El Chivato

Nace Bombín Teatro, Grupo Iberoamericano de Creación Teatral

El proyecto de conformar un grupo Iberoamericano de Creación Teatral surge como necesidad de fundar un espacio para el intercambio del teatro entre Latinoamérica y España con sede en Madrid. Compuesto por integrantes de Argentina, Cuba y España, el grupo intenta mostrar la diversidad de los autores y estéticas. Sus integrantes, Joaquín Gómez, Argentina (actuación, dramaturgia y puesta en escena), Arístides Naranjo, Cuba (actuación) Fernando Roca, España (actuación) y Miguel Ángel Borrás, Argentina (en prensa y producción general)

Mientras sus carreras se desarrollan mayormente en los terrenos de la actuación, los fundadores de Bombín Teatro apuestan por la libre influencia y circulación de sus diferentes herencias vanguardistas con la misisón de:

– Apoyar el desarrollo artístico, la investigación escénica y la difusión de la dramaturgia iberoamericana.

– Participar activamente en la vida teatral de la Madrid y construir vías de intercambio cultural entre España y América Latina.

– Fomentar la creatividad, el espíritu crítico y la innovación de personas y grupos.

El grupo se creó en Madrid en el 2011 para la puesta en escena del espectáculo Tríptico, o la desolación de Rafael, obra estrenada en la ciudad de Buenos Aires con buena acogida por parte del público y de la prensa independiente y representada en varias salas de Madrid durante la temporada 2011/2012.

Como actor, Joaquín Gómez ha trabajado con los directores Alex Benn, Rodolfo Graziano, Sergio Kohan y Fanny Dimant. Como director crea en la ciudad de Buenos Aires el grupo Cunill – Caban, con el que estrena sus obras El Origen y Tríptico, o la desolación de Rafael, también llevó a escena el texto de José Luis Arce: La niña que moría a cada rato. En 2010 se traslada a Madrid, donde funda a Bombín Teatro e imparte el Taller de actuación en el Espacio Ronda de la misma ciudad.

Desde el pasado 20 de enero, con el auspicio de la Embajada de la República Argentina en Epaña, se estrenó La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, en la sala Teatro la Usina sita en la Calle Palos de la frontera, 4 de Madrid y ofecerá funciones odos los domingos hasta el 24 de febrero a las 17 horas. 

Síntesis: Mientras tiene lugar el funeral por la muerte del segundo marido de Bernarda, en casa de esta sus criadas se afanan porque todo esté reluciente para recibir el duelo. Al volver del mismo, Bernarda ordena a sus cinco hijas que durante ocho años no se saldrá a la calle, ni se llevará ningún color que no sea el negro. Así, todas se sumergen en una existencia mortecina, encerradas tras los gruesos muros de la casa, oyendo tan sólo a lo lejos las voces y cantos de los de fuera. La locura de María Josefa, la abuela, da un toque de irrealidad a este mundo cerrado de la casa. Angustias, la hija mayor, va a casarse con Pepe el Romano. Poncia, criada que lleva muchos años con ellas y que las conoce bien, descubre que Adela, la menor se está viendo por las noches con Pepe. Aconseja a esta que tenga paciencia y sepa esperar, pero Adela no parece estar dispuesta al sacrificio. Poncia advierte veladamente a Bernarda del peligro que puede suponer para su casa tantas hijas solteras. Bernarda, aferrada a la seguridad que tiene en su autoridad, no la escucha.

Van pasando los días igualmente monótonos hasta que una noche Martirio, que estaba también secretamente enamorada de Pepe, sabiendo que Adela está en el corral esperándolo, va a su encuentro. Discuten. Martirio llama a su madre; aparecen las otras. Bernarda coge una escopeta y dispara a Pepe. Martirio asegura que lo ha matado. Adela corre y desaparece, mientras Magdalena pregunta a Martirio por qué ha dicho que ha muerto Pepe si su madre ha fallado el tiro. Llaman a Adela pero Poncia descubre que acaba de quitarse la vida. Ante el horror de todas, Bernarda sólo insiste en que su hija ha muerto virgen e impone silencio.

La puesta: no intenta purificar al público, o busca la catarsis sino inculparlo. El espectador se ve involucrado en la atmósfera de la casa como si fuera uno más de los fantasmas de Bernarda.

Ritmo: la puesta transcurre con un ritmo y cadencia monocorde, parece no ocurrir nada, pero el drama está latente en cada respiración, en cada mirada, en un moverse por el espacio atento a lo que no se dice pero que se percibe inminente.

Sonido: el clamor de las campanas, que sonarán a lo largo de la pieza como eco o contrapunto de aquellas primeras, rememorando a la vez el paso del tiempo y su permanencia, como sucede con los leves cambios del espacio escénico; son la presencia simbólica de esos interminables años de luto. De la calle nos llegan los sonidos que marcan la diferencia entre el silencio acuciante de la casa, el encierro, y la libertad: relinchos y golpes del caballo, los segadores, el pueblo.

El espacio: el espectador, a su entrada, se halla rodeado de paredes blancas que irán cambiando levemente de color con el transcurrir de la obra (habitación con luz muy blanca para el primer acto, más tenue para el segundo, y en el tercero el blanco de las paredes se va matizando de un azul nocturno). Bastidores movibles de lienzo blanco simulan las paredes en las que, como en fotos de antiguos muertos difuminados, olvidados en ese gris de los fondos, se recortan los personajes. Este escenario, idéntico y mudable a lo largo de la obra, es la presentación de la casa; auténtica protagonista del discurso, opresiva y vacía, reflejo del espíritu de la familia.

Colores: Blanco y negro, una perfecta estilización no realista de Andalucía: muros blancos; vestidos negros, el patio que hay que blanquear después que se marchan los hombres que lo han ensuciado, el vestido verde de Adela que sólo puede teñirse de negro; la blancura que Adela no quiere perder dentro de ¨estas habitaciones¨ que también son blancas; el traje negro de moaré de María Josefa y su gargantilla de perlas blancas; las sábanas blancas del ajuar; las tres perlas blancas del anillo de bodas; el caballo garañón blanco, doble de grande en la noche oscurísima (hasta la misma naturaleza se pone de blanco y negro); Adela que sale de enaguas blancas y Martirio en enaguas con un pequeño mantón negro; el blanco pelo de María Josefa; la oveja; la espuma del mar: ¨Aquí no hay más que mantos de luto¨; Bernarda que aparece también en enaguas con el mantón negro; Adela muerta a la que vestirán de doncella, y al fin, ese mar de luto y silencio negros (…) Extraído de la edición de Allen Josephs y Juan Caballero – Cátedra.

Dirección general y puesta en escena: Joaquín Gómez

Reparto:

Lucía Acedo Peque (Prudencia). Cristina Arnau (Angustias). Elena Cecilia Blázquez (Bernarda). Encarnación Fernández (la Mujer 1 – Angustias). Mati Gómez (La Poncia). Sara Ibancos (Adela). Lorena Jimenez (Martirio). Caridad Laínez Casanova (La Criada). Isabel Menéndez (Josefa). Claudia Ruiz (Amelia). Miriam Tejedor (Magdalena).

Prensa y Producción general:

Miguel Ángel Borrás

Dirección y puesta en escena:

Joaquín Gómez

Datos de contacto:

Bombín teatro

Contratación e Información:

Miguel Ángel Borrás

Teléfono: 656 63 11 79

bombinteatro@yahoo.es

www.bombinteatro.jimdo.com

Dirección general y puesta en escena:

Joaquín Gómez, nace en la localidad de Gualeguaychú, pero crece en el delta entrerriano de Villa Paranacito. Se traslada a la ciudad de Buenos Aires donde se forma con el director teatral Rodolfo Graziano. Estudia la carrera de formación del actor en la Escuela Municipal de Arte Dramático de la ciudad de Buenos Aires (EMAD). En su trayectoria como director sobresalen obras como La niña que moría a cada rato, del autor José Luis Arce. En los noventas, conforma el grupo Cunill-Caban con los que lleva a escena dos obras de su autoría: El Origen y Tríptico, o la desolación de Rafael. Como actor trabajó bajo las órdenes de los directores Rodolfo Graziano, Alex Benn, Sergio Kohan y Fanny Dimant. En 2010 se traslada a Madrid donde se desarrolla como profesor de actuación y crea a Bombín Teatro, grupo Iberoamericano de Creación Teatral, con quienes estrena en Madrid su obra Tríptico, o la desolación de Rafael.

Producción general y prensa:

Miguel Ángel Borrás, nace en la ciudad de Rosario, Argentina. Se forma como actor con Roberto Allocco Garín, y Joaquín Gómez. Toma cursos de producción teatral en el CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral) de Buenos Aires y con el director y productor Yoska Lázaro en la misma ciudad. Realiza la asistencia y producción para las obras La niña que moría a cada rato, Tríptico, o la desolación de Rafael (para su puesta de Buenos Aires y Madrid) y El Origen. En 2010 se traslada a Madrid donde actualmente reside y se encarga de la producción general, prensa y difusión de Bombín Teatro.

BOMBÍN TEATRO

Grupo Iberoamericano de Creación Teatral.

 

 

 

.

Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba