Escena silenciosa

Interpretar o imitar

Son muchas las acciones y representaciones teatrales en las que la interpretación del actor queda en la frontera entre la interpretación y la imitación. Pienso en ello y me atrevo a compartir con vosotros mi opinión. Pero compartir mi opinión implica explicar qué creo que es cada cosa. Pero antes, las definiciones. Empiezo por la imitación. «Imitar: Ejecutar una cosa a ejemplo o semejanza de otra» (Dicc.de la Real Acad. Esp., 21ªed.,1992). Ahora la interpretación. «Interpretar: 4./Representar una obra teatral, cinematogràfica, etc. 7./Concebir, ordenar o expresar de un modo personal la realidad» (idem).

La imitación la entiendo en un contexto cómico, es más, sólo cómico -por favor, si os viene en mente algún ejemplo de imitación en contexto dramático, me gustará que me lo comentéis-. El actor se caracteriza con los rasgos caricaturizados del personaje imitado, su actitud facial y corporal también resulta una fotografía, la mayoría de veces, exagerada. Y la voz también resulta ser una grabación en vivo de la persona o personaje. Son precisamente estas exageraciones en la imitación, que la propia imitación ha perdido virtud propia y aparece, la mayoría de veces, no como imitación como tal sino como, en realidad, caricatura. Echo de menos las imitaciones; imitaciones sin caricatura.

Está claro que en su propia definición la interpretación permite matices, subjetividades, interpretaciones al fin y al cabo, valga la redundancia. Y resulta que personas que creen o presumen de interpretar, van más allá de ese personaje y creen, con su interpretación, que aportan más veracidad, más autenticidad, más luz a la esencia del personaje; y lo que resulta es que imitan la magnificencia del personaje, y no su verdad. Y hacen el ridículo.

Sigo. Cyrano de Bergerac, las interpretaciones que nos vienen a la mente, acaban siendo una imitación del propio personaje, me gustaría conocer alguna interpretación que se acercara a la persona. Yo no conozco ninguna. Pienso en versión teatral o cinematográfica, así por ejemplo, Gérard Depardieu hacía una imitación del personaje; en cambio el mismo Depardieu hacía una magnífica interpretación del Conde de Montecristo que, a pesar de los diferentes disfraces y caracterizaciones que pide la obra, no deja que la imitación aplaste al personaje, sin miedo, eso sí, deja que el humor intervenga -otro adjetivo complejo-. Me explico. Quiero decir, en el contexto del humor : Groucho Marx es/hace una imitación, casi caricatura, constante de su propio personaje; mientras que Harpo Marx, a pesar de impregnarse de más humor externamente, es/hace una interpretación de su personaje.

¿La imitación la relaciono con una calidad menor? Nooo. Carlos Latre, por ejemplo, es un gran imitador, en un contexto de humor pero muy serio en su trabajo. Pasa lo mismo con Silvia Abril y Agnès Busquets. Imitadores de si mismos para no decepcionar al personaje público que nos ofrecen son o han estado un Paco Morán, Arturo Fernández, también un José Coronado o Bertín Osborne….uyy, que marcho de contexto. Pero me doy cuenta que muy pocas veces acepto la imitación, prefiero la interpretación cuando hablamos de contexto escénico y cinematográfico, en contexto del ejercicio de actor. Decía, ¿cuántos Shakespeare’s hemos visto que son una imitación -aquí sí en sentido peyorativo- y no una interpretación de la grandiosidad de sus personajes? En cambio, por ejemplo, recuerdo un reciente Eduardo Soto en «Las amistades peligrosas» -que no es de Shakespeare- (dirigido por Darío Facal) donde su interpretación, lejos de haber caído en un peligroso pozo de la afectación que inspira el personaje, resultó ser una excelente interpretación del personaje. Como excelente fue la interpretación y camuflaje de Jordi Boixaderas en el Festival Grec de este pasado verano en Amor & Shakespeare, que no cayó en la imitación (podéis ojear mi crónica en artezblai.com/artezblai/festival-grec-2105-cronica.html)

¿Pero cuántos son los actores dramáticos que devienen una patética, a veces, imitación de si mismos? Muchos. Hay actores y actrices que con los años, sea cuál sea su papel, son una imitación de su apellido haciendo ver que interpretan un nuevo personaje, siempre con tonos y gestos afectados perdonando al público por no ser dignos de su grandiosidad. También he visto actores en una fantástica interpretación que rodeados de su elenco devienen una casi-caricatura del personaje.

Sigo escribiendo y……rectifico (cuando os pedía una imitación en contexto dramático) : Ahora mismo recuerdo la película de Amenábar «Mar adentro» donde la imitación de Bardem de Ramón Sampedro en ningún momento conlleva caricatura. Javier Bardem se concede una imitación -con sello propio a nivel interpretativo- y no por ello resta verdad a toda la intensidad y dramatismo del personaje.

Y la otra interpretación que quiero resaltar es la de Mercè Arànega. Hablo de la obra estrenada este pasado verano en la barcelonesa sala Muntaner. En «Un cel de plom» Arànega, lejos de imitar, in-ter-pre-ta a Neus Català. No la imita ni en su voz, ni en su cara, ni en su gesto. Capta su fuerza, su esencia, su dolor, su rabia, su biografía y Arànega se la hace suya, la interpreta bajo el filtro de la sabiduría de la sensibilidad y la de la experiencia escénica. Capta su mirada, no imitando sino sencillamente -que no simplemente- siendo los ojos de Neus -bajo la mirada de Mercè- .

Por último, compartir mi admiración por aquellos actores-actrices que se camuflan en cada personaje. Dejan de lado su respiración, su físico, su aliento, su sello o no sello, y toda su persona es otra. Toda su persona es otra. Y en su biografía profesional se extiende un abanico de interpretaciones múltiples donde la disparidad de personajes es extrema.

Os menciono tres (situaros en su ejercicio, aquí es igual género o época o país, estáis avisados!): Gregory Peck, y pienso en «Vacaciones en Roma» y «Los niños del Brasil». Pierce Brosnan, pienso desde «Remington Steele» a pasando por asesino o atreviéndose a cantar abiertamente en «Mamma Mía!». Y pienso en Clara Segura, en cine o teatro o televisión, en drama o humor, su piel es un auténtico traje de pieles de diferentes personas a las que da vida; mirad sus excentricidades junto a Bruno Oro, mirad su «Una giornata particolare» de La Perla29, …una actriz universal.

Imitar, interpretar, actuar, caricatura, personaje, sello de actor, camuflaje, vicios afectados…, fronteras, límites, matices…, ojos versus miradas, gestos versus mímica, cuerpo versus danza…, el fantástico mundo escénico delante de las cámaras, sobre la madera del escenario…, llorando o riendo…, interpretando, siendo, bailando…..!!

Anna Jarque, septiembre 2015.

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