DDCdanza-Daniel Doña presenta ‘El Verbo’, una ceremonia pagana que celebra la vida y la muerte

La pieza ahonda en la identidad cultural de los pueblos, reivindicando el imaginario folclórico desde lo contemporáneo
Tras el éxito de ‘Entre hilos y huesos‘, un espectáculo que recibió el Premio Lorca de las Artes Escénicas de Andalucía 2023 a Mejor Espectáculo de Flamenco, la compañía granadina DDCdanza-Daniel Doña ha elegido Málaga para el estreno absoluto de su última producción coreográfica, ‘El Verbo’. La cita con esta ceremonia pagana que celebra la vida y la muerte, será el viernes 17 de noviembre, a las 20.30 horas, en el Centro Cultural MVA (C/Ollerías, 34).
En ‘El Verbo‘, Daniel Doña, director artístico del Parque España-Villa Española de Shima (Japón) para 2024, vuelve a adentrarse en un territorio que le es muy querido, aquel que ahonda en la identidad cultural de los pueblos, que no desdeña el contexto social o histórico en el que se producen las manifestaciones culturales y que reivindica el imaginario folclórico, porque en él encuentra otras formas de pensar, sentir y representar la vida.
Daniel Doña vuelve a convertir su creación coreográfica en un acto político, reivindicativo, donde el arte prevalece y se alza sin perder de vista el territorio y la cultura en la que se gesta. Y como ya es habitual en su producción, el nuevo montaje surge de un proceso de introspección, muchas veces doloroso, pero necesario.
Sobre el escenario y bajo la dirección artística de María Cabeza de Vaca, serán el propio Daniel Doña, a quien acompañarán Cristian Martín y Cristina Khai, quienes conviertan el verbo y la palabra en movimiento y transiten por un ritual casi sagrado que rompe espacio y tiempo para custodiar –y cuestionar- todo lo que está destinado a desaparecer.
‘El Verbo‘ es, en palabras del escritor Roy Galán, “una pieza acerca de aquello que arrastramos hasta la intimidad, de todas esas pleitesías colectivas que nos construyen y nos obligan bajo el apercibimiento del castigo a comportarnos de una manera determinada y correcta”. Pero también es “una propuesta en torno a la idea de que es necesario dotar de nuevos significados a las palabras, a esos lugares y espacios que configuran nuestras vidas, a todas esas tradiciones y costumbres que nos hacen repetir una y otra vez determinados rituales de dolor o vergüenza o culpa”.
Es también un proceso para imaginar y construir nuevos rituales, un territorio para rescatar de la deriva el esplendor de lo que se va, para renovarlo y recordarlo. En fin, nos enfrentamos, asegura Roy Galán, a “la coreografía de un cuerpo que se niega a la servidumbre de lo femenino y de lo masculino, que restaura la dignidad de lo cruel, que es una apuesta por un futuro de festejos en los que el poder, ese que es inevitable, ese que nos atraviesa a todos los seres humanos, sea ejercido de una manera distinta, celebrando que, aún, seguimos en la vida”.