Estrenos

Teatro defondo estrena ‘La ópera del Malandro’ de Chico Buarque

La ópera del Malandro, de Chico Buarque,  la versión brasileña de La ópera de tres centavos de Bertold Brecht, es un musical en el que la Bossa Nova y el samba sirven para criticar los abusos del poder y de los corruptos, en una partitura llena de vitalidad y un texto lleno de humor. Teatro defondo estrena este espectáculo el 22 de febrero a las 20 horas en el Teatro José María Rodero de Torrejón de Ardoz.

El reparto está compuesto por 9 actores y 4 músicos. Entre los actores se cuentan profesionales como Muriel Sánchez (protagonista de «La estrella de Sevilla» en la CNTC), Antonio Villa (protagonista de musicales como «Grease» o «A quién le importa») o Lola Dorado (del programa de TV «La Voz»). En el equipo artístico participan creadores brasileños como Pedro Moreno (director musical y guitarra), Adrián Alvarado (guitarra), Carlos Mankuzo (batería) o Val Barreto (figurinista).

Este musical «canalla», está coproducido entre Teatro defondo, la Comunidad de Madrid y el Fondo Iberescena dependiente del INAEM, cuenta con la colaboración de la compañía argentina La Olla Producciones, la compañía brasileña Carabina Cultural, la Casa do Brasil en Madrid y el Núcleo de Empresas Brasil España (NEBE), y está dirigido por la directora artística de Teatro defondo, Vanessa Martínez, que ha estrenado sus espectáculos, entre muchos otros, en el Teatro Real de Madrid, el Teatro de La Maestranza de Sevilla, el Auditorio Nacional o en la Gran Vía madrileña, convirtiéndose con 37 años en una de las directoras especialistas en llevar a escena la música combinada con el texto dramático.

En un año como el 2014 en el que Brasil será el centro del mundo con el Mundial de Fútbol, la compañía Teatro defondo, que cumple 12 años, pretende dar a conocer facetas de la cultura brasileña poco conocidas y, sobre todo, hacer disfrutar al público con buena música y mucho humor. En sus anteriores visitas al Corredor del Henares, con espectáculos como Un sueño de una noche de verano, Mucho ruido y pocas nueces o El maestro de danzar la compañía siempre ha cosechado grandes éxitos.

Después de Torrejón de Ardoz, el espectáculo visitará municipios como Rivas Vaciamadrid o Avilés y hará temporada todo el mes de junio en el Teatro Fernán Gómez de Madrid.

Más información: Pablo Huetos – 914738543 / 620807526 / teatrodefondo@hotmail.com

La ópera del Malandro

Ficha técnica

Autor Chico Buarque

Compañía Teatro defondo

Dirección escénica Vanessa Martínez

Diseño escenografía Almudena Vello (HatandCat)

Figurinista Val Barreto

Constr. Escenografía Miseria y Hambre, SL

Conf. Vestuario Taller Sol Curiel

Ayte. vestuario Eduardo Aránega

Iluminación Sergio Torres

Dirección técnica David Martínez

Sobretítulos Teatro defondo

Diseño gráfico Artur Galocha

Coaching actoral Antonio Gil

Profesor de samba Carlinhos Martini

Profesor de repertorio Mario Martínez Bidart

Producción Pablo Huetos

Dirección Musical Pedro Moreno

Versión y traducción Vanessa Martínez

Ficha artística

Actores

Antonio Villa Max Overseas

Muriel Sánchez Teresinha / Shirley

Antonio Gil / Andrés Navarro Durán / Productor / Johnny Walker

Mar Álvarez Vitoria / Promotora

Juan Bey Genival

Ángel Ramón Jiménez Chaves / Mimi / Big Ben

Lola Dorado Lucia / Doris

Nuria Benet Birria / Dorinha / Juez

Pablo Huetos Barrabás

Músicos

Pedro Moreno Guitarra y voz / Joao Alegre

Carlos Mankuzo Batería / Jussara

Manu Sanz Bajo / General Electric

Adrián Alvarado Guitarra / Phillip Morris

Entidades colaboradoras: Consejería de Turismo, Deporte y Cultura de la Comunidad de Madrid; Programa Iberescena del INAEM; Casa do Brasil (Madrid); Núcleo de Entidades Brasil Espanha (NEBE); Fundación Cultural Hispano Brasileña (FCHB); Compañía Carabina Cultural (Belo Horizonte, BR); Producciones La Olla (Buenos Aires, ARG); Sala El Sol de York (Madrid).

Propuesta

Max el Canalla ha vuelto a la ciudad. Todo es posible para él: no atiende a las leyes ni a quienes las dictan. La ciudad es su patio de juego y todos nosotros somos piezas en un tablero. Pero, ¿es él quien maneja esas piezas? Quizá aquellos respetables ciudadanos que callan en las sombras sepan algo. O quizá ese exitoso hombre de negocios que se lava conti¬nuamente las manos. O quizá los servidores del orden que castigan al pequeño y protegen al grande. O ese grueso banquero con ojos oscuros. ¿Quién es la máquina? ¿Dónde van nuestras almas cuan¬do las devora el sistema? En el barrio de Lapa, en Rio de Janeiro, tienen la respuesta, y la cantan a ritmo de samba y bossa nova a quien quiera oírla ¿Nos acompañan allí?

«Hay que encontrar algo nuevo. Mi negocio es demasiado difícil, pues consiste en excitar la compasión humana. Es verdad que hay algu¬nas cosas que estremecen al hom¬bre —unas pocas cosas—; pero lo malo es que, apenas aplicadas unas cuantas veces, ya no surten efecto. Porque el hombre tiene esa tremenda capacidad de hacerse insensible en cuanto lo desea».

La ópera de tres centavos, de B. Brecht

Sinopsis

En los años cuarenta del siglo pasado, en Rio de Janeiro, Durán el magnate de los burdeles y el contrabandista Max son rivales. Su enemistad se agudiza cuando la hija del primero se casa en secreto con el segundo. A ritmo de samba, Bossa Nova y comedia conoceremos a la esposa de Durán con sus sueños de respetabilidad; a un transexual que juega a dos bandas; al cínico comisario de policía; a las amables «funcionarias» de los prostíbulos y a los elegantes compinches de Max. Una maravillosa partitura interpretada en directo por 8 actores-cantantes y un cuarteto de 2 guitarras, bajo y percusión para burlarse de los corruptos y del abuso de poder.

Una propuesta de lectura

«LA IMPORTANCIA DE EVITAR FILTRACIONES ENTRE AGUAS SANITARIAS Y AGUAS FECALES».

Por Vanessa Martínez

«Durante la Transición se comentaba que dos políticos catalanes, amigos de toda la vida, y luego muy conocidos, echaron a cara o cruz cuál de ellos militaría en el PSOE y cuál en el PP al objeto de que uno de los dos se encontrara siempre en una situación de poder. Bueno, eran otros tiempos. Lo que tendrían que sortear ahora es cuál debía apuntarse a la mafia y cual a la política. En más de una ocasión nos hemos referido a la con¬veniencia de que los conductos de las aguas fecales y los de la sanitaria estuvieran lo suficientemente separados para evitar filtraciones. He aquí el ejemplo de una separación insuficiente.»

Juan José Millás

Evidentemente, esos tiempos de filtraciones no sólo han vuelto, sino que nunca se fueron. Las filtraciones entre el mundo del hampa y el de la política, entre el lado bueno y el malo de la ley, no son sino producto de una bochornosa ambigüedad moral, amparada en la malentendida «supervivencia en un sistema capitalista». Dicho de otro modo: desde que el mundo es dinero y nosotros somos mundo, la moral se pondrá siempre al servicio del dinero para mantener el mundo. Y cuando los diques de la moral se resquebra¬jan, las aguas fecales inundan nues¬tros parlamentos. La anécdota más o menos curiosa (trágica en cualquier caso) que narra Juan José Millás se parece mucho a la peripecia de la Opera do Malandro: policías corrup¬tos, criminales aplaudidos o empresa¬rios ladrones me resultan personajes dolorosamente cercanos. El enredo sirve de pretexto para hablar del poder del dinero, la corrupción y la entrada de las multinacionales en el país. Y eso fue, sin duda, lo que más atrajo mi atención sobre esta obra: ya fuera en el Londres del siglo XVIII, en la Alemania pre-nazi o en el Brasil del Estado Novo, la urgencia por denunciar la descomposición del sis¬tema es siempre la misma. La rueda gira aquí, allí o a 12.000 kilómetros, pero el eje permanece inmutable en la podredumbre del alma humana.

En la Opera do Malandro se discute la decadencia de un sistema económico, social y político, y las alternativas creadas por él mismo para seguir manteniendo el poder. Esta discusión me suena a parada del autobús de ayer, a periódico compar¬tido de hoy, a cafés en círculo y char¬las descafeinadas. La estructura del sistema es la misma hoy, sólo que más sofisticada. En la Opera do Malandro asistimos al fin del capitalismo liberal y la entrada en el país del capital internacional, en este caso a través de las multinacionales, que hoy se llaman gobiernos con intención de rescate. Pero el drama es el mismo: aunque en el caso de Brecht se incide más sobre las relaciones económicas que configuran el capitalismo mo¬derno, en la versión brasileña, más cercana a nuestra realidad española «cutreburguesa», también el dinero es el personaje principal. Por eso, se¬gún Chico Buarque «no hay héroes, todos los personajes viven en torno al capital. En la lucha por la super¬vivencia que no permite veleidades éticas, los personajes se sitúan en dos niveles: los que luchan para sobrevivir y los que luchan por acumular».

En palabras del director Luis Antonio Martinez Corrêa, artífice del estreno de la obra en 1978: «localiza¬mos la obra al final del Estado Novo porque sentimos mucha afinidad entre aquel proceso y el periodo que estamos viviendo ahora». Del mismo modo, nosotros no hemos querido contemporaneizar la obra, hemos preferido mantener los referentes históricos que Chico Buarque nos ofrece. Los parangones son tan evidentes que saltan a la vista. Al no enfatizar la lectura en su vertiente histórica, conseguimos una mirada me¬nos política y más humana. Requiere del análisis de los personajes más que de las estructuras. Se fija más en lo pequeño que en lo grande, en el ope¬rario más que en la maquinaria. Se centra, de ese modo, no tanto en la denuncia social, sino en los comunes denominadores espirituales que se esconden detrás de cada atentado a la concordia. El capitalismo «liberal» permite todo a cualquier precio. Y cuando todo tiene un precio, nada tiene valor.

Los márgenes descompuestos de la ambición humana, la perpetuación de la especie a través de la propie¬dad privada, la validación personal a través de la marca del coche y los caminos fecales que seguimos para alcanzar nuestro objetivo son realmente el origen de esta y tantas otras crisis en tantos otros momentos y espacios. No sufrimos una crisis eco¬nómica, son nuestras almas quienes están en crisis. Y lo que realmente me inquieta es que la vigencia de esta obra, cuyos personajes mal formados encuentran nombre y apellidos reales en todas las sociedades (en la de Gay, en la de Brecht, en la de Buarque, en la nuestra…) augura un desolado futuro para nosotros, mientras no nos demos cuenta de que el origen de la suciedad no está en el sistema, sino en las almas putrefactas que lo componemos.

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