La coreógrafa y bailarina Alicia Soto estrena nuevo espectáculo: La Petite voiture (La Comtese), una performance callejera que fusiona la danza con la vídeo-creación; los protagonistas de esta innovadora pieza «work in progress», un chofer, una mujer y el cochecito, nos presentan dos mundos: el real y el deseado. Desde el interior del vehículo se inicia una serie de proyecciones sobre los vidrios; esta Caja de Pandora representa nuestro mundo interior, una metáfora de nuestra lucha por escaparnos del contexto de nuestra vida, del mundo socio-económico-político en el que nos movemos y que nos formatea y nos encarcela; un mundo donde todo, más o menos, se reduce al dinero y al precio de las cosas. Un mito de Sísifo inquietante, con ecos fureros (Accions) que acabamos de ver en la feria Umore Azoka de Leioa (Bilbao) y que ahora se presenta en el Festival Internacional de Artes de Calle TAC 2011 (Valladolid), el 25, 26 y 27 de mayo. ¡No se lo pierdan!
Artista completísima de extensa trayectoria, tiene en Serrada (Valladolid) la sede de su compañía, un espacio para el trabajo multidisciplinar que combina un lenguaje coreográfico universal y contemporáneo, con la investigación en cada propuesta, de nuevas vías de expresión; Hojarasca Danza transita por espacios que van desde la sala alternativa al gran teatro tradicional, pasando por la calle, y espacios escénicos no convencionales. Sus últimos trabajos destacan por una depuración en la danza cada vez, más esencial, y por su expresión conceptual y poética en la que el cuerpo vive la danza como una liberación y como un espacio para las preguntas y cuestiones más sensibles para esta artista multidisciplinar. En 2 0 3 preguntas donde se incluye My way, pero quién es Santiago, presentado en diciembre pasado en la sala Triángulo de Madrid, Alicia interpreta dos solos relacionados conceptualmente: un cuerpo encerrado en una cárcel virtual, de espirales y giros de un cuerpo que se repite y multiplica a sí mismo, de una parte, y un cuerpo en lucha por desenterrarse de la tierra en el doble juego de lo real-virtual, a partir del «Cogito Ergo Sum» (Pienso Luego Existo) de Descartes, por otro. In vino veritas recoge nuestra tradición mediterránea de culto dionisíaco, creando un magnífico espectáculo con hallazgos como el poeta vinícola conectado «en vena» con el preciado fruto de la vid; la danza del minotauro; la escena de las copas de enormes y lujuriosas proporciones; todo el conjunto coreográfico es de enorme fuerza sensorial, y ecos surrealistas; estamos de nuevo, ante otra liberación producida por el preciado caldo. El éxito de este espectáculo es tal, que ha sido hilo conductor de la XXX Edición de los premios de la Denominación de Origen Rueda, en el teatro Principal de Valladolid, en diciembre de 2010.
En el año 2007 Alicia Soto descubre en Berlín a la compañía Post Theater compuesta por Hiroko Tanahashi y Max Scheduler, ambos investigadores, creadores y productores, con los que crea Super Gravity Zero Gravity en el que intérpretes y público pierden su orientación y sentido de la realidad: intérpretes en vivo interactúan con intérpretes proyectados encarnando el movimiento que encuentra el video-arte en «La Caja Gravitatoria». Esta instalación combina video-arte con bailarines, espacios y pantallas de video en una inusual relación de unos con otras explorando la gravedad y sus posibilidades dancísticas, a partir de una cita de Milan Kundera en La Insoportable Levedad del Ser. En La Mujer de la sin Memoria rinde tributo a la escritora María Teresa León. Estrenado en Burgos, en 2004, triunfó en la Feria de Ciudad Rodrigo en 2005 y fue ovacionado en el Festival Internacional de Teatro Experimental de El Cairo del mismo año. Destaca también por Entre Brazos, espectáculo para jóvenes y adultos estrenado en Burgos en 2001 y nominado como espectáculo revelación para los premios MAX 2003, y finalista en el V Certamen de Directoras de Escena de Torrejón de Ardoz de Madrid en 2002. Soto ha sido miembro del jurado del V y VI Certamen Internacional de Coreografía Burgos-New York; realiza talleres, conferencias y giras por Europa y América Latina. Alicia Soto encarna en sí misma el verdadero sentido hermenéutico de su cuerpo: ser instrumento-intérprete de su efervescente creación.
