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‘Angela (a strange loop)’, la vida de una mujer atrapada entre la realidad y lo virtual

Teatros del Canal estrena la obra de la directora alemana Susanne Kennedy, una de las voces más disruptivas del teatro europeo

Angela (a strange loop)‘ es la creación más reciente de Susanne Kennedy, una de las voces más disruptivas del teatro europeo, y del artista multimedia Markus Selg, una indagación en la vida de una mujer enferma que vive entre la realidad y el mundo virtual. Teatros del Canal acoge su estreno en España, con dos funciones los días 8 y 9 de marzo, en versión inglesa con sobretítulos en español.

«En esta obra miro la manera en que se representa la mujer a sí misma y se la representa on line», señala Kennedy. El teatro innovador de esta directora alemana nacida en 1977 utiliza diálogos en playback y multimedia e invita a cuestionar la esencia de lo que significa la vida, el ser humano. Su alianza con el artista multimedia Markus Selg se plasma en la estética de montajes como ‘Angela (a strange loop)’, ya que Selg examina en sus propias obras las posibilidades y consecuencias de vivir en un mundo virtual que se ha transformado en un flujo constante de datos e información.

En la obra, su directora se pregunta por el sentido de lo auténtico, por las razones que llevan a su personaje a exponer su vida en el mundo virtual y hasta donde está dispuesta a llegar al mostrar online sus debilidades y su intimidad. Es una youtuber, que se sostiene económicamente creando contenidos digitales sobre su propia vida. El espectador asiste a esa vida desde su nacimiento hasta su muerte, en un espacio que se va transformando y oscila entre lo real y lo virtual, del mismo modo que el personaje de Angela pasa de la vigilia al sueño, y del sueño al despertar. Padece una extraña enfermedad que altera su percepción de la realidad, de modo que cuando se expresan sus recuerdos estos aparecen mezclados con fantasías.

Por el escenario desfilan sus seres queridos, sus amigos, su madre y una misteriosa mujer que interpreta el violín, que parece personificar la conciencia del personaje y a la vez un ángel que viene a llevársela para morir. Además, a la sensación de irrealidad que desprende el montaje, contribuye un escenario hiperrealista, con una estética de ciencia ficción que transmite la sensación de falsedad con sus colores antinaturalistas (grises, verde lima fluorescente), con la presencia de la tecnología (pantallas que emiten vídeos), con los diálogos que los personajes han grabado previamente y que en escena reproducen como en un playback ligeramente desincronizado, o en situaciones surrealistas, como que la protagonista desaparece del escenario y al cabo reaparece embarazada y da a luz por la boca a un bebé.

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