Críticas de espectáculos

The tragedia of prince Zi Dan/Shangai Peking Opera Troupe

Hamlet en código oriental
Obra: The tragedia of prince Zi Dan
Autor: William Shakespeare
Guión: Fen Guang
Intérpretes: Fu Xi Ru, Guo, Rui Yue, Zhao Huan, Chen Yu, Yan, Ping Gu, entre otros
Dirección: Shin Yukun
Producción: Shangai Peking Opera Troupe
Corrala del Palacio del Caballero -24-07-07 –Festival Olmedo Clásico
La Ópera China es una de las tradiciones artísticas de representación teatral más antiguas. Existen más de trescientas variedades, pero en el último siglo ha tomado gran relevancia la denominada Ópera de Pekín, pero en todos los casos hay elementos que coinciden y que se podría calificar como los que de manera más clara establecen unos códigos de convención entre el escenario y los espectadores. Una codificación en máscaras, en los colores, en los movimientos, en los tipos, una clasificación que elimina la necesidad de cualquier presentación previa, ya que al aparecer el actor o la actriz vestido de una manera específica, se entiende que hace un rol determinado. Una codificación que se ve subrayada por la música, por la mímica, por la coreografías, es decir que se parte de una estructura conocida por los espectadores chinos y sobre ella se realizan las variaciones temáticas o anecdóticas. Los occidentales nos perdemos parte de sus significaciones al desconocer precisamente ese código básico.
Parece que la situación socio-económica de China, les ha llevado a acercarse a los clásicos occidentales y traducirlos a sus propios lenguajes escénicos. Este es el caso que nos ocupa, una adaptación de “Hamlet” que mantiene el hilo argumental, parte de la trama, pero que recurre a situaciones puramente localistas, creando otra mitología y resumiendo parte de la complejidad argumental del hamlet original. Pero hay que decir que sí se mantiene parte de los lugares más importantes de la historia, con otros nombres, otras circunstancias, pero en escenas reconocibles.
Realizado en chino, con subtítulos en castellano, el espectáculo presenciado a cargo de la “Shangai Peking Opera” mantiene todos los elementos característicos, todas las tipologías de reconocimiento y codificación y teatralmente nos sitúan en una estructura en donde la música en directo lleva sobre volandas la acción, en donde los cantos son en unos registros extraños, muy reiterativos pero que logran crear una sensación mágica, el colorido del vestuario es absolutamente deslumbrante, al igual que la disposición de los protagonistas para cantar, bailar, hacer acrobacias, recitar y hacer pantomima, lo que les convierte, a ellos, en artistas totales, y al conjunto en una ópera total, en el sentido más amplio de su concepto: música, canto, baile, interpretación, circo, luchas marciales, colorido, cambios de referencia escenográficas simples, es decir un trabajo que se disfruta y que ayuda a pensar sobre los ancestros, sobre los rastros de las artes escénicas en otros ámbitos culturales que se remontan a decenas de siglos, y que manteniendo desde entonces unos códigos, han evolucionado a una mayor concreción, pero siempre con idea de gran espectáculo popular de gran valor artístico.
Carlos GIL

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