El Chivato

La Fundación Festival Internacional de Teatro Clásico Almagro, Premio Max a la Contribución a las Artes Escénicas 2017

El comité organizador de los Premios Max de las Artes Escénicas da a conocer en el Día Mundial del Teatro, el Premio Max a la Contribución a las Artes Escénicas 2017. En esta ocasión, el reconocimiento ha sido otorgado por unanimidad a la Fundación Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, organizadora del festival homónimo que este año celebra su cuadragésima edición. El comité concede la distinción a la institución por «un trabajo continuado de preservación y puesta en valor del teatro del Siglo de Oro y por su firme apuesta por la renovación estética y búsqueda de nuevos lenguajes que han permitido, a través de una mirada joven, acercar este patrimonio cultural a las nuevas generaciones y la creación de nuevos públicos».

 

Natalia Menéndez, directora de la Fundación Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, recibirá el galardón el 5 de junio durante la ceremonia de entrega de la 20ª edición de los Premios Max de las Artes Escénicas que organiza la Fundación SGAE con la colaboración de la Generalitat Valenciana en el Palau de les Arts de Valencia. Menéndez ha recibido esta noticia «con gran alegría» ya que supone «el reconocimiento a un trabajo de 40 ediciones, 8 directores diferentes y mucha gente invisible a la que hay que agradecer su dedicación».

Cuarenta ediciones avalan la labor del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, considerado el más importante del mundo dedicado al teatro de los siglos XVI y XVII. Aunque en sus inicios se centró únicamente en el teatro del Siglo de Oro español, con el paso de los años abrió sus escenarios al barroco europeo y al teatro oriental de la misma época, un legado literario que la directora reivindica con firmeza: «El patrimonio que nos dejaron estos autores es tan fuerte y potente, habla de inquietudes tan cercanas al presente que los artistas actuales no pueden más que rescatarlos con la mirada de hoy», subraya. «El sentido de la justicia, el amor y la dignidad humana en esta época fue dicho de una forma tan cruda que no ha sido todavía alcanzado ¿Quién ha superado a Cervantes o Shakespeare? Creo que muy pocos», declara.

Un festival de hoy con el barro de ayer

«El Festival de Almagro es un festival de hoy construido con el barro de ayer, pero se aleja de las miradas antiguas o viejas», destaca Menéndez sobre el carácter de renovación del certamen. Acercar las obras de los autores clásicos a toda la población, abrir el camino a nuevos lenguajes y sobre todo descubrir estas obras a través de la mirada joven de los nuevos directores de escena son solo algunas de las metas alcanzadas por el Festival, que en el año 2011 implantó el Certamen Internacional Almagro Off, una muestra internacional que ofrece nuevos lenguajes y puestas en escena sobre los textos clásicos, dispuestos a apuntar directamente a la curiosidad y contemporaneidad del espectador. Por otro lado, propuestas como las que se exhiben en el Certamen Internacional Barroco Infantil -que cumple este año su sexta edición- promueven la creación de nuevos públicos desde una visión adaptada al público familiar.

«Nos interesa mucho la perspectiva de hoy con respecto a Shakespeare o Cervantes. Quisimos que directores noveles de escena de todo el mundo se acercaran a estos autores, ¿cómo nos contaría Lope un asiático o una americana? Fue una llamada de miradas diferentes que además nos ha permitido ofrecer al mundo el legado de nuestros autores», explica.

Cuarenta años acercando los clásicos

Durante el mes de julio, más de un centenar de representaciones culturales se dan cita en diversos espacios escénicos de la pequeña pero monumental localidad de Almagro (Ciudad Real), rehabilitados por la propia Fundación, como plazas, claustros al aire libre o teatros a la italiana, contribuyendo así a la dinamización de un espacio urbano a través de la cultura.

Esta experiencia de «renovación» del teatro clásico, en el que se desvisten las obras y se ofrece una mirada nueva que propone el Festival de Almagro ha calado en los nuevos públicos: «Hemos conseguido que niños, familias y personas que jamás pensaron en ir al teatro accedan al conjunto de obras clásicas y sobre todo que las disfruten. Creo que el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro cumple una función social de cultura y educación, ha permitido que niños y adolescentes no se aparten de las obras de Calderón, Cervantes o Tirso de Molina. Crear ese pálpito de cercanía es fundamental para que el teatro clásico permanezca vivo», concluye la directora.

De la mano de los profesionales

Desde su primera edición, en 1978, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro reúne a un sinfín de creadores, investigadores, críticos, gestores y profesionales de las Artes Escénicas a través de diversos encuentros, con el propósito de abrir un espacio a la reflexión y al intercambio de ideas.

A través del Premio Corral de Comedias, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro reconoce la trayectoria artística de figuras e instituciones del mundo de las artes escénicas y en diversos campos o especialidades, siendo galardonados, entre otros, Concha Velasco (2016), José Luis Gómez (2015), la Schaubühne de Berlin (2013), Núria Espert (2011) o Francisco Nieva (2010).

Asimismo, cada año se celebra un homenaje a personalidades de diferentes disciplinas que han contribuido a ensalzar el patrimonio artístico barroco dentro del Festival como José Nieto (2016), Ángel Fernández Montesinos (2014), José Tamayo (2007) o Elio Berhayer (2005).

Tres premios especiales

Además de las 23 categorías a concurso de los Premios Max de las Artes Escénicas, tras la incorporación desde este año de un nuevo galardón específico dedicado al Espectáculo de Calle, el comité organizador concede tres premios especiales: Max de Honor, que se dará a conocer el 26 de abril, Max a la Contribución a las Artes Escénicas y el Max Aficionado, el 10 de mayo. Organizados por la Fundación SGAE desde 1998, los Premios Max, cuyo galardón está diseñado por el poeta y artista plástico Joan Brossa (Barcelona-1919/1999), impulsor de uno de los colectivos renovadores del arte español de posguerra, se han consolidado a lo largo de estos años como el reconocimiento más amplio en el ámbito de las Artes Escénicas en el Estado español.

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