Hablar de parámetros
Paulatinamente, he ido abandonado el uso de las palabras “regla” y “norma”, cuando estoy acompañando procesos de formación en creación teatral. Una de las razones que justifican esta decisión, tiene que ver con mi profundo interés por el estar en sintonía con estos tiempos, con la época. Y el teatro contemporáneo, está en unas exploraciones tanto temáticas como formales que son difíciles de mirar a la luz de las “reglas”, de la tradición.
Este momento histórico está repleto de singularidades y, por supuesto, esas experiencias deben encontrar nuevas lógicas para ser expresadas. Entonces con conciencia de que estamos en pleno desarrollo de nuevas “teatralidades”, me parece ilógico enseñar unas supuestas reglas y normas para diseñar obras de teatro. El problema es que estos nuevos desarrollos no son reconocidos y no han sido asimilados del todo, pero, aun así, por lo menos a mí no me resultan indiferentes, de hecho, me llaman la atención, me interpelan, me cuestionan. Lo que significa que, por lo menos para mí, es necesario tenerlos en cuenta.
Por eso, he ido re-emplazando las palabras “normas” y “reglas” del teatro por la palabra “parámetros”. Una norma y una regla resultan ideas rígidas, verticales, impuestas. Son una indicación de un debe ser, inmóvil que hoy me genera dudas, muchas. En cambio, encuentro que la idea de unos “parámetros” indica que tales preceptos, son una características que se tendrán en cuenta temporalmente, que hoy son esos, pero que mañana podrían ser otros, en definitiva, que son variables. Y hablar de los parámetros aristotélicos, por ejemplo, es un invitación a formarse y a crear desde “cierta perspectiva” pero sin desconocer que hay una multiplicidad de perspectivas y que seguramente, habrá muchas otras. Creo que lo me cuestiono de fondo es como hablar de la tradición y enseñarla, pero sin imponerla.
Domingo 9 de noviembre
Bogotá, Colombia.

