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El proceso creativo se convierte en protagonista en ‘La peça llaaarga de Silla verde/Cadira verda’ de la joven compañía Encara No Té Nom

Se estrena del 22 al 25 de septiembre en la Sala Russafa de Valencia

El Festival Russafa Escénica vuelve esta semana a Sala Russafa de Valencia con una de las piezas de su programación ‘Boscos’. Del 22 al 25 de septiembre, el centro cultural se convierte en un espacio de representación al completo, desde el hall a la taquilla o el escenario, con un espectáculo de metateatro. Una propuesta que invita a pensar, ver y conocer qué hay detrás del hecho escénico.

Su germen comenzó cuando, al poco de escuchar los aplausos tras el estreno de su primera producción, la pieza de 30 minutos ‘Silla verde/Cadira verda’, la joven compañía valenciana Encara No Té Nom Produccions oyó el temido comentario: ‘esto está muy bien para hacer una obra larga, ¿no?’.

Sin tiempo para disfrutar del trabajo realizado, les estaban pidiendo repensar algo que ya funcionaba y alargarlo. Al contrario que muchos, ellos se preguntaron si aquello tenía sentido. ¿Es que una pieza más breve tiene menor calidad artística que una larga? ¿No es posible cuestionar este modelo productivo que parece condenado a instalarse en el sector de las artes escénicas?

A eso han dedicado su nueva obra, ‘La peça llaaarga de Silla verde/Cadira verda‘: a investigar, reflexionar y recrear el proceso creativo de las artes escénicas. Tomando como punto de partida la presión por convertir en un espectáculo de duración estándar (60-75 minutos) su primera producción, mezclan realidad y ficción, sus propias experiencias y sus dudas en una original propuesta que ofrece muchas pistas sobre las leyes no escritas que condicionan a los artistas y que les obligan a «crear, como mínimo, un espectáculo al año para sobrevivir». Son los ecos de una conversación que muchos miembros de la escena valenciana y de otros rincones del país ya sostienen desde hace tiempo, temiendo una sobreproducción que afecte a las inversiones públicas en cultura y que sea imposible de absorber, tanto por el público como por los teatros.

El primer espectáculo de Encara No Té Nom Produccions tenía la autoría y dirección de Tomás Verdú. Pero, para su segunda pieza, decidieron que Marta García, Manuel Caldito, Nara Pérez y Nacho Roland se unieran a Verdú en el proceso creativo. Querían que se dejaran contagiar por las diversas influencias que traía cada uno, desde la danza al audiovisual o la comunicación, además de sus respectivas experiencias profesionales en el mundo del teatro. Y crear entre todos, juntos y de manera horizontal.

Una manera de trabajar que resultó bastante más difícil de lo que habían imaginado: «éramos cinco aportando ideas, súper enriquecedor… Pero también éramos cinco para decidir qué quedaba dentro y qué había de descartar porque la obra tampoco podía ser taaan laaarga», comentan con humor los integrantes del proyecto.

En ese proceso de investigación, desarrollado durante una residencia creativa en Sala Russafa, fueron tocando temas tan diversos como la búsqueda de financiación, las dificultades para distribuir una obra y que llegue al público o qué hubieran hecho sus referentes – que van desde Rodrigo García a las Spice Girls – si hubieran tenido que alargar su montaje ‘Silla verde/Cadira verda’.

Lo que se esconde entre bambalinas

Todas estas cuestiones se abordan en el espectáculo con un modelo narrativo que rompe la linealidad de una trama clásica, optando por un sistema de capítulos. Y en la puesta en escena apuestan por pensar en todo el teatro como un espacio de representación y hacen converger diferentes lenguajes, desde la imagen o las coreografías a la palabra, usando indistintamente el valenciano y el castellano.

Buscando empatizar con ellos, llevan al escenario lo que se esconde entre bambalinas. Está el aura romántica de la creación… pero también la burocracia con la que hay que lidiar y las dinámicas aprendidas. Un ejercicio de metateatro donde el público es testigo privilegiado de muchas cosas que ni imaginarían que están detrás de la gestación de un montaje teatral. Y se les habla de cuestiones que normalmente no se comparten con los espectadores, «a los que se suele atribuir un papel pasivo y bastante limitado, que no va más allá de comprar una entrada, sentarse en el patio de butacas y aplaudir cuando acabe la función».

Encara No Té Nom Produccions quiere romper con esa visión del hecho escénico en esta propuesta que presenta grandes dosis de crítica y, por qué no, también de autocrítica. Salpicada de humor y de verdad, ‘La peça laaarga de Silla verde/Cadira verda‘ hace convivir las opiniones, las vivencias y el propio sentir del equipo creativo, quien ya avisa de que no todas las funciones que tienen por delante del 22 al 25 de septiembre en Sala Russafa serán iguales. «El contenido puede variar de un día a otro, podemos incorporar cosas nuevas, descartar material que pensamos que ya no funciona… Es lo bueno de tener una obra viva y de no seguir modelos de producción clásicos», señalan desde la joven compañía, invitando al espectador a sumergirse en el juego y la aventura que siempre supone sentarse a disfrutar de una representación.

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