Negro & negro

El algodón no engaña

En Euskadi Sur se producen 19 denuncias por violencia machista cada día. En 2017 fueron un total de 7.028 denuncias las recibidas en los juzgados vascos. Un 12% más que en 2016, es decir 760 denuncias más. Desde 2008 el incremento de las denuncias alcanza un 34%, es decir, son 1.800 denuncias más que hace 9 años.  

La mayoría de las denuncias son por malos tratos y lesiones, un 71%. La ruptura de las ordenes de alejamiento llegan hasta un 15,8% y por insultos y humillaciones en un 2,5%.

1.237 son la peticiones de protección solicitadas en 2017. Un 37,8% de ellas fueron denegadas en los juzgados vascos.

En relación a la igualdad también hay mucho que andar, cambiar y modificar. Aparentemente vivimos en un mundo justo y equitativo, de mismas oportunidades, sin discriminaciones pero nada más lejos de la realidad. El sector de las artes escénicas, formado por artistas, intelectuales, autor@s, empresari@s dedicad@s al Arte y gentes más “sensibles” y “concienciadas” en teoría, debería estar en otro nivel de igualdad. Debería ser así en “teoría” porque en la práctica no sucede, estamos parecido a los demás sectores profesionales. Existe desigualdad real y objetiva entre las mujeres y los hombres.  

La presencia de las mujeres en las historias y obras artísticas es menor que la de los hombres y esto tiene un reflejo automático y directo en el empleo. La edad en las mujeres también es un factor que juega en su contra porque a partir de los 35 años se deja de contar con ellas o se las relega a papeles secundarios o muy pequeñitos. También hay una brecha salarial de 16 puntos a favor de los hombres y en detrimento de las mujeres. Esta desigualdad económica incide directamente en el sistema de la Seguridad Social: menos ingresos, peores pensiones, menos aportación en el paro, menos prestaciones en general

COFAE, coordinadora de ferias de artes escénicas del Estado,  realizó un estudió de género basándose en las programaciones de doce ferias en el año 2016. Se analizaron 403 espectáculos, con un total de 3.917 personas empleadas. El objetivo era diagnosticar la salud en cuanto al género en las artes escénicas a través de un muestreo de lo que sucede en las ferias. Diagnóstico: hay que ingresar al paciente en la UCI, Unidad de Cuidados Intensivos. Únicamente el 28% de las direcciones de escena de los 403 espectáculos presentados están firmadas por mujeres. En autoría no llegan, quedándose en un 27%. En los puestos de responsabilidad, con un valor añadido en lo artístico, las mujeres también están relegadas. Es el apartado de diseño de vestuario dónde las mujeres ocupan un porcentaje mayor que los hombres.  

 El pasado 8 de marzo, y la lucha, y la movilización y todas las sinergias que se crearon alrededor obtendrá frutos. Quizás no los deseados pero esto es una carrera de fondo, con obstáculos. Las acciones convocadas denunciaron la precariedad laboral y salarial de las mujeres frente a los hombres también en las artes escénicas. Denunciaron el techo de cristal en los roles directivos existente en las artes escénicas y denunciaron también la situación general de desigualdad real entre las mujeres y los hombres que se extiende a todos los ámbitos de la sociedad.

No obstante, todos los días del año hay sensibilizar encendiendo los micrófonos, levantando los telones, proyectando películas, difundiendo en las ondas y en las televisiones debates, documentales, campañas. Escapando de circunscribirnos exclusivamente al 8 de marzo y alrededores. Sin bajar la guardia. Debemos continuar utilizando los diferentes medios como herramientas imprescindibles de lucha hacia la igualdad.  

El mundo de la Cultura y de las Artes escénicas tiene una gran responsabilidad en el camino hacia la igualdad. Es obligatorio una presencia igualitaria entre mujeres y hombres, es necesario que las películas, las series y las obras de teatro reflejen la diversidad física, de edad, de raza y orientación sexual. Para que el sector de las Artes Escénicas tenga credibilidad y sea un factor determinante en nuestra sociedad, no es suficiente argumentar y pregonar “de boca” sino que hay que demostrarlo y hacerlo con hechos, con praxis, con realidades y con verdad, con mucha verdad. Porque el algodón, no engaña.

 

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