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La 3ª edición del festival ‘Me gustas pixelad_’ pone el foco en la violencia mediada tecnológicamente

Los días 13 y 14 de marzo, la tercera edición de ‘Me gustas pixelad_’, festival producido por La Casa Encendida de Madrid y comisariado por Matías Daporta, pone el foco en la violencia mediada tecnológicamente.

 

Tras observar performances en espacios virtuales en la primera edición y piezas inspiradas en elementos de la cultura gamer en la segunda, esta edición pone el foco en trabajos que abordan la violencia sin cuerpo.

Al mismo tiempo que aterrizan en Badajoz los primeros drones militares de nueva generación del ejército español, se coreografía en un descampado de Madrid una horda de micro-drones led que acompañaron la cabalgata de los tres Reyes Magos en enero del 2020.

Los gobiernos intentan alejar a los ciudadanos de las zonas de conflicto bélico -delegando el trabajo de la guerra en armas robotizadas-, mientras estos, por el contrario, buscan deconstruir el camino que recorre una tecnología de origen militar para devenir en un objeto de entretenimiento de masas a través de pieza principal del festival, ‘The Automated Sniper’ de Julian Hetzel.

Esta pieza, que durante los dos días del festival se presenta en sus dos formatos –una instalación de larga duración jugable el viernes y su versión escénica el sábado– pone al espectador en la posición de un militar a cargo de un drone de asalto teledirigido. En sus manos tendrá un arma y la decisión de cómo operar con ella. Ahora bien, lo que se pone en juego va mucho más allá del entretenimiento que brinda la propuesta. El artista consigue ponerle cuerpo a una pregunta global: «¿Qué hacemos deshumanizando la guerra?».

Por otro lado, Elena Castro Córdoba y Laura Tabarés presentan el taller ‘Scrolling You Down’, donde presentan y enseñan técnicas de defensa personal en entornos digitales. Estas dos artistas-analistas digitales cuestionan por qué el alter ego online saca lo peor del ser humano y cómo una herramienta (internet), que supuestamente surgió para conectar a las personas, se ha convertido en un campo de batalla verbal.

Asimismo, el taller ‘Feeling raid’ –propuestas de Elena Castro Córdoba, Laura Tabares y Clara Harguindey– da la vuelta al concepto de raid clásico –entendido como una invasión de un espacio digital concreto, como una forma de ataque– para marcar un guion sobre cómo recorrer el territorio del videojuego, cómo jugar entre todas, para generar un nuevo mapa afectivo en la partida.

Estos dos proyectos paralelos cuestionan, además, la economía que existe tras la seguridad ciudadana: mientras el gobierno invierte 158 millones de euros en cuatro drones Predator (así es como se han bautizado), al mismo tiempo se intentan tumbar políticas contra la violencia de género, homófoba y racista, cuyo objetivo es, de hecho, frenar a los depredadores de carne y hueso.

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