Cuando alguien se sienta a escuchar a alguien, sea poeta, político o ingeniero naval y escucha que empieza su alocución con esa advertencia apocalíptica de “seré breve”, sabe que está a punto de sufrir una tormenta de palabras rimbombantes, retóricas y justificaciones de algo o alguien. Espero no caer en esa rutina e conferenciante a destajo o de escribidor a tanto la línea.
He recuperado la buena costumbre de ver teatro casi cada día, y eso es algo que significa mucho en estos momentos donde las turbulencias son tan abrasivas que cuesta cumplir con los compromisos más primarios. No doy abasto. No puedo atender ni a la mitad de los asuntos que mantengo vivos en mi quehacer como responsable de esas empresas que han sido mi absoluta vocación y a las que he dedicado mi atención superlativa: Artezblai SL. Y Yorick SL. Es tanta la confusión, el sentimiento de impotencia, que parece que vayamos directos a decisiones drásticas. En la librería parece que se ha encontrado una solución de continuidad, apartándome de la gestión directa. En Artezblai hay muchas más dudas, la revista ARTEZ está aparcada, de manera definitiva, pero queda que tomar decisiones importantes sobre el periódico digital y sobre la edición de libros.
En esas disquisiciones estamos, un día parece lunes y otro viernes, pero hay que decidir ya porque este Boletín empieza a ser demasiado magro, no hay capacidad para dar difusión a un gran número de noticias que nos llegan. Estamos en cuadro. O algo menos.
Lo que sea, lo sabrán ustedes puntualmente.
A todos y todas les pido compresión. Será breve la espera.
