De Grecia el Teatro

«Mataroa»: Propuestas interesantes a través de sinergias imprescindibles

En la Navidad de 1945, 200 griegos, en su gran mayoría jóvenes artistas y científicos, – muchos de los cuales iban a constituir al cabo de unos años la flor y nata del mundo artístico, científico e intelectual – pudieron dejar atrás la Grecia que iba poco a poco sumergiéndose en la guerra civil, para viajar a París, gracias a una beca del Instituto Francés. Para conseguirlo, tuvieron que pasar por mil aventuras y superar un sinfín de problemas provocados por el miedo de romper los equilibrios diplomáticos y las alianzas políticas, con la ayuda y el infatigable compromiso del director del Instituto Francés de Atenas de aquel entonces Octave Merlier.

El viaje a Francia se llevó a cabo al bordo de un barco que se convirtió en leyenda. Se trata de la nave neozelandesa «Mataroa» (significa «la mujer con los ojos grandes» en las lenguas polinesias) que ya había transportado a muchos marines americanos a Irlanda del Norte, durante los preparativos de cara al desembarque de Normandía, así como a centenares de sobrevivientes judíos rumbo a Palestina. Este viaje constituyó una «salida soñada», vinculada con el período más duro en la historia griega contemporánea, «un acontecimiento histórico en el curso de la Grecia moderna que un día alguien tendrá que escribir», como había dicho el filósofo Cornelius Castoriadis, uno de los pasajeros del «Mataroa».

Y efectivamente, el deseo de Castoriadis se cumplió, y Neli Andrikopulu, escultora y pintora griega y entre los pasajeros de aquel viaje hacia la libertad, contó la historia, en un libro intitulado «El viaje del Mataroa 1945 – El espejo de la memoria». Y fue precisamente en este libro, y en la investigación en los archivos históricos y testimonios de los que viajaron al bordo del «Mataroa», en los que se inspiró la actriz griega Elita Kunadi para proponerse trasladar al escenario las peripecias de un puñado de jóvenes en búsqueda de un mundo justo, en el que podrían seguir soñando.

El título de la obra: «Mataroa: la memoria agujerada». Y lo más importante: la propuesta escénica es fruto de una coproducción entre un elenco de actores griegos y ni más ni menos el mismísimo Teatro del Sol de Ariane Mnouchkine, una sinergia que demuestra que a pesar de la crisis y del repliegue nacional que se vive en Europa, la única respuesta viable para afrontar el marasmo económico y social con optimismo es la extroversión y las colaboraciones a través de la cultura.

La actriz Elita Kunadi, dice sobre la empresa de llevar al escenario la aventura del Mataroa: «Los integrantes de esta producción buscamos y revindicamos un mundo justo, en el que todos podremos soñar. Cueste lo que cueste, nosotros vamos a volar más allá de la desesperación».

Una desesperación que no pudo con Kunadi y con los demás integrantes de la idea, quienes no arrojaron la toalla al encontrar todas las puertas de las instituciones culturales en Grecia cerradas. Después de haber entrevistado a dos pasajeros de aquel viaje, a Manos Sajarías y a Neli Andricopulu (autora del libro anteriormente citado), quienes tenían entonces entre 20 y 25 años, y de haberse sumergido en un mar de archivos históricos, se vieron desbordados por tanta información y necesitaban a alguien que coordinara todo esto material escénicamente hablando. Como cuenta Kunadi en una entrevista a la revista de ocio griega «Acinórama», «dos de los integrantes del proyecto pusieron sobre la mesa el nombre de Hélène Cinque, quien se forjó artísticamente con los principios del Teatro del Sol. Nos sonó demasiado atrevido. ¡Si no nos hicieron caso en Grecia, imagínate qué va a pasar con los del Teatro del Sol!, pensamos. Pero dado que desde el principio nuestro slogan ha sido un lema del Mayo del 68 que decía: «Seamos realistas, pidamos lo imposible», nos decantamos por escribirle una carta a Cinque, a la cual nos contestó al cabo de 12 horas diciéndonos: «¡Es una idea maravillosa, os quiero conocer!». Nos juntamos con ella y al cabo de unos meses nos dijo que nos quería dirigir. Luego, me encontré también con Mnouchkine. Le expliqué que éramos una compañía grande y que trabajabamos por un objetivo común, más o menos como ella con sus compañeros en el Teatro del Sol, y tuvimos una conversación política muy interesante sobre la polarización que rige desde siempre la Historia de Grecia y sobre la famosa «particularidad griega». Al final le dije: «Gracias por todo lo que nos están aportando», y ella me contestó: «No, nosotros les agradecemos por habernos elegido a nosotros para compartir una propuesta tan maravillosa como esta».»

La primera etapa de la producción ya se ha terminado. A partir del 25 de julio, la compañía empezará los ensayos, primero en Atenas y luego en la isla de Syros, ya que Hélène Cenque quiere que se trabaje durante un tiempo lejos de la vida metropolitana. La compañía vivirá durante un tiempo de manera monacal en una abadía que se les fue concedida y luego viajará a París. Algunos de los integrantes viajarán en coche, pasando por todas las ciudades por las que pasó en su día el «Mataroa». El estreno está previsto el 19 de noviembre y estará en cartelera hasta el 28 de diciembre. Luego, la idea es que la producción realice una gira que simbolice el viaje de vuelta del «Mataroa». A partir de París, el espectáculo viajará por Francia, Suiza e Italia y llegará a Grecia el verano de 2015 para presentarse en los escenarios griegos cuando se cumplan los 70 años desde la salida del barco leyendario. Porqué, como concluye Kunadi «estamos determinados que esta vez el «Mataroa» volverá y no tendrá que abandonar su país otra vez. Queremos que se nos permita seguir soñando en nuestro país».

«El enlace para el crowdfunding es el www.indiegogo.com/projects/mataroa-la-memoire-trouee <http://www.indiegogo.com/projects/mataroa-la-memoire-trouee> «.

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