Escritorios y escenarios

Ni arriba ni abajo

Hay que aprender a ver las cosas en su justa medida. Solemos caer, fácilmente, en la distorsión. Exageramos sobre quienes nos inspiran o quienes nos han fallado. Lo admirado se mira por encima del hombro, como si se ubicara en las nubes, como si el objeto de la idealización estuviera lejos. Lo despreciado, también está deformado, por un sentimiento que condiciona nuestra percepción. Se nos olvida, o no nos han enseñado, a ver a los otros en su justa medida.

Y sí, es un ejercicio que requiere esfuerzo, que hay que entrenar. Se trata de aprender a mirar, a percibir a contracorriente. Implica tomar una posición que está lejos de ser la posición dominante. Aprender a mirar en su justa medida, es una habilidad crítica.

Aprender a ver al otro en su justa medida, permite ver al ser humano detrás del rol del artista. Ver al ser humano detrás del rol de maestro. Ver al ser humano detrás del rol del investigador. Ver al ser humano. ¿Por qué y desde cuándo evadimos ver a los seres humanos en tanto seres humanos?

Nos acomodamos en las etiquetas, en los sustantivos y olvidamos lo que hay detrás o lo que podría haber más allá: una persona con unas búsquedas, unas experiencias, unas preguntas, unas manías, unas torpezas, unos hallazgos, que le dan cierta singularidad, pero que no está ni por encima ni por debajo de nadie.

Cuando alguien es incapaz de ver al otro en su justa medida, no solo distorsiona a otro ser humano, atribuyéndole rasgos que lo exceden, y ojo: hasta haciéndoselo creer, sino que se auto-distorsiona a sí mismo, pues se engrandece o se empequeñece.

No sé si han podido ver lo ridículo del comportamiento de quién se empequeñece ante la presencia de su ídolo. Yo lo he visto tantas veces. ¿Por qué le atribuimos ese rol de poder? O en sentido inverso, ¿por qué somos poseídos por el sentimiento de superioridad?

Hoy quería reflexionar sobre esto. Porque soy testigo de cómo el uso, mal uso y abuso de las etiquetas, de los sustantivos, de las miradas mal enfocadas, genera distorsiones en la percepción de la realidad. Y llamamos teórico a quién no ha diseñado ninguna teoría.

Al final, ver las cosas en su justa medida, es recordar constantemente que estamos rodeados por otros seres humanos que no están ni por encima ni por debajo de nadie.

Aunque insistas en colocarlos, en verlos más arriba o más abajo.

Domingo 10 de agosto del 2025.
Bogotá, Colombia.

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