¿De qué sexo es la palabra?

De como el teatro enfrenta al capitalismo y lo desafía

No es una batalla, una declaración de guerra, el principio de un manifiesto, tampoco tiene las intenciones de ser un monólogo, un stand up, o un texto infantil para las vacaciones de invierno donde hay tanta demanda. Tampoco será un proyecto de intercambio cultural entre instituciones o entre paises de latinoamérica subsidiado por algun organismo europeo sin importar directamente lo producido, creado o pensado.

No.

Tampoco es una catarsis después del estreno, después de las deudas, despues de la metamorfosis que sufren las personas y van de la alegría a la desidia. Como si uno viviera adentro de una peli de ciencia ficción y viera como aquellas lindas personas van siendo tomadas por el enojo, la rabia y la inacción.

No.

Tampoco es un pedido de ayuda, ni un borrador para la terapia que no hago, ni un boceto para la radio para la próxima entrevista, ni ensayo una carta para postear en face para atacar el político de la semana o al comunicador que dijo «hubieron» en lugar de hubo o la linda tonta de turno o el idiota que no sabe para qué sirve el teatro actualmente.

No.

¿Es algo útil?.

No.

Tampoco, es un intento de invetir el orden, algo tan de moda. Ya lo hizo Torres García en 1943 cuando invirtió el orden de las Américas y la del Norte quedó abajo y la del Sur arriba, ¿Por qué, quién dijo que era de la otra manera?

No.

Tampoco es un nuevo proyecto cultural para la campaña de las próximas elecciones, donde los candidatos contratan asesores que ni siquiera saben googlear para ver dónde y cómo está y estuvo ubicada la cultura nacional, en los últimos 60 años, por decir una cifra.

No.

Tampoco estoy juntando votos, ni haciendo una campaña pulbicitaria de incógnito para reciclar a todos los descontentos de los partidos tradicionales o las clásicas organizaciones de izquerida. Tampoco soy una alternativa al sindicato.

No.

Es más simple. La cultura y el arte son partes de la verdad humana. El capitalismo forma parte de las mentiras y crueldades que ha generado la historia de la humanidad.

El teatro es una trinchera verdadera para enfrentar la mentira cultural que nos imponen día a día.

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