Qué bien ha venido la crisis. Que bien ha venido la crisis para algunos, quiero decir. La han aprovechado para convertir a España en un país más pobre, más gris, más triste. Perdón. Matizo. Más de todo esto para el pueblo trabajador, es decir, para la inmensa mayoría. Mucho más alegre y colorido para la elite política y económica. Dirán que es un discurso antiguo y casposo pero, por desgracia, tan real como la situación del país.
Cuando se suben los impuestos en plazos récord y el IVA cultural especialmente como castigo a un sector entero, ¿para qué sirve el teatro si no lo denuncia?. Cuando suben los costes del nivel de vida hasta límites insoportables y el personal tiene que quedarse en casa 6 días a la semana, ¿para qué sirve el teatro si no lo cuenta?. Si hay 7 millones de parados en España y la solidaridad de la familia y amigos solventa la cantidad de dramas personales que conviven, codo a codo, con los demás ciudadanos, ¿para qué sirve el teatro si no lo grita?. Si las pensiones de 600 euros suben un 0,25% cuando el nivel de vida ha subido un 3%, ¿para qué sirve el teatro si no lo destapa?. Cuando recortan las becas para que los jóvenes limiten sus posibilidades de estudiar, ¿para qué sirve el teatro si no lo explica?. Si se recortan las libertades en general de todos los ciudadanos: supuestos del aborto, gays, derechos de huelga, derechos de protesta…, ¿para qué sirve el teatro si no toma la bandera de la libertad?. Si se inventan una nueva Ley de Seguridad ciudadana exclusivamente diseñada para defenderse, a costa de los derechos de la gran mayoría, terminando de crear el país policial soñado por ellos mismos, ¿para qué sirve el teatro si no le importa?. Si a los jueces les nombran los políticos, ¿cómo puede haber Justicia?. Si hay una minoría de intocables que hagan lo que hagan, aún siendo condenados tienen grandes posibilidades de ser indultados, ¿para qué sirve el teatro si no lo parodia?. Si las medidas relacionadas con la seguridad en el trabajo son violadas cada día, muriendo gente inocente en minas, en obras, en carreteras… ¿por qué miramos al otro lado?. Cuando los catalanes quieren opinar sobre lo que sea y no lo permiten, ¿para qué sirve la escena?. Cuando el ministro «progre» de la represión se inventa la cadena perpetúa revisable ¿para qué sirve el teatro si mira hacia otro lado?. Cuando el sistema carcelario español cada vez esta más lejos de unas tesis de reinserción social y se acerca cada vez más a unas posiciones exclusivamente punitivas y de castigo, ¿para qué sirve el teatro si no educa a la opinión pública?. Cuando los políticos se erigen en los salvadores de todos los problemas creados por ellos mismos. Y además los solucionan a costa de trabajadores echados a la calle, EREs fraudulentos, reducción de salarios, reducción de derechos y una larga suma de abusos…¿para qué sirve el teatro si no da visibilidad a esos abusos?.
Cuando sigue habiendo tantas mujeres maltratadas y asesinadas por violencia machista, ¿para qué sirve el teatro si pasa de puntillas?. Cuando a las mujeres le sigue costando llegar más a los lugares de relevancia que a los hombres, ¿para qué sirve el teatro si no conciencia?. Cuando hay mujeres explotadas en España, cuando la gente pasa hambre, cuando hay niños explotados, cuando hay tantas familias que no pueden atender a sus enfermos crónicos, cuando quitan las casas a la gente y les mantienen la deuda, cuando la sanidad es cada vez más restrictiva…¿para qué sirve el teatro?
Cuando se montan clásicos con caspa defensores del honor y la virginidad, donde la mujer está sometida al hombre si ningún tipo de poder de decisión sobre su vida, ¿para qué se pone en escena?. Cuando los directores de escena no crean sobre los textos y arriesgan sus puntos de vista en exposición al público, ¿para qué tanto esfuerzo?. Si algunos adaptadores cambian dos párrafos con el único objeto de cobrar unos derechos en espectáculos de dominio público, ¿por qué se les permite?. Cuando tantos programadores están tan asustados a la hora de comprometerse en las programaciones de los teatros, ¿para qué sirven los teatros públicos?.
Y defiendo también el teatro como divertimento pero eso solo no es ni suficiente, ni decente, ni justificable.
