Negro & negro

Marcos de creación públicos

Mientras la situación económica sigue dando tumbos y ni la más optimista de las previsiones es capaz de vislumbrar un futuro de efectiva recuperación, los presupuestos de los teatros públicos siguen derrumbándose en una estrepitosa caída hacia lo desconocido. Precisamente, en esos momentos, cuando el sector creativo languidece y sufre semejante varapalo es cuando hay que implantar políticas atrevidas y comprometidas. Aunque parezcan que van en contra de la lógica pero que realmente sirvan para paliar y sujetar semejante espolio.

Una de estas políticas pasaría por la creación de marcos de producción a partir de la coordinación de los recursos de los teatros públicos, sin generar nuevas estructuras y gastos pero que permitan abordar producciones propias y asegurar su correspondiente exhibición.

¿Por qué? ¿para qué?. Porque es un instrumento que nos permitirá poner en marcha procesos creativos para afrontar proyectos escénicos y artísticos sólidos, ambiciosos y de calidad que se conviertan en referentes del sector de las artes escénicas. Nos permitirá también abordar iniciativas de producción que difícilmente pueden ser asumidas por estructuras privadas en los tiempos que corren.

Además ayudaría a una estructuración más eficiente de las artes escénicas porque:

• se aseguraría más fácilmente su exhibición

• se generarían marcos de creación más estables que permitiría una oferta laboral más favorable para los profesionales y artistas del sector

• se mejoraría en la colaboración entre lo privado y lo público

Dificultades no faltan, ni faltarán. Sabemos la complejidad de las administraciones. Complejidad generada por un entramado institucional diverso; complejidad generada por su propia idiosincrasia. No citaremos las complejidades económicas. Precisamente por esto, vivimos en tiempos en los que hay marcar claramente las prioridades. Deben también mejorarse los mecanismos en la toma de decisiones. Hay que trabajar en la consecución de consensos con el sector. No hay que ocupar espacios que la iniciativa privada cumple de manera brillante. Y para finalizar, hay que evitar los desequilibrios y escorarse hacia un lado exclusivamente dejando otras labores o funciones desasistidas.

Sabemos que es difícil, pero también es ilusionante. Son tiempos de oportunidades para pensar, cambiar, modificar y mejorar. ¡No los desaprovechemos!

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