Críticas de espectáculos

Alta Realitat-In Heaven / Jordi Cortés

Después de su pre-estreno en Ca L’Estruch de Sabadell (Barcelona) y su estreno en Sevilla el pasado mes de febrero. Por fín asistimos en Barcelona a la performace In Heaven, en el Sat! Teatre.

Jordi Cortés, a quién vemos en trabajos siempre entregados y arriesgados, esta vez nos regala un monólogo de danza-teatro-performace donde la palabra, la imagen y la danza son vehículos que nos llevan hacia un mundo personal y a la vez universal(…), como nos indican en el programa de mano. Dirigido y protagonizado por él mismo.

Así pues, empieza el espectáculo y nos encontramos ante diversas acciones habladas, cantadas y bailadas que se suceden con un muy buen ritmo de obra, sabiendo cambiar en cada momento de número. Tempo, espacios y líneas crean vaivenes de estado y de situaciones varias -de comicidad, del silencio, del plácido absurdo casi esperpéntico….-. Se trata de un viaje de provocaciones y de sensibilidades.

El espacio escénico, diseño entre el mismo Cortés y Memé Boya, enmarca con excelencia el propio diseño de luces, el vestuario, el atrezzo y el audiovisual. Todo cuidado con mesura y rigor apropiado para el espectáculo.

Se nota la buena base de Jordi como bailarín, por su biografía y por su profesionalidad dominando absolutamente su cuerpo, nos cuenta lo que nos quiere decir en cada instante e imagen física. No se trata sólo de hacer unos buenos grand battement, sino también de las simetrías, de la utilización de acentos y de la quietud danzada. Ahora su experiencia, ahora su controlada ordinariadez, ahora su desfachatez, ahora su sabiduría de contenido manejando su propio lenguaje coreográfico dentro y fuera de su piel. Aparece la duda anecdótica sobre qué parte quizás es improvisada o no.

Jordi Cortés abre pequeñas ventanas a las posibles realidades de cada uno de nosotros. Muestra la verdad escondida en nuestra propia censura, a veces a gritos, a veces callada, a veces mágicamente callada.

Fantásticos y sutiles los momento del juego con el títere de sí mismo, y el punto y final del desnudo ante sí mismo y ante el mundo.

Este trabajo, sin duda, gustará mucho o nada. Todavía ahora hay sinceras formas de espresión que no todo el público quiere y puede encajar (¡por lo que les pueda remover por dentro!), esta aventura vale la pena .

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