del eterno retorno, heme aquí regresando a esta faceta escritural en la que mis pensamientos se organizan línea por línea, mientras esperan ansiosos encontrarse con “los otros”, con ustedes posibles lectores, donde quiera que se encuentren. 

 

No podía empezar de otra manera, excepto declarando que he vuelto. No he muerto del todo, aunque muero y vuelvo a nacer cada cierto tiempo. No llevo la cuenta de mis muertes, pero sé que este nacimiento, el más reciente, cumplirá un ciclo y después me convertiré en algo distinto. Quién sabe en qué. 

Heme aquí retornando, siendo la misma y al mismo tiempo otra. 

Sí, los trayectos misteriosos de la vida me llevaron por círculos y triángulos, por cuadrados y enredos, por bifurcaciones. Y después de unas vueltas por aquí y por allá, otra vez regreso a este espacio virtual que me permite conectarme con mis ideas, reconocerlas y escucharlas mientras imagino que hay alguien del otro lado. 

El nombre “escritorios y escenarios” se mantiene. Mis reflexiones se configuran entre esos dos polos. Retorno porque volví a sentir un llamado, no sé si de sirenas o de las míticas diosas que se resisten a desaparecer. No sé si el llamado es un coro de voces que pertenecen a las mujeres que vivieron en otros tiempos y que no podían hablar. Quizá sea el llamado de la vida invitándome a cultivar, a construir, a legitimar a esa mujer que piensa, siente, actúa y que ha hecho del teatro una visión del mundo. Y esta dimensión de mujer que piensa, que pregunta y duda, que lee y que escribe, que observa e intenta comprender, y que, como todos, a veces fracasa, me estaba exigiendo la evidencia, es decir, estaba reclamando que fuera más explicita. Por eso estoy aquí. Retornando después de un largo viaje por otros escritorios y escenarios. Después de pasar el último año, literalmente, encerrada en un apartamento. 

El llamado insistía mucho, gritaba que a pesar de todo, del trabajo, la sobrevivencia, las responsabilidades, los desencuentros, y el desamor, debía aprovechar todos los escritorios y escenarios para crecer, para dar cuenta de qué pienso, escribo, leo, creo y hablo. Y he decidido hacerle caso, al menos por esta vez.

Por eso heme aquí. 

 

14 de marzo 2021

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