Críticas de espectáculos

Copenhague/MIchael Frayn

EN EL CORAZON DE LA INCERTIDUMBRE
Copenhague, de Michael Frayn
Dirigida por Román Calleja
Intérpretes: Fernando Delgado, Sonsoles Benedicto y Juan Gea
Versión de Charo Solanas
Centro Cultural de la Villa. Hasta el 1 de junio.
“Nunca podremos averiguar qué realidad nos precedió si no contemplamos lo sucedido desde fuera, sin que los sentimientos que nos acompañaron en el futuro subjetivicen nuestra visión.”
Michael Frayn parte de un interrogante en su obra “Copenhague”: “¿Qué ocurrió en la ciudad danesa cuando Werner Heisenberg visitó al que fuera su profesor, Niels Bohr, corriendo el año 1941?”
A partir de este hecho vital en el curso de nuestra historia, imagina tres posibles respuestas, tres perspectivas estudiadas de antemano tras comprobar e investigar la personalidad, el pasado y el futuro de estos dos cerebros privilegiados de la física del siglo XX.
Así, encontramos tres conciencias individualmente colectivas que diseccionan una serie de probabilidades, llamando a una memoria, pilar del presente y base firme del futuro, que jamás debiera llamarse guerra o masacre.
Román Calleja, ha luchado denodadamente por formularnos estas cuestiones y lo ha logrado. Ha creado en el Centro Cultural de la Villa el hábitat idóneo donde tres actores magníficos abren la caja del “¿Qué hubiera sido si…?”
Fernando Delgado es el físico danés, Niels Bohr, ideólogo del detonador que posibilitó la aplicación efectiva de la bomba nuclear de Nagasaki; Juan Gea es el físico alemán, Werner Heisenberg, descubridor del principio de incertidumbre que trabajó durante la II guerra mundial en la creación de la bomba que utilizarían los nazis… Y Sonsoles Benedicto es Margrethe Bohr, la tierra, la visión objetiva, la realidad en un dúo de recuerdos difusos que ninguno acierta a enunciar con exactitud.
Desde el más allá, el pasado se hace presente y un más acá nítido se abre al público. En este primer viaje es Heisenberg nuestro guía. Nos cuenta su viaje a Copenhague, su por qué, el reencuentro con quien fue su “padre adoptivo”… Pero no nos dice de qué habló con éste… Es el propio Niels Bohr el que después teoriza y descubre el significado de su hipotética exposición. ¿Cuál es ese significado?
A partir de este momento se produce una transición. No hay una perspectiva clara. Los tres intentan desentrañar los significados ocultos de cada palabra, de cada gesto. Margrethe-Benedicto abre el libro del pasado, de la juventud de los dos científicos y les muestra la cruz de una amistad casi inexistente, de una colaboración individualizada y verdaderamente esporádica. ¿Verdaderamente? Heisenberg es quien, angustiado, no comprende el porqué de esos recuerdos tan dispares, y por ende, es quien más ansía la respuesta a ese viaje, a esa conversación maldita que le obligó a pedir perdón eternamente al mundo, por algo que no hizo. ¿Por qué?
Margrethe Bohr nos conduce al borrador definitivo. Sólo contemplando el pasado desde fuera. Sin sentir, sin participar directamente, se descubren las grietas, se acierta a ver las sombras… En ese tercer borrador hay seis personas en Copenhague. En 1941. Las tres sillas vuelven a su sitio original, a su dueño primario. ¿Quién es el intruso?
Todas las preguntas son respondidas.
¿Correctamente?
Como en un aviso amenazante, las tres sombras vuelven a mirar el hoy desde arriba, desde el más allá, vigilantes, temiendo que un día, hasta los fantasmas desaparezcan por la osada incompetencia de los creadores del hoy. ¿Sabemos quiénes son?
Román Calleja nos regala la reflexión, nos formula las preguntas que imaginó Michael Frayn. Las palabras, algún día, podrán sustituir la torpeza y la temeridad. Tal vez sea ésta una opción más, pero hemos de tomarla.

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