Críticas de espectáculos

Męczennicy (Mártires)/Marius Von Mayenburg

Trabajo artístico con un tema candente

 

Marius von Mayenburg es uno de los autores más interesantes de la escena contemporánea. Pendiente de la realidad y su entorno social, sorprende siempre con textos que impactan, porque sitúan al espectador frente a un acontecimiento cotidiano, haciéndole pensar. Su escritura es esencial: va al fondo del problema sin exposiciones previas; concebida de modo fragmentario, con alternancia de diálogos breves e incisivos, y largos soliloquios donde el personaje reflexiona, vacila y alcanza certezas o adopta resoluciones. Męczennicy se inscribe en estos parámetros y sobre ella Pawłowski realiza un trabajo dramatúrgico que enriquece el texto dramático con la aportación de intertextos, con la búsqueda de algunos textos bíblicos más contundentes que el original (que plantean una contradicción in terminis) y con una traslación discutible del personaje protagonista, un chico en Mayenburg, lo convierte en chica, con la finalidad de acentuar la fragilidad de la adolescencia.

Męczennicy se escribe en un doble plano: dos líneas que se entrecruzan y plantean un conflicto de ideas y entre los personajes: de una parte, el despertar bipolar de la adolescente al sexo y a la trascendencia a través de la Biblia; de otra, la directora y otros profesores del colegio que inician a los alumnos en la educación sexual y les enseñan la práctica de un sexo «seguro», al tiempo que proponen una concepción materialista del mundo. Con este diseño el choque de ideas está servido, pero la habilidad de Mayenburg consiste en entreverar certezas y vacilaciones por los puntos de vista que propone el contrario, de tal manera que el suspense se mantiene en el transcurso de la representación. Además, el autor no sólo propone este choque ideológico, sino que focaliza la atención en los conflictos entre los personajes o las turbaciones interiores de algunos de ellos, las incertidumbres, la tensión entre los deseos y la razón.

El desarrollo de la acción dramática permite exponer diferentes puntos de vista entorno a una concepción materialista o abierta a lo trascendente, siempre con certidumbres y dudas, encarnadas en los personajes, y que termina (me permito revelar el final porque difícilmente llegará este texto a España) con la opción espiritual de la adolescente frente a un alegato doctrinario de la directora del colegio en pro de una concepción materialista del mundo (mártires de la dictadura de los políticamente correcto, el mundo sin Dios). Męczennicy, rica en matices, posee una formulación más compleja, pues Mayenburg huye de toda concepción reducionista, pero no hay espacio para analizar más un texto sugestivo, profundo y muy teatral, dentro de las nuevas escrituras dramáticas. Sí quiero, no obstante, señalar la importancia que cobran los textos bíblicos seleccionados, unas veces del Apocalipsis otras del Evangelio de Juan, con frases que tensan la reflexión y abonan la parte conflictiva del personaje central; así como la oposición y contraste de dos monólogos muy elaborados en el pensamiento, el de la adolescente en su descubrimiento de la Biblia versus la directora exponiendo una iniciación materialista del universo. El conflicto de ambos soliloquios se produce en la mente del espectador, porque no son continuos.

El espacio de actuación es una escena despojada de objetos, tan sólo algo de utilería con función metonímica y que desaparece de escena cuando no se necesita, y un cierre por el foro mediante una pantalla que ubica el lugar donde ocurren las acciones, pero que no sólo tiene una función ilustrativa, sino significante. Las imágenes sugieren referencias interiores: paz o tribulación; realidad o deformación del estado de la conciencia; ampliación del diálogo a través del contenido metafórico de las imágenes, como ese pasillo largo sin término que refuerza la sensación de no hallar una solución a la turbación interior. Asimismo permite el reflejo de sombras chinescas de los actores (delante o detrás de la pantalla), que también adquieren significación; por ejemplo, cuando el sacerdote intenta conducir a la joven y se muestra el cuerpo de la actriz, comprimido por la sombra de las piernas del sacerdote, no existe una significación sexual, pero sí de opresión de la joven por la iglesia. Ella optará por la relación personal y verdadera con Dios en la última escena. La iluminación es básicamente interior, de la caja escénica, acentuando con este tipo de iluminación, en línea brechtiana, que los acontecimientos son interiores, pertenecen a la conciencia de los personajes, aunque posean una repercusión social.

La interpretación se mueve en un código naturalista, sin deslizamientos hacia un psicologismo que impediría el tempo-ritmo vivace, que Jarzyna imprime a toda la representación. Los actores manifiestan el resultado final de un proceso, sin mostrar el progreso de las emociones interiores que ralentizarían el ritmo y harían imposible la escenificación de este texto, sin atisbos psicológicos, aunque cargado de reflexiones sobre la conducta del ser humano. Los actores entran y salen con gran rapidez de su personaje, y esta rapidez contribuye a la verdad escénica, porque en el proceso de creación del personaje, y debido al fragmentarismo del texto, hay consecuencialidad pero no causalidad en el sucederse de las situaciones de los personajes en las diferentes escenas. Es el modo de trabajar de Jarzyna que aprovecha la buena formación técnica de los actores a los que despoja de ese lento naturalismo tan alejado del gusto del espectador contemporáneo. El director estudia con detalle los signos cinésicos y la proxemia de los movimientos, de la disposición de los actores sobre la escena y de la relación de proximidad o lejanía en relación entre si y los espectadores. Destacar por último la destreza del director para conseguir una narratividad escénica, sencilla y eficaz, donde todos los elementos están ensamblados y contribuyen a contar una historia compleja por los diferentes planos de significación y el decalage entre los diferentes personajes previstos por Mayenburg.

José Gabriel López Antuñano

Obra: Męczennicy (Mártires) – Autor: Marius Von Mayenburg – Director: Grzegorz Jarzyna – Dramaturgo: Roman Pawłowski – Escenografía: Monika Pormale –  Iluminación: Felice Ross – Video: Robert Mleczko – Vestuario: Anna Nykowska – Música: Michał Lis, Piotr Lis y Piotr Domiński – Actores: Roma Gasiorowska, Cezary Kosinski, Dawid Ogrodnik, Sebastian Pawlak, Tomasz Tyndyk, Justyna Wasilewska, Aleksandra Konieczna y Piotr Glowacki. -TRWarszawa – Estreno, Varsovia, 16 de abril 2015.

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