Sud Aca Opina

Lo que natura non da

Durante la vida, siendo extremadamente simplista, puedo afirmar que solo existen 4 tipos de personas:

1.- Los que tienen dones por encima de la media y son capaces de desarrollarlos ya sea por tesón o porque de alguna mágica manera, se le han presentado las condiciones favorables y obtienen resultados de tal magnitud que los encumbran hasta más allá de su existencia material al olimpo de los creadores para ser venerados por la historia.

2.- Aquellos que teniendo los dones necesarios pero no saben o no quieren aprovecharlos, actitud que les da una vida de miserias y penurias, para que después de su muerte alguien con mayor visión que ellos mismos, descubra su trabajo y lo lleve a la primera línea de los creadores, claro que el éxito lo disfruta el descubridor y nunca el creador que no pudo transformar sus dones en ventajas comparativas.

3.- También existen los que no tienen dones o facilidades para desarrollar una labor pero a punta de esfuerzo y constancia logran obtener resultados suficientes para darles una estabilidad y tranquilidad de consciencia por el esfuerzo realizado.

En un comienzo nadie apostaría por ellos pero son quienes basan su vida en una estabilidad buscada y deseada por muchos.

4.- Por ultimo existen los que no tienen dones especiales pero tampoco hacen ningún esfuerzo por llegar a un resultado positivo. Estos son los peores porque vivirán perpetuamente exigiendo para si lo que consideran justo sin entregar nada para recibirlo y estarán por siempre en un estado de amargura, arrastrando con ellos a su círculo de afectos cercanos.

¿En qué grupo creemos estar?

Cada uno de nosotros sabe perfectamente a cual pertenece aunque la mayoría de las veces por una ceguera auto impuesta no queramos ver la obviedad. Habrá muchos que pertenezcan al cuarto grupo pero proclamen que son del primero y que es la vida quien no les ha dado las oportunidades para desarrollar sus talentos.

A veces la llamamos vida, a veces dios aunque en el fondo de nuestra consciencia sepamos que no necesariamente es así.

A dios o a la vida tenemos que ayudarla para que nos ayude. Es obvio que quien viva aislado del medio ambiente por tozudez, difícilmente se podrá encontrar con las oportunidades que pululan por todas partes.

Debemos desarrollar un espíritu receptivo para ser capaces de percibir las posibilidades que aquellos ensimismados de siempre no pueden ver.

En un estado de híper sensibilidad constante es donde podremos encontrar las respuestas a todas nuestras preguntas y donde también podremos generar nuevas preguntas que nos llevarán a nuevas respuestas y estas a nuevas interrogantes enriquecedoras.

El valor de la existencia es infinito, por lo que podremos entrar en un estado de desarrollo perpetuo en el que día a día nos iremos enriqueciendo con el nuevo conocimiento y por consiguiente con más y más creación.

«Lo que natura non da» es una expresión a todas luces errada porque si le ayudamos con nuestra voluntad y hacer, la naturaleza nos puede dar más de lo que nunca osamos imaginar.

Lo que natura non da se debe buscar hasta lograrlo.

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