Críticas de espectáculos

La valentía / Alfredo Sanzol / Teatro Pavón Kamikaze

Comedia de bulevar con vistas a la autopista

El actual ídolo de la escena española, Alfredo Sanzol, galardonado con los más prestigiosos Premios, «autor cómico con aspiraciones filosóficas», como se autodefine, nos ofrece su última obra La valentía, dirigida por el mismo. Una autentica comedia de bulevar basada en el tema: ¿Qué hacemos con la herencia recibida, en el caso de una casa familiar? ¿Cuál es nuestra actitud ante lo que representa nuestro pasado? Uno de los grandes dramaturgos cómicos dijo: «escribir una comedia es mucho más difícil que escribir una tragedia.»

Su opinión se constata en muchas obras confeccionadas con todos los resortes y mecanismos cómicos y que resultan mecánicas vacías, funcionando perfectamente pero con poco o sin contenido. 

La valentía, a mi juicio, forma parte de estos simpáticos productos de divertimiento de gran consumo. 

Una pareja de hermanas, Guada y Trini, han heredado la casa familiar, en la que de niñas pasaban sus vacaciones jugando en el campo. Las dos tienen un aprecio por la casa. Pero el contratiempo que desencadena el conflicto, es la autopista que pasa a 5 metros de la puerta de entrada de la casa. 

Guada, hermana sentimental y emocional, decide quedarse en la casa a pesar del permanente ruido de coches, mientras Trini, más racional, prefiere deshacerse de la casa. Para sacar a su hermana de la casa, Trini contrata a dos hermanos de la empresa Espectro, con la intención de asustar a Guada con efectos paranormales. 

Por su parte Guada, que necesita dinero para mantener la casa, decide alquilar una de las habitaciones. 

Todos, la pareja de Espectro y los dos inquilinos llegan el mismo fin de semana. 

Los inquilinos se revelan como verdaderos fantasmas, los ancestros de Trini y Guada, que han construido la casa y que apoyan la decisión de Guada de conservarla. 

Como en una comedia de bulevar: malentendidos, peripecias, coups de théâtre, apariciones y desapariciones de falsos y verdaderos fantasmas, se suceden, hasta el fuego de artificio final, la explosión y la aniquilación de la «demoniaca» autopista. 

¿Tenemos una responsabilidad ante lo que heredamos del pasado? ¿Cómo superar el miedo, la inseguridad? Estos son los ejes de la comedia de Sanzol que considera que hay que ser muy valiente para vencer el miedo. Muy bien, ¿pero qué miedo? ¿A los fantasmas? 

Eso es más bien para los niños o los adolescentes miedosos. 

En el espectáculo la casa es un personaje más. 

Fernando Sánchez Cabezudo ha concebido una escenografía inteligente y muy eficaz. Una casa que, como si estuviera viva, se mueve, sus tres paredes con puertas configurándose en distintas posiciones. En el centro un sofá que también gira y se desplaza.

Las hermanas llevan vestidos actuales, la pareja de fantasmas ancestros con un indumentaria de los años 1900 y la pareja de hermanos Espectro se disfrazan de mujeres con pelucas, o de antiguo caballero, etc…

La música inquietante, a lo thriller, inicia el espectáculo y marca el transcurso de las secuencias, sin crear efectos angustiosos.

Tampoco el ruido de coches, poco frecuente, parece muy perturbador.

Poca coherencia en la puesta en escena, muy superficial. Los efectos cómicos y humorísticos, sobrecargados, forzados, fáciles, pesados, a veces tienen algo de Gran Guiñol o de espectáculo escolar de fin de año.

Los intentos de asustar a Guada, parecidos a los juegos de fantasmas de niños, totalmente inverosímiles, están concebidos para hacer reír el público, siempre listo para reírse de cualquier cosa.

También falta originalidad en las apariciones y desapariciones de los fantasmas, visibles o no por otros personajes. Lo que propone Alfredo Sanzol es un truco usado, ya visto muchas veces.

No hay ninguna opción estética en la dirección de los actores que copian estereotipos del género, a menudo gritan inútilmente. 

El espectáculo es en suma decepcionante, con ideas cortitas, sin aliento.

 

Irène Sadowska 

 

La valentia  – Texto y dirección: Alfredo Sanzol – Diseño de iluminación: Pedro Yagüe – Escenografía: Fernando Sánchez Cabezudo – Vestuario: Guadalupe Valero –  

Intérpretes: Jesús Barranco, Francesco Carril, Inma Cuevas, Estefanía de los Santos, Font García, Natalia Huarte – Una producción de LAZONA y El Pavón Teatro Kamikaze

En el Teatro Pavón Kamikaze de Madrid del 17 de mayo al 17 de junio 2018

 

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