La loca de la casa

La triple A

De vuelta al centro histórico de Lima y dando vueltas por allí, en la misma calle en que habita el Teatro Municipal de Lima, grande enorme y magistral, hay una fachada que pareciera guiñar un ojo, Y así como coquetonamente te invita a meter la nariz allí. La casa es bonita, tiene un aire entre añejo y moderno, una cafetería, un patio, y al fondo el teatro. Es la triple A.

Yo había oído habar de la» triple a» a algunos jóvenes, honestamente pensé que hablaban de un ácido o algo así. Pero no. Resulta que se trata de la A.A.A. la Asociación de Artistas Aficionados. Es tan agradable y esta cuidado con tanto detalle que apetece quedarse. Ojeo la cartelera…

A punto de marcharme, me intriga la cantidad de gente que empieza a aglomerarse en la taquilla. Me aglomero yo también y termino con una entada en la mano.

Voy a ver «Evangelina retorna a la Breña» y es un monologo interpretado por una actriz que por la foto parece mayor, no menos de 70 años, es Delfina Paredes.

Asistí a un trozo de historia peruana, una guerra más, una guerra, esta vez declarada por Chile (1879) y sufrida como cada vez, por indios campesinos, mineros, pastores, y por supuesto sus mujeres, las que siguieron a estos hombres atendiendo las necesidades del ejército, y de las muchas criaturas de meses que llevaban a su espalda.

Evangelina cuenta las vicisitudes que vivió junto a su marido, siempre lanzándonos al recuerdo de la tarea que nunca concluyo, la tarea que hubiese preferido terminar y aun estar realizándola, la tarea de la siembra de papa que quedó inconclusa. Esa es la anécdota, pero de allí subyace de una manera realmente elegante y digna la reivindicación de las «rabonas», término con el que se le «disminuyo» de categoría, o status o de humanidad a estas mujeres y sus guerras.

Delfina Paredes es arte y parte de este personaje que además de interpretar lo escribió y estreno en 1994 bajo la dirección de Ricardo Velásquez y desde entonces lo ha puesto en escena en diferente teatros y ciudades del Perú.

Descubro entonces, que Delfina Paredes es una «dama del teatro peruano, y que la Asociación de Artistas Aficionados hace parte del paisaje histórico de Lima desde 1938, a partir de la idea de 3 personalidades peruanas, Alejandro Miró Quesada, Manuel Solari Swayne y Percy Gibson Parra que en 1934 en pleno paseo de la castellana en Madrid, alimentan la idea de su creación, la cual cristalizaría cuatro años después. Desde entonces ha llovido mucho… pero allí sigue la Triple A. como referencia para muchos a la hora de elegir buen teatro.

Supuse que ese lleno total al que asistí, se debía a la calidad de la actriz que acababa de ver, pero una semana después me acerque a ver «Los jardines de Mónica» , un trabajo más contemporáneo, me encontré con un público más joven, y también un lleno total.

Pero del jardín de Mónica hablaré otro día, por el momento me quedo con el sabor de lo añejo.

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