Foro fugaz

Jean-Claude Carrière (1931-2021) 

Esta evocación en memoria de Jean-Claude Carrière podría titularse: «Un puente de culturas» o «El enlace de talentos» o «Colaboración indispensable», porque él fue puente, enlace, colaborador, y al final de sus días: Sabio. Cuando un director de cine contaba con un guion de Carrière, sabía que tenía asegurado un alto porcentaje de éxito para su película. Lo mismo ocurría con las adaptaciones para el teatro, pues aunque fueron menos conocidas, no fueron menos espectaculares. 

 

Empecemos por el cine y su colaboración con Luis Buñuel. Desde que Buñuel regresó a trabajar en Francia encontró en Carrière un sólido apoyo.  Fueron casi 20 años de complicidad, desde El diario de una recamarera (1964), hasta El obscuro objeto del deseo (1977), pasando por Bella de día (1967). Esta colaboración quedó plasmada en un libro de entrevistas autobiográfico Mi último suspiro que publicaron en 1982. Para Carrière significó el encuentro con México y España, ya que muchas de esas adaptaciones fueron realizadas en la estación termal de San José Purúa en el centro de México. Un hotel memorable que como muchas cosas en México está en ruinas. De estos encuentros mexicanos Jean-Claude Carrière armaría su Diccionario amoroso de México. 

Como guionista trabajó con otros directores importantes: Louis Malle, Andrzey Wajda, Milos Forman, Jaques Deray, Godard y un gran etc., aunque fue Buñuel quien confirmó su gran calidad como guionista-adaptador.  

En el teatro Carrière también fue prolífico, especialmente en sus adaptaciones. En este sentido destaca su fructífera relación con Peter Brook en el rescate del teatro ‘Boufes du Nord’, sitio de creación teatral por excelencia en París. El trabajo teatral de Brook, en especial en los primeros años de esa aventura, es impensable sin la participación de Carrière. La culminación de esta empresa fue la puesta en escena del Mahabarata el libro sagrado del hinduismo; nueve horas de espectáculo con una compañía internacional, uno de mis recuerdos más intensos de una noche de teatro. Presentado en el Festival de Aviñón en 1985, fue una experiencia rotunda, desde la caída de la noche hasta el amanecer de un nuevo día. 

Otra obra de teatro importante de Carrière es La Controversia de Valladolid, basada en hechos reales ocurridos en 1550, una confrontación entre Fray Bartolomé de las Casas, defensor de los indígenas y Juan Ginés de Sepúlveda que apoyaba la dominación española. 

Ahora que observo el currículum de Carrière me doy cuenta de la inmensidad de su obra. Porque además del teatro, el cine, la televisión o la literatura, tuvo un interés muy especial en las ciencias y en las religiones. En las ciencias su mirada fue hacia el infinito sideral, mientras que en las religiones y la espiritualidad fue al hinduismo o al budismo que lo condujo a publicar con el Dalai Lama. 

Carrière era un hombre sencillo, sin la soberbia apegada al renombre aunque conocía su valía. Siempre dispuesto a colaborar, sea con los periodistas o con los nuevos cineastas. Alguna vez fui a su casa en el barrio de Pigalle, y conversó conmigo sin ínfulas de gran personaje. Sus temas favoritos eran Buñuel y Brook. Y más tarde la cosmología y su insólito despliegue de posibilidades. 

En una entrevista con Antón de Castro, aseguraba que vivimos en un periodo fascinante, con la creación de nuevos lenguajes, como el cine, la televisión o la radio, con la llegada de la informática y de su consecuencia inmediata, Internet. Le atraía la posibilidad de trabajar la síntesis de imágenes y digo yo, con la realidad virtual, pero la muerte lo alcanzó el lunes 8 de febrero.  

Carrière miraba siempre al futuro; a pesar de sus 89 años y su extensa obra, nunca se solazó en sus triunfos pasados y siguió trabajando sin descanso hasta el final de sus días. El 2020 fue un año perdido para todos, a pesar de todo presentó en la Berlinale La sal de las Lágrimas, dirigida por Philippe Garrel. 

Trabajo inmenso, vida intensa, muerte apacible. Su familia informó que Jean-Claude Carrière murió mientras dormía, un final armonioso para esta fuerza de la naturaleza. Deseo que siga trabajando dondequiera que se encuentre, buen viaje Jean-Claude. 

Finalicemos esta evocación de Carrière con esta cita, aparecida en la revista Letras Libres en la entrevista con Antón de Castro.

«Lo invisible es casi tan importante como lo visible. Esto se sabe. Lo mismo vale para el cine (y el teatro) que para la literatura. El cine no sólo es el arte de lo visible, sino también de lo invisible…«.

París, febrero de 2021 

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