Críticas de espectáculos

La vida que te falta/Teatro del Vinagre

Mariátegui en Teatro de Sitio

 

El lenguaje del teatro lo puede todo: crear personajes fantásticos, dar vida al mundo inerte, corporizar los sentimientos, visualizar la literatura, ser instrumento de educación, ser un medio para liberar tensiones, ser un instrumento de denuncia y concientización, ser un deleite para los sentidos y la razón: se le puede definir como la literatura en 4D. Conociendo este poder, casi mágico, la dramaturga colombiana española, María Isabel Rincón, Maloka, directora de Teatro del Vinagre, ha llevado al teatro la vertiginosa vida del pensador socialista más importante del Perú y América, José Carlos Mariátegui.

Pensada para recordar, el 121 años del nacimiento del autor de los Siete Ensayos de la realidad peruana y La Escena contemporánea, la Casa Museo José Carlos Mariátegui, dependiente del Ministerio de Cultura, no tuvo mejor idea que permitir a Maloka montar una obra de sitio, utilizando los ambientes donde transitó, vivió y murió sus últimos años el pensador de origen moqueguano.

Pese, a que en el mundo se le conoce como el pensador socialista más lúcido de América y que, en el Perú, enciende pasiones entre exégetas y seguidores, poco se ha producido sobre su vida en las tablas y parte de su vida, es aún desconocida por nacionales y extranjeros.

La visión cuántica utilizada por la directora, –rompiendo las tradicionales historias lineales, –, ofrece a los espectadores, la vida del Mariátegui: niño – joven – periodista – padre – esposo y político, en diversas escenas de su vida, incluso, acrisoladas en el tiempo, con personajes y situaciones de la época, como su entrañable amigo Falcón, el prodigioso Valdelomar, la bailarina Norka Ruskaya, su amada Ana o el propio presidente Leguía; lo que permite al asistente conocer más del peruano ilustre y a la vez disfrutar del arte la actuación.

La obra es correctamente interpretada por jóvenes actores, la mayoría formados en los talleres de la misma Maloka en las Limas emergentes y desde junio nos viene sorprendiendo, causando sentidas emociones y reflexiones (objetivo esperado para cualquier artista). La propia nieta del político, Cecilia Ferrer Mariátegui (descendiente de Victoria, el primer compromiso del autor, antes de su viaje a Europa) confiesa «emoción y nostalgia» al ver la obra y escuchar la mención de su madre Victoria Ferrer, muchas veces soslayada en la biografía del pensador y rescatada con respeto en «La vida que te falta»

Por su parte, Ricardo Portacarrero, ex Director de la Casa Museo y exégeta y difusor de la obra del autor socialista, opina que la obra: «no sólo recoge pasajes de su vida, sino, su propio espíritu: abierto, libre y cosmopolita», asegurando que esta pieza cumple con la función que ha de cumplir el arte y además logra acercar el arte «al pueblo» tal y como lo consideraba Mariátegui. También exaltaron la importancia y acierto de este trabajo personas como Julia del Prado, hija del histórico Jorge del Prado, o Fanny Palacios, artista miembro y secretaria de la asociación de los amigos de Mariátegui entre otras personas.

Y si esta impresión tienen los seguidores de Mariátegui, los asistentes neófitos señalan descubrir a un personaje de que «bien vale la pena indagar e investigar», conmovidos por la actuación y las escenas lúdicas, existenciales y dramáticas. La obra tendrá la vida en escena la que el público le dé, pero en la memoria y en la historia del arte peruano, ya se hace imperecedera.

El elenco participante, integrado por Leavin Gamarra, Sebastián Palpa, Giuseppe Condori, Joseph Paucarima, Óscar de la Cruz, Rosario Ampuero, Fiorella Alfaro, Sandra Villanueva, quienes merecen un elogio especial, por su entrega; en tanto que, la dirección de María Isabel Rincón, Maloka, merece el agradecimiento del pueblo peruano, por tratar un tema y personaje «tan espinoso», casi, con la fineza de una navaja.

La obra que en principio sería presentada todos los últimos viernes de cada mes hasta agosto ha aumentado la frecuencia de viernes a petición del público y no descartan prorrogar un par de meses más. Así como, ante la insistencia de algunos visitantes por llevarla a sus espacios y colegios, la directora y dramaturga no descarta realizar una versión en cuarta pared, pero confiesa que le cuesta pensar esta creación «en un espacio diferente al que el mismo José Carlos impregno con su humanidad y coherencia».

Una creación de Teatro del Vinagre que en la historia del arte peruano ya se hace imperecedera.

José Antonio Álvarez P.

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