Críticas de espectáculos

Shake/Dan Jemmett

Un cuento nostálgico y jubiloso

shake3Con Shake, su nueva versión de Noche de Reyes, producida en 2015 (la primera versión fue presentada también en el Festival de Otoño de Madrid en 2002), Dan Jemmett regresa a su infancia, retomando recuerdos de lugares, elementos, objetos que desde hace muchos años nutren su trabajo y forman parte de su lenguaje escénico. Un lenguaje que el director británico ha elevado a la perfección a través de sus sucesivos espectáculos.

Shake es un homenaje al teatro, a su naturaleza esencial, artesanal, mágica. El espectáculo que, como en un cuento o un sueño nos trasporta a una isla mágica donde bien esta lo que bien acaba, tiene la gracia, la inocencia y la serenidad del paraíso perdido de la infancia.

Pero la maestría, sui generis, indiscutible de Dan Jemmett me parece cada vez más encerrada en un lenguaje teatral en buena parte reciclado de un espectáculo al otro.

La revisita casi constante al almacén de recuerdos y reliquias de la infancia puede resultar limitante cuando se convierte en un método.

Es lo que temo en lo que se refiere a Dan Jemmett, habiendo visto varios espectáculos suyos y escuchando siempre el mismo discurso entrevistándole en algunas ocasiones.

El discurso nostálgico sobre el paraíso de su infancia, el ambiente del teatro en que creció, sus padres actores, las vacaciones y playas, su pasión por los títeres y también por algunos objetos de la época como el tocadiscos, su colección de vinilos, la nevera, etc. le acompañan en diferentes espectáculos.

Shake evoca a la vez su pasión por Shakespeare, su juguete favorito y su método de aproximación a los textos que consiste en «to shake», agitar la obra. Fruto de de esta agitación surgen sus espectáculos confeccionados con múltiples ingredientes, diferentes formas y géneros del teatro, incluyendo también referencias a los títeres, los números de circo y al cine mudo, que Dan Jemmett fusiona hábilmente con su rico lenguaje escénico.

Shake es un ejemplo perfecto de esta mezcla teatral sui generis de la que Dan Jemmett posee el secreto.

Pocas obras pueden prestarse mejor que Noche de Reyes a este juego teatral de peripecias, equívocos, cambios de identidades, engaños, disfraces, travestismos, complicaciones cada vez más delirantes.

Dan Jemmett agita todo eso y maneja con maestría las artimañas (los recursos) teatrales con la complicidad de sus 5 actores que interpretan todos los personajes.

Con ingenio y gran coherencia Jemmett traslada la obra al mundo de su infancia, a los años 60.

Cinco cabañas en la playa evocan la costa de una isla imaginaria. A la derecha dos bancos y una mesa con garrafas de vino y agua. En una cabaña suena un viejo tocadiscos y con vinilos que pone Feste. Las cabañas sirven para los cambios de vestuarios y también como teatro de títeres.

La música, melodías y canciones que recuerdan los años 60, de la misma forma que los vestuarios.

Los gemelos Viola y Sebastián están interpretados por Delphine Cogniard que lleva una chaqueta, pantalón y camiseta y se pone un sombrero para hacer de Sebastián.

Toby saca de su maleta y maneja la marioneta que representa a Sir Andrew.

Feste con abrigo largo se convierte en una escena en el capitán Antonio y en otra en el mago que ejecuta un número de circo.

Los cambios de personajes y de identidades se producen de forma instantánea, mágicamente, como en un sueño.

Recurriendo a la estética del teatro de ferias, Jemmett multiplica efectos cómicos, farsescos, referencias al cine mudo.

Los actores, hablando unos en francés y otros en español, se mueven con soltura en el muy amplio registro de tonos y modos de la actuación, a veces enfáticos, exagerados, excesivos.

Todo funciona perfectamente en esta brillante comedia de errores muy divertida, pero superficial, sin profundidad.

Irène Sadowska

Shake basado en Noche de Reyes de Shakespeare, versión libre y dirección Dan Jemmett – Compañía EAT A Crocodile y Le K Samka – espectáculo en francés y español – En el marco del Festival de Otoño a Primavera – En el Teatro de la Abadia de Madrid, del 6 al 9 de abril de 2017 – traducción Marie Paule- Ramo – escenografía Dan Jemmett y Denis Tisseraud – vestuarios Sylvie Martin – Hyszka – iluminación Arnaud Jung – Con : Vincent Berger – Sir Toby y Sir Andrew, Delphine Cogniard – Viloa y Sebastian, Valérie Crouzet – Olivia, Antonio Gil Martinez -Orsino y Malvolio, Geoffrey Carey – Feste.

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