Críticas de espectáculos

Un buen morir. Del amor y otras iluminaciones / Teatro de los Andes / 34 FIT Cádiz

Acto de amor

William Shakespeare escribió multitud de tragedias en las que “muere hasta el apuntador”, según la expresión coloquial del espectador. En ‘Romeo y Julieta’ sucede otro tanto, pero lo más patético resulta en que la muerte aparente de ella le lleva a él a quitarse la vida, por amor; y la muerte de él, tras reponerse ella de su catalepsia, le conduce al suicidio. Ciertamente, hay muertos, pero en el caso de esta pareja de amantes, el móvil hay que buscarlo en la desdicha, en la fatalidad.

 

La compañía boliviana Teatro de los Andes ha presentado en el 34 Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz el conmovedor espectáculo ‘Un buen morir. Del amor y otras iluminaciones’. El texto original de Alex Aillón Valverde, que ha sido consensuado con los intérpretes y el director Elías Cohen según el proceso creativo que es habitual en esta compañía, describe un bello poema de amor en el que dos personajes comparten la “enfermedad de la vejez”.

En este montaje hay cierto paralelismo entre el binomio Romeo / Julieta y el de Eusebio / Amparo, personajes de ‘Un buen morir’. Sin embargo, mientras que en aquellos son víctimas de un malentendido o quizá del destino, en éstos, la muerte es consecuencia de un acto piadoso, voluntario y de compasión. “No quiero usar pañales, no quiero que me saquen la mierda, no quiero que me limpien el culo, no quiero que agarren el pito para orinar…”.

La obra se adentra en el alma del ser humano tocado por el amor y por la fragilidad. Dos personajes, Eusebio y Amparo, se aman, pero saben que se tienen que despedir, es la hora del “adiós”; ninguno quiere dañar al otro, al contrario: “- Adiós. / – Que te vaya bien. / – A ti también. / – Si necesitas me puedes llamar. / – Claro, tú también me llamas si quieres…” Pero los cuerpos sufren el desgaste del tiempo. Ambos han hecho un pacto íntimo que solo ellos van a comprender, ayudarse a un buen morir.

Aparte de la despedida, el texto, sin abandonar el sentido poético, marca un problema social. Hay un universo exterior que les puede juzgar y condenar por su incomprendida acción. La casa de los vecinos. “Doña Marta habrá presentido algo o habrá adivinado algo. Esa vieja bruja… Porque no puede haber escuchado nada, fuimos discretos, silenciosos…” Se sienten vigilados por todo el barrio, por la policía. “Los vecinos quieren entrar…”.

En ‘Un buen morir’ se aprecia la muerte, pero con el sentido de la vida. “- A. La muerte es lo que hace que seamos humanos y no dioses. / – E. La muerte hace que seamos verdades y no mentiras. / – A. La muerte es una sorpresa que nos anuncia la vida.” La palabra posee un significado hondo, humano y espiritual; el bello texto gira en torno a los afectos, a los recuerdos, a las emociones, a la compasión.

La puesta en escena conserva el sentido poético de la palabra con acciones que tienen un significado que va más lejos del mero esteticismo. Así, el espectáculo comienza con la escena final de ‘Romeo y Julieta’. Esta escena la repiten en el papel de intérpretes con una acción meta teatral de teatro dentro del teatro. Después, ya como personajes de la obra, se adentran en la dinámica escénica conformando la escenografía que estaba camuflada sobre el escenario: levantan las paredes de papel –metáfora de la fragilidad existencial– que delimitan la estancia; construyen la estantería y la mesa que se convertirá en ataúd; hacen la lluvia artificial –metáfora del llanto– bajo la cual abren un paraguas que les cubre en una escena de sutil seducción; el enterramiento y la arena, las flores y el desmayo, los ladridos de los perros Cerberos que guardan la entrada y la salida, los silencios, los abrazos, el cariño, la compasión.

El espectáculo transmite melancolía y llama a la reflexión sobre la vida y la etapa que precede a la muerte; el espectáculo concede al amor la oportunidad de abreviar el padecimiento de la “enfermedad de la vejez”; el espectáculo muestra un sublime acto de entrega, de compasión, de amor.

La compañía Teatro de los Andes ha encontrado un gran camino en su exploración artística tanto colectiva como personal. Con este espléndido trabajo, la compañía, que trabaja dentro de una comunidad rural en Sucre donde imparten pedagogía escénica, ha recuperado el valor del compromiso social con la poesía como medio de expresión. En ‘Un buen morir’, la compañía boliviana parece resurgir de sus cenizas para darnos montajes de enorme contenido artístico, emotivos y para la reflexión.

Manuel Sesma Sanz

Espectáculo: Un buen morir. Del amor y otras iluminaciones. Autor: Elías Cohen y Teatro de los Andes. Intérpretes: Alice Guimarães y Gonzalo Callejas. Dramaturgia: Alice Guimarães. Escenografía: Gonzalo Calleja. Música original: Lucas Achirico y fragmento de “Tiliboyo” de Kronos Quartett. Iluminación: Lucas Achirico, Gonzalo Callejas y Elías Cohen. Dirección: Elías Cohen. Compañía Teatro de los Andes. Teatro Sala de la Tía Norica de Cádiz. 34 Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz.

Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba