Negro & negro

Noetic

Que Sidi Larbi Cherkaoui está considerado como uno de los coreógrafos referencia en el mundo, es público y notorio. Debutó como coreógrafo en 1999 con el musical contemporáneo de Andrew Wale, Sociedad Anónima. Desde entonces, ha realizado más de 30 piezas coreográficas y recogido una gran cantidad de premios, incluyendo dos premios Olivier, dos premios Ballet Tanz al mejor coreógrafo (2008, 2011) y el Premio Kairos (2009) por su visión artística y su búsqueda del diálogo intercultural.

Que el GöteborgsOperans Danskompani es una de las compañías de danza contemporánea más importantes de Europa también es sabido y reconocido en los mentideros de la danza y en la opinión pública, en general. La compañía se centra en obras originales y exclusivas. Compuesta por 38 bailarines de todo el mundo, alterna su colaboración artística con coreógrafos legendarios, así como algunos de los más interesantes de las nuevas generaciones.

A estos ingredientes hay que añadir la colaboración, en Noetic, del escultor y arquitecto inglés Antony Gormley. Internacionalmente reconocido por sus esculturas, instalaciones y obras de arte que investigan la relación entre el cuerpo humano y el espacio. Galardonado con el Premio Turner en 1994, el Premio Banco del Sur para el Arte Visual en 1999, el Premio Bernhard Heiliger de Escultura en 2007, el Premio Obayashi en 2012, entre otros. Miembro honorario del Royal Institute of British Architects y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cambridge.

En 2014, Sidi Larbi Cherkaoui crea NOETIC para GöteborgsOperans Danskompani. NOETIC es, ante todo, un espectáculo de gran belleza. Si alguna palabra podría definirlo sería BELLEZA. En filosofía, la noética es una rama de la metafísica filosófica que se ocupa del estudio de la mente. NOETIC, como no podía ser menos, es un espectáculo complejo en su creación y complejo a la hora de su explicación. Es poliédrico: multitud de caras y aristas unidas geográficamente que conforman un todo, un espectáculo, metáfora contundente del Universo.

Puesta en escena minimalista, sobria, pulcra, limpia. Unas bandas de carbono son el único elemento presente en escena, bandas generadoras de espacios, de cosmos, del propio Universo fruto del trabajo colectivo. De un trabajo sistemático, minucioso, en colaboración, en equipo. Trabajo fruto de la conexión de todos los bailarines/individuos. No importa tanto qué sino el como; si es fruto del trabajo de la colectividad será válido. Todos unidos para crear el universo. El individuo cobra su máximo sentido y expresión en la medida que esta integrado en el grupo y forma parte de él.

El individuo, la colectividad, los rolles en el grupo, la intra-historia, el movimiento, la evolución colectiva…todo en función de un objetivo/proyecto común. Geometrías rotas, equilibrios imposibles, figuras matemáticas, evolución, caos, cambio…metáfora del Universo. El individuo frente a la naturaleza, la mente contrapuesta al espíritu. Se abre el círculo, se cierra el círculo y se vuelve a empezar hasta conseguir crear espacios vacíos, sonoros, de movimiento o como en el caso de la voz, que genera un espacio metáfisico. El texto que se dice no puede no ser complicado, complejo, fragmentado y más abstracto. Consecuencia del concepto intelectual y artístico del propio espectáculo.

No me gustaría dejar de mencionar el nivel técnico de los 19 bailarines que protagonizan este Noetic de coreografías muy complicadas de aprender y de ejecutar. Todo está conectado en NOETIC, todo va en una línea en busca de un proyecto común. Pero si me tendría que quedar con algo…me quedaría con la BELLEZA.

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