Críticas de espectáculos

Breve panorama teatral en Santiago de Chile al inicio de la temporada 2017/2018

Como principales novedades, conmemoraciones de diversos aniversarios de figuras de la cultura chilena: el centenario del nacimiento de Violeta Parra, el décimo aniversario de la muerte de Jorge Díaz y de Andrés Pérez, actor emblemático, y cambios en la dirección de teatros importantes han marcado en abril 2017 el comienzo de la temporada teatral 2017/2018.

 

El Teatro Municipal inició su temporada el 12 de mayo con un evento lírico, el estreno de Jenůfa, ópera emblemática de Leoš Janáček con una magistral puesta en escena de Jorge Lavelli, bajo la dirección musical de Konstantin Chudovsky, titular de la Filarmonía de Santiago y con un excelentísimo elenco. Un éxito aplaudido tanto por la crítica especializada como por el público, ávido de ópera. 

Desde principios de abril en los escenarios de teatros y centros culturales, se ofrecen una gran variedad de obras de teatro, danza y creaciones musicales. 

Aunque algunos autores y directores de escena se quejan de que la problemática de la memoria histórica y de la relativa democracia no está suficientemente abordada en los espectáculos actuales, se observa en la nueva generación de creadores un gran interés, casi «obsesivo», por estos temas tratados desde la perspectiva actual con una mirada más amplia, reponiendo las obras ya conocidas o estrenando las nuevas. 

Así por ejemplo, entre otras, en el GAM, Centro Cultural Gabriela Mistral, El cuerpo de la letra, obra de danza contemporánea y de artes visuales, de Paulina Mellado y Verónica Troncoso, inspirada en textos de la resistencia bajo la dictadura.

Dominancia, musical contemporáneo de Andreas Bodenhöfer y Verónica González que a través de un lenguaje escénico plural: música, teatro, audiovisual y testimonios, indaga sobre el tema del atropello de los derechos humanos, abordando diferentes formas de violación de los mismos. El espectáculo nació del interés por abordar los atropellos a los derechos humanos que acaecieron en Colonia Dignidad, el circuito de la DINA, y que ocurren también en el presente. La obra intenta exponer nuevas formas de amenaza a los derechos colectivos de los pueblos indígenas y de las generaciones futuras. 

En el GAM se reponen también obras de Juan Radrigán que falleció el año pasado, Amores de cantina, una tragicomedia musical, y su última obra Clausurado por ausencia, donde tres personajes esperan inaugurar un memorial para detenidos desaparecidos. La espera se alarga, las postergaciones se repiten. Radrigán dispara contra todos, contra las autoridades que no se han hecho cargo del tema, contra la indiferencia ciudadana y también contra las víctimas «que resistieron el acoso y la tortura, pero no la libertad y finalmente se convirtieron en polvo para las vitrinas y pasto para la nostalgia y las divisiones partidistas»).

Varios espectáculos teatrales y musicales celebran el centenario del nacimiento de Violeta Parra. Así por ejemplo Destino desamor. Un viaje Violeta, dirigido por González Pinto, retrata el viaje musical y personal que la artista vivió en Europa. El pájaro de Chile de la compañía Teatro Reconstrucción, con texto de Leyla Selman, la historia de un joven marginal que se convierte en estrella del deporte, campeón ciclista de fama mundial, está inspirada en las Décimas de Violeta Parra. 

La obra de Jorge Diaz está también muy presente en los escenarios. 

Mientras en el GAM se presenta su Locutorio, dirigido por Cristian Plana, historia de amor, soledad, vejez y locura, en el Teatro de la Universidad Católica triunfa Cepillo de dientes (estrenada en 1961) adaptada y dirigida por Álvaro Viguera. 

Lo que impresiona en esta obra es su modernidad y la extrema lucidez, el humor caustico, en la mirada de Jorge Diaz al cotidiano (a la cotidianeidad) de una pareja burguesa que se obsesiona por cómo llenar el tiempo para escapar de la rutina. Los distintos juegos en los que se embarcan los dos personajes van de lo inocente, lo surrealista, a lo macabro.

Alvaro Viguera alcanza en su puesta en escena la cumbre de la comedia surrealista y delirante. En el escenario, como elementos básicos, una mesa y dos sillas. Algunos otros elementos: una plataforma con un inodoro, un televisor sin pantalla con muñecas dentro como un teatro de títeres, dos grandes cepillos de dientes, aparecen en algunas secuencias que se encadenan con un ritmo rápido y una increíble fluidez. Los dos estupendos actores Geraldine Neary y Luis Cerda pasan instantáneamente de una situación a otra, involucrándose totalmente en los personajes, sacando lo surrealista y absurdo de la obra. 

También en el marco del homenaje a Jorge Díaz, Mauricio Bustos, reconocido director de escena, presenta del 19 de mayo al final de julio en el Teatro del Centro Cultural Las Condes Fatiga de material de Jorge Díaz. La obra regresará este octubre a los escenarios de Santiago.

Es la historia de dos actores ancianos, mujer y hombre, retirados desde hace años, que se citan en un teatro ya cerrado en el que trabajaron siempre. En este encuentro rememoran los grandes éxitos que allí tuvieron. La línea dramática va contando los pormenores de la relación que mantuvieron y poco a poco se va desvelando porque quebraron y porque rompieron y se separaron. 

La peculiar efervescencia teatral se evidencia con la celebración el 11 de mayo del «Día nacional del teatro» instaurado tras la muerte, hace 10 años, de Andrés Pérez, gran hombre del teatro chileno que formo parte de la célebre compañía Théâtre du Soleil de Ariane Mnouchkine en Paris.

Con motivo de esta celebración varios teatros y salas han propuesto un programa de espectáculos, encuentros y conferencias.

Coincidiendo con esta fecha la compañía franco-chilena Teatro Aleph, fundada por Oscar Castro, dramaturgo, actor y director de escena exiliado en 1977 en Paris, inauguró su sala Julieta, un espacio para 150 personas en Cisterna en Santiago. 

Oscar Castro abrió la sala reponiendo sus espectáculos fetiches : El cabaret de la última esperanza, El Che que amo, El exiliado Mateluna, y presentando también su nueva obra La neblina, inspirada en Niebla de Miguel de Unamuno. 

 

Cambios con el espíritu de la resistencia y de renovación.

 

Entre finales de abril y principios de mayo dos importantes teatros han cambiado de directores. 

Ramón Griffero, dramaturgo y director de escena, esencial en el teatro chileno, recuperador de salas, renovador de la dramaturgia y de la práctica escénica, se ha despedido del Teatro Camilo Henríquez que dirigió desde 2014, tomando la dirección del Teatro Nacional de Santiago. Su proyecto para este teatro es persistir en su resistencia contra la cultura de mercado, dedicando este espacio al descubrimiento de nuevos lenguajes escénicos.

La reposición en abril y hasta el 28 de mayo 2017 en el Teatro Camilo Henríquez, de su obra 99 La morgue, estrenada en 1987 bajo la dictadura, coincidió con la salida de Griffero del Teatro Camilo Henríquez. Treinta años después de su estreno 99 La morgue vista desde la perspectiva de hoy, no solo conserva su actualidad sino que parece todavía más potente y la dimensión metafórica de la obra más amplia y universal. 

Paulina Urrutia, actriz, ex Ministra de la Cultura durante el primero gobierno de Michelle Bachelet, entre 2006 y 2010, ha sido nombrada directora del Teatro Camilo Henríquez donde, desde la recuperación de este teatro en 2014, formaba parte de la compañía de Ramón Griffero. 

Actuó en Prometeo el origen, de Griffero y formó parte del elenco de 99 La morgue

Hasta el próximo septiembre se presentaran en el Teatro Camilo Henríquez montajes de tres jóvenes creadores: Croma de David Atencio, La trágica agonía de un pájaro azul de Javier Casanga y Romeo y Julian de Carlos Urra.

La línea de la nueva directora del Teatro Camilo Henríquez es de respetar la labor de Ramón Griffero y la identidad que ha imprimido a este teatro. 

Irène Sadowska

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