El Chivato

Angel Corella inaugura la primera Casa de la Danza que llevará su nombre

El bailarín madrileño Angel Corella inauguró este mediodía la primera Casa de la Danza que se crea en España, que llevará su nombre, y a la que auguró «un futuro muy próspero». Corella será, además, el presidente de honor de la asociación cultural ‘En Escena’, encargada de gestionar las actividades de la Casa. El bailarín, actualmente primera estrella del American Ballet Theatre, abrió este espacio, ubicado en el Casco Antiguo de la ciudad, junto con el alcalde de Logroño, Julio Revuelta, y el presidente de ‘En Escena’, Perfecto Uriel, impulsor del proyecto.
Según dijo Uriel, «Logroño ha sido la primera ciudad que ha apostado por un proyecto sobre la danza» y recordó que, cuando presentó la idea de la Casa en el Ayuntamiento, hace ya cinco años, «prácticamente me la quitaron de las manos».
Agradeció especialmente su apoyo a Angel Corella, con quien dijo «haber hecho en todo este tiempo una buena amistad de la que estoy orgulloso», sobre todo la posibilidad de que, con su nombre y su impulso, se desarrollen las actividades de la Casa.
«Esta Casa comienza hoy su andadura -añadió- y, por ello, estará abierta a todos, estudiantes, profesionales y público en general, siempre que vengan a estudiar sobre danza, a aprender sobre este arte y no a bailar».
Corella, por su parte, señaló que, cuando recibió la carta de Perfecto Uriel en la que se le planteaba el proyecto, «pensó que estaba un poquito loco». La ilusión, sin embargo, hizo presa en él y hoy, después de ver por primera vez la Casa, se mostró «lleno de alegría ante este espacio tan bonito, al que auguro un futuro próspero».
Por último, el alcalde afirmó que «este es un momento emocionante» y atribuyó a ‘En Escena’ todo el mérito de la construcción de la Casa, aunque no olvidó a otros implicados, como los concejales de Cultura, Mar San Martín, y al que, en su momento, fue de Contratación, Pablo Santaolalla; así como a técnicos y constructores de la obra.
«Este proyecto nace desde una verdadera vocación por la danza, y apoyado por una primerísima figura de este mundo. Además, está en el Casco Antiguo, lo que colaborará en su revitalización. Seguro que Logroño va a hacer honor a este espacio, viviéndolo y llenándolo de contenidos», finalizó.
La Casa de la Danza está construida sobre la rehabilitación de una antigua bodega situada en los números 25 al 29 de la calle Ruavieja.
El edificio se distribuye en tres espacios escalonados, que salvan el desnivel de las calles Ruavieja y San Gregorio, por donde se sitúa la entrada principal, incluida en la muralla de la ciudad.
La superficie total de la Casa es de 277,25 metros cuadrados, y el presupuesto final de las obras de rehabilitación, que comenzaron a realizarse el 11 de febrero del año 2002, ha sido de casi 146.500 euros.
Los espacios se distribuyen entre las tres plantas: al entrar, el dedicado a sala de exposiciones, donde también se desarrollarán actividades polivalentes, como fonoteca, biblioteca y fonoteca; la segunda, para el museo; y un tercer espacio administrativo.
Uno de los puntos más destacados de la Casa es el museo. En él, ahora mismo, y aunque se prevé ir aumentando progresivamente la colección, se pueden ver objetos curiosos, como zapatillas de ballet de Angel Corella, de su hermana Carmen -también del American Ballet-, o de José Carreño, todas firmadas.
Completan por ahora la muestra una foto dedicada de Margot Fonteyn, un libro de fotos de Antonio, y, sobre todo, los trajes y otras prendas de Martín Vargas, María Rosa y Antonio Canales, junto con vestidos con los que se han representado ‘Don Quijote’ o un particular ‘Lago de los cisnes’ en versión de danza española.
Hoy y manaña, además, podrá verse la primera de las exposiciones previstas en la Casa de la Danza, compuesta por 21 fotografías de la ex-bailarina del American Ballet Rosalie O’Connor. Realizadas a lo largo de 6 años, casi todas se centran en la figura de Angel Corella, bailando o en ensayos.
O’Connor explicó que en sus imágenes, muchas de ellas captadas aún en su época de bailarina, mantiene una visión especial de cada momento, «intentando captar los saltos altísimos o las expresiones». Muestra en sus fotos fragmentos de ensayos y de algunos de sus ballets favoritos, como ‘El hijo pródigo’, ‘Giselle’, ‘Sílfides’, El lago de los cisnes’, ‘Don Quijote’ o ‘Fancy free’.

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