En cartel

‘Belmonte’ de la Compañía de Rubén Olmo se presenta en el Albéniz

La directora del Teatro Albéniz de la Comunidad de Madrid, Cristina Santolaria, presentó hoy el espectáculo Belmonte, de la Compañía de Rubén Olmo, que estará en la cartelera de este teatro desde el próximo martes, día 5, hasta el domingo, 10 de septiembre. El coreógrafo, bailaor y director artístico de este trabajo, Rubén Olmo, así como el responsable de la dirección dramática, Esteve Ferrer también participaron en la presentación. Belmonte es un montaje de danza española que muestra al espectador la vida del legendario torero así llamado. Una biografía narrada con el baile, la música y la luz como únicas armas. No pretende ser un viaje exhaustivo por los hechos, lugares y personajes, sino que destila la gloria y el drama contenidos en una existencia, plasmándolos en un lienzo coreográfico. Así, los toros son, en cierto modo, secundarios porque lo que este espectáculo pretende contar es la historia de un artista.
Sus creadores, Rubén Olmo y Esteve Ferrer, no han buscado el documento, sino la emoción para este montaje que quiere ser un homenaje al genio pero también al hombre. El resultado es una biografía interpretada en danza española, con una puesta en escena que lleva al espectador a participar de las dudas, el delirio y la gloria de un torero, de un artista. Todo ello, a través de nueve escenas, nueve momentos claves para entender la vida de Belmonte, su sensibilidad y su trágico final. A principios del siglo XX, en plena Edad de Oro de la tauromaquia, dos toreros establecieron un sana rivalidad con la que hicieron historia: Joselito, artista clásico, considerado ya entonces como el más grande; y Belmonte, un hombre torpe y desgarbado que estaba empezando y, sin embargo, acabó “compitiendo” con el primero, a base de arrimarse al toro como nunca se había hecho antes. Ambos fueron dos mundos que se realimentaban, dos estilos que se necesitaban mutuamente, dos rivales que encontraban en el otro la razón para salir al ruedo.
Desde que ell 16 de mayo de 1920 el toro Bailaor mató a Joselito, en la plaza de Talavera, Belmonte comenzó a pensar en la retirada y la depresión comenzó a acecharle, hasta que en 1962 le alcanzó de lleno y se suicidó.
Cuando el arte se vive con pasión, la vida se resiente. El éxtasis de los estímulos creativos convive con la agonía de la falta de horizontes. Sobre esa íntima herida habla Belmonte, un espectáculo en el que Rubén Olmo dialoga con el torero, de creador a creador, sobre la ilusión y el aprendizaje, pero, ante todo, un diálogo sobre el miedo. Ni la escena ni el ruedo, ni el público ni el toro. El temor del artista proviene de un lugar más profundo, donde la ausencia de sentido equivale a la muerte.

La Compañía de Rubén Olmo
Este joven bailaor y coreógrafo, nacido en Sevilla en 1980, llega al Teatro Albéniz de la Comunidad de Madrid con el primer trabajo de su recién creada compañía. Una aventura en la que se ha embarcado después de haber pasado por casi todas las compañías de danza, como el Ballet Nacional o las compañías de Aída Gómez, Rafael Amargo o Ramón Oller; y haber trabajado, en casi todas ellas, como adjunto a la dirección, repetidor, creando coreografías y como primer bailarín solista. Ahora, tras 10 años cerca de estos grandes artistas, intentará aportar nuevas ideas y crear su propio estilo, para lo que se ha rodeado de otros trece jóvenes, profesionales con un gran nivel de baile: Sara Vázquez (1979), Sara Campos (1979), Mariano Bernal (1978), Marta Arias (1978), Jonathan Miró (1981), David Coronel (1981), Antonio Corredera (1984), Eduardo Leal (1982), Tamara López (1978), Ana Belén Agraz (1981), María Jesús Bustos (1978), David García (1983) y Vera León (1980), aunando, así, calidad, juventud e ilusión.

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