El cuerpo, la voluntad y el ser
El sábado 15 de noviembre fue un día ideal para huir de Vigo, sobre todo para quienes, como yo, viven en el centro de la ciudad, transformado en un parque temático navideño, estereotipado y populista. Por eso, me escapé a la hermosa Ponte de Lima y a su Teatro Diogo Bernardes, que coprodujo ‘LA VOLUNTAD DE UN CUERPO’ con ITZ-Intranzyt Cía.
La segunda parte de un tríptico sobre Cuerpo, Voluntad y Ser, con coreografía de la cubana Maura Morales, en estrecha relación con la música original de Michio Woodgardt.
Una pieza interpretada por un elenco muy joven, capaz de transmitir todo el coraje y la fuerza que exige una coreografía coral, de gran carácter, impetuosidad y exigencia física.
Con predominio de secuencias al unísono, articuladas en composiciones de gran plasticidad visual, las cinco bailarinas y los dos bailarines, ataviados con trajes azul eléctrico, parecían caballos o guerreros en una lucha que evoca la clave entre el cuerpo, la voluntad y el ser. El ser como una construcción casi bélica.
Los movimientos acrobáticos, las composiciones grupales de equilibrios de extrema dificultad y las procesiones en las que parecían marionetas o autómatas, se combinaban, a veces con la vibración musical, a veces con su ciclogénesis explosiva, alternando con breves transiciones de aparente calma, proporcionadas por la palabra reflexiva.
Un espectáculo que asombra por su complejidad fundamentada en el querer que define la voluntad en los cuerpos, y en este caso, a través de la danza, la voluntad de los cuerpos.
Sin voluntad no hay Ser, entendido como identidad (construcción, narrativa, historia, biografía), pero la voluntad sitúa al cuerpo en el lugar del conflicto, la lucha y la confrontación. Quizás porque solo deseamos lo que no tenemos, o lo que tenemos, pero tememos perderlo, o buscamos incrementarlo.
El deseo, la voluntad, al igual que el conflicto, son los fundamentos del drama, del teatro dramático. Es, más o menos, así: en la vida y en su espejo/reflejo artístico, el drama, no existe el querer sin temer. Cuando deseamos algo que nos importa mucho, tememos no conseguirlo o perderlo. Curiosamente, tal como Maura Morales nos hace ver y sentir en ‘La Voluntad de un Cuerpo’, esto implica poner el cuerpo en acción e interacción sin escatimar energía, aunque es importante dosificarla según los objetivos que se pretenden alcanzar.
La sensación de esta batalla de voluntades, a través del cuerpo en el arte de la danza, puede ser la de una acción fantástica y desbordante. De hecho, la pieza de Maura Morales casi parece ciencia ficción. Sin embargo, al igual que en la vida, su éxito siempre depende del control y la precisión.
De ITZ – Intranzyt Cía, con sede en Vilanova de Famalicão y dirección artística de Cristina Pereira y Vasco Macide, creo que este es el segundo espectáculo que veo.
Anteriormente, el 29 de abril de 2023, también en el Teatro Diogo Bernardes, vi ‘Falling in a Super Jump’. Un tríptico compuesto por: ‘Falling in Horizontal’ de Ayano Tatekawa, una elegante exploración del movimiento sobre la confianza necesaria para superar la soledad y conectar con los demás; ‘Supernova’ de Miguel Esteves, una fantasía en una atmósfera casi de ciencia ficción, con una sensualidad ultraterrena; y ‘Jump Up and Get Down’ de Cristina Pereira y Vasco Macide, que jugaba con el revitalizante contraste entre ‘House of Pain’ y ‘La muerte y la doncella’ de Franz Schubert, con música en vivo del cuarteto de cuerdas A Piacere.

