Sud Aca Opina

Todes juntes

Creo que, sin miedo a equivocarme, con este escrito me puedo echar más de alguna opinión adversa encima, pero me siento obligado a decirlo, pecho a las balas y para adelante. Soy un convencido de que, cuando los cambios se producen de manera natural, lo hacen por una necesidad imperiosa de evolución, sin siquiera darnos cuenta de los cambios, mientras que, cuando son forzados, cada mínima modificación cuesta una enormidad y tarde o temprano los cambios impuestos a la fuerza, terminan por revertirse, hasta transformarse en un accidente momentáneo, olvidable, reprobable o simplemente jocoso a la luz de un tiempo transcurrido.

 

Hoy por hoy, esto del lenguaje inclusivo donde ya no existiría masculino ni femenino, sino un género neutro para no herir susceptibilidades, creo que para muchos de nosotros se nos hace extremadamente complicado, pues aprendimos un cierto idioma regido por leyes, y ahora se nos quiere forzar a cambiarlo. Además, el ser humano, perdón, humane, no tiene género, sino sexo. Si bien es cierto el lenguaje construye realidad y un porcentaje no menor de la población podría sentirse menoscabado en muchas palabras que por defecto parecen ser masculinas, no es menos cierto que antes de aprender y aplicar esta nueva forma de comunicarse, me parecería más inclusivo el aprender los idiomas de los pueblos originarios de cada territorio o el lenguaje de señas de los sordos o el sistema Braille para incorporar a los ciegos en muchas actividades que hoy le son imposibles.

¿Cuántos cartas de restaurantes por más apetitosa que sean las fotografías de los platos ofrecidos, están en Braille?

Llámenme anticuado o retrógrado, pero me complica esto de andar en biciclete para ir al dentiste, eso en una tibia primera aproximación de cambio, porque perfectamente podría evolucionar a andar en bicicletx para ir al dentistx.

En mi país algo se ha avanzado en el tema de la inclusión. En los consultorios de los barrios periféricos, donde se concentra la población de descendientes de pueblos originarios marginados por la sociedad que los conquistó, ya existen indicaciones escritas en su idioma, y ahora con esto de la gran inmigración de haitianos, incluso en creol. Y no solo ha pasado en esto del lenguaje. Por ejemplo, como arquitecto, mis diseños deben satisfacer la ley de accesibilidad universal en que una persona en silla de ruedas puede acceder a los diferentes recintos. Por ejemplo, las puertas de acceso a los departamentos deben ser de 90 centímetros de ancho de apertura libre, para permitir el paso de una silla de ruedas. Claro que no se especifica nada sobre las puertas interiores, por lo que una vez dentro, debe arrastrarse a su dormitorio, al baño o la cocina. 

¿Una idiotez? 

¡Absolutamente!

Aunque por algo se debe empezar, con las leyes antiguas, ni siquiera podía entrar al departamento.

Quizás con esto del lenguaje inclusivo suceda algo similar; por algo se debe empezar.

Considero positivo el que se haya puesto como tema de discusión, aunque siempre me opondré a toda imposición.

¿O debería escribir; tode imposicien?

¿O todx imposicixn?

¿O xxx?

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