Comentarios por favor
Ya he escrito más de 350 artículos y solo una vez he recibido comentarios.
¿Tan pobres son mis opiniones que no merecen ningún comentario?
Mejor no contesten, podría herir mis sentimientos reblandecidos.
En esta época de emojis y likes, cuando los tweets de no más de 140 caracteres cantados por el pajarito, antes de twitter, ahora de X, se imponen, es prácticamente imposible tener una buena conversación que vaya más allá de un pulgar hacia arriba a lo Cesar perdonando la vida de un gladiador caído en desgracia.
Un intercambio epistolar prolongado o una compleja partida de ajedrez vía correo físico, de esas que duraban meses y hasta años antes de la caída del rey, parece una historia sacada de un cuento infantil o un mito prehistórico difícil de creer.
La inmediatez como resultado del uso indiscriminado de los medios de comunicación electrónicos en la que estamos viviendo ¿Es buena o mala? ¿Va en desmedro o detrimento de la humanidad?
Cómo siempre, pueden existir opiniones divididas e incluso contrapuestas.
¿Quién no conoce el caso de un indulto vía correo a caballo, que llegó cuando el indultado ya no respiraba o libros maravillosos que han surgido de la recopilación de cartas entre amantes a la distancia?
Estamos viviendo una época en la cual cada vez más, reaccionamos por instinto, en qué la reflexión o la pasión parecen no estar en peligro de extinción, eso, si es que aun existen.
Preguntándole a San Google, el Santo patrono de nuestros días, encontré diferentes opiniones sobre el número de instintos del ser humano; que son 5, 4, 3… para algunos más, para algunos menos. Al menos todos coincidían en que independiente de la cantidad, siempre existe uno dominante, que suele ser el de conservación. Se expresa cuando nos sentimos amenazados y reaccionamos automáticamente sin pensar con la única motivación de defendernos.
Cómo es bien sabido que la mejor defensa es un buen ataque, nos hemos vuelto cada vez más agresivos ante todo y ante todos.
Alguien nos adelanta en un embotellamiento, y sin pensarlo lo empapelamos a insultos.
¿Era necesario?
Existe la remota posibilidad del aumento de precio de algún bien, y compramos lo más posible generando automáticamente desabastecimiento.
¿Somos capaces de consumir las decenas de kilos de harina que hemos comprado?
Estamos viviendo con miedo y el miedo nos encierra cada vez más en nuestra propia cárcel interior.
La risa es contagiosa, qué duda cabe, pero si estamos solos, quizás nunca podamos reírnos, privándonos de la sensación de felicidad producida por la liberación de endorfinas, analgésicos naturales que generan bienestar y alivio del dolor, dopamina y serotonina, que regulan el estado de ánimo y promueven sensaciones de felicidad, y se reducen las hormonas del estrés como el cortisol, la epinefrina y la adrenalina.
La ciencia no miente… casi nunca.
Más allá de una opinión personal sesgada, creo firmemente que nos estamos encapsulando en ese espacio de soledad que consideramos seguro, y bajo ningún punto de vista puede ser positivo.
Es por eso, para no sentirme tan solo como un náufrago arrojando al mar mensajes dentro de una botella; comentarios por favor.

